Leyendo:
La excusa judicial para esconder el fracaso
Artículo Completo 4 minutos de lectura

La excusa judicial para esconder el fracaso

La escalada inflacionaria dejó a las jubilaciones mínimas bajo la línea de indigencia. Se debe tener ingresos por $94.000 para no ser indigente. En un país de jubilados indigentes, Cristina Kirchner, que no tiene ese problema, admitió en su nueva renuncia a ser candidata que hay inflación descontrolada, corridas cambiarias, devaluación y más inflación. También reconoció que hay trabajadores registrados que son pobres y que la pobreza alcanza al 40% de la población.

Pero lo dijo como si no tuviera absolutamente nada que ver. Y ella, en lo formal, es la Vicepresidenta; pero, en los hechos, es la Presidenta y también la ministra de Economía. Porque ni Alberto Fernández, ni Sergio Massa, y con esto no quito sus responsabilidades, pudieron o pueden avanzar en algo si la Señora no está de acuerdo. Las gestiones con el Fondo Monetario que tanto deplora también las autoriza ella, como es ella la que no autoriza otras medidas que no sean las que ya fracasaron para controlar la inflación. Controles de precios, cepo, etc.

Hace mucho que Cristina no escribía cartas. A las cartas las escriben quienes están lejos, pero ella aunque quiera tomar distancia, está en el corazón del poder. Su operativo desacople esconde una manifestación de impotencia por el fracaso rotundo de su gobierno que está dejando una catástrofe social.

Cuando ella dice que acordar con el Fondo ya dejó dos presidentes sin aptitud electoral, por Macri y Fernández, también está hablando de ella.

En diciembre pasado después de conocerse la condena por corrupción en la causa Vialidad, Cristina Kirchner dijo que no iba a ser candidata a nada.

 

 

Más recientemente, en La Plata, mientras las tribunas del Estadio Único, coreaban “Presidenta”, volvió a decir que ya había «dado todo».

 

 

Y ahora lo reitera por carta con un argumento parecido: la supuesta proscripción de la Justicia. Un argumento idéntico al que dio furiosa aquel día luego de ser condenada por corrupción.

 

 

Cristina afirma que no va a entrar en un juego perverso para que luego la Corte dicte un fallo inhabilitándola o sacándola de cualquier candidatura para dejar al peronismo en absoluta fragilidad.

Pero Cristina miente: no está proscripta. Ella quiso relacionar las inhabilitaciones constitucionales de Manzur y Uñac con su caso, cuando en realidad lo suyo no tiene nada que ver.

El fallo del que ella habla, que asegura que la inhabilitará, ya fue escrito, porque tiene jurisprudencia y le valida cualquier candidatura. Lo que pasa es que para eso se tiene que comparar con Menem que, estando condenado a 7 años de prisión y 14 de inhabilitación para ejercer cargos públicos por contrabando agravado de armas, fue autorizado a competir como candidato por no estar su condena firme.

Tengo ese fallo en mis manos y la vicepresidenta no puede desconocerlo. Fechado el 22 de agosto de 2017 y resolviendo una impugnación contra el precandidato a senador nacional Carlos Saúl Menem, reafirma y valida en su punto 7, página 5, “el alcance de las garantías que rodean al proceso penal” en referencia a las sentencias condenatorias, es decir cuando no hay condena firme. Y ese es su caso señora. Lo firman, Rosatti, Rosenkrantz, Maqueda, Lorenzetti y Highton al pie de la página 7. El fallo del que usted habla ya está escrito y no la inhabilita.

La farsa del “Operativo Clamor”

Usted no tendría ninguna inhabilitación constitucional, y tampoco proscripción, porque no tiene condena firme. Con lo cual no se abriría ninguna fragilidad en ese sentido. La única fragilidad que tiene su situación como condenada por corrupción es fragilidad moral. Pero está claro que eso parece que no le importa porque no lo menciona.

La Vicepresidenta usa como excusa su situación judicial, cuando el verdadero motivo por el cual no se presenta es porque sabe que no podría ganar. Porque aunque le eche la culpa a otro, como si no fuera la persona más poderosa de este gobierno, la realidad es inapelable y van a terminar el mandato con la mitad del país pobre.

Apenas posteó la carta Cristina Fernández era imposible acceder al link porque se había roto el enlace. El enlace de su gobierno con la responsabilidad de este desastre se les rompió a todos. Ni el presidente, ni su ministro de economía, ni la vice, se hacen cargo. Pero es inútil: ya todos ven que los reyes están desnudos.

 

Ingresa las palabras claves y pulsa enter.