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Rusia ofrece ayuda militar y aumenta la tensión en Bielorrusia
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Rusia ofrece ayuda militar y aumenta la tensión en Bielorrusia

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En un clima de violencia y tensión política, Alexandr Lukashenko, afirmó hoy que «ni muerto» permitirá la entrega del país.

«Hemos construido un bello país, con sus dificultades y desperfectos. ¿A quién quieren entregárselo? Si alguien quiere entregar el país, ni muerto lo permitiré», dijo el mandatario desde una tribuna instalada en la plaza de la Independencia de Minsk.

Rusia comunicó hoy que le había dicho al líder bielorruso Alexander Lukashenko que estaba lista para ofrecer ayuda militar si fuera necesaria, mientras los manifestantes se empezaban a concentrar en una de las mayores protestas contra la reelección de Lukashenko.

Vestidos mayoritariamente de blanco, el color de la oposición, los manifestantes también protestaron contra la violencia policial que desde el domingo pasado dejó al menos dos muertos, casi 300 heridos y cerca de 7.000 detenidos. Los opositores del mandatario bielorruso, en el poder desde hace 26 años, dicen que fue amañada para disfrazar el hecho de que ha perdido el apoyo público.

Lukashenko niega haber perdido, citando los resultados oficiales que le dieron un poco más del 80% de los votos.

El Kremlin dijo que el presidente ruso Vladimir Putin le había dicho a Lukashenko que Rusia estaba dispuesta a ayudar a Bielorrusia de acuerdo con un pacto militar colectivo si fuera necesario y que el país estaba siendo sometido a presiones externas, aunque no dijo de dónde.

La seguridad aumentaba a medida que los partidarios de Lukashenko comenzaron a reunirse en el centro de Minsk por primera vez desde las elecciones para expresar su apoyo al mandatario y verle dar un apasionado discurso.

Lukashenko, bajo la presión de la Unión Europea por reprimir a sus oponentes, dijo que tanques y aviones de la OTAN habían sido desplegados a 15 minutos de la frontera con Bielorrusia. La OTAN no estuvo inmediatamente disponible para hacer comentarios.

«Las tropas de la OTAN están a nuestras puertas. Lituania, Letonia, Polonia y Ucrania nos ordenan celebrar nuevas elecciones», dijo, añadiendo que Bielorrusia «moriría como un estado» si se celebraran nuevas comicios.

«Nunca os he traicionado y nunca lo haré», dijo. A menudo emocionado en las apariciones en la televisión estatal, el líder de 65 años ha alegado un complot con apoyo extranjero para derrocarlo.

Varios miles de personas asistieron a la protesta. Los medios de comunicación de la oposición dijeron que Lukashenko, antiguo administrador de una granja colectiva de la época soviética, había transportado en autobús a personas de otras partes del país, las cuales fueron obligadas asistir a la concentración. Reuters aún no pudo confirmar este dato de forma independiente.

«¡La madre patria está en peligro!», dijo uno de los oradores a la multitud, que coreaba: «¡Estamos unidos, somos indivisibles!»

Algunos de los presentes sostenían banderas nacionales y coreaban «¡Por Bielorrusia!» o «¡Por Batka!», el apodo afectuoso de Lukashenko, mientras una música patriótica sonaba por los altavoces. «Estoy a favor de Lukashenko», dijo Alla Georgievna, de 68 años. «No entiendo por qué todo el mundo se ha levantado contra él. Gracias a él recibimos nuestras pensiones y salarios a tiempo.»

Rusia, que ha tenido una relación problemática con Lukashenko, está observando la situación de cerca al ser Bielorrusia un territorio que alberga los oleoductos que llevan las exportaciones de energía rusa a Occidente y también porque para Moscú es como una zona de amortiguación contra la OTAN.

La UE se está preparando para imponer nuevas sanciones a Bielorrusia en respuesta a una violenta represión en la que al menos dos manifestantes han sido asesinados y miles de personas detenidas.

Los manifestantes no muestran signos de retroceder en sus demandas.

Sviatlana Tsikhanouskaya, rival de la oposición de Lukashenko en las elecciones disputadas la semana pasada, ha convocado una gran «Marcha de la Libertad» por el centro de Minsk, la capital bielorrusa, a partir de este domingo.

Al igual que las protestas anteriores, se espera que culmine en la Plaza de la Independencia, frente al edificio principal del Gobierno.

«RUSIA, EN GUARDIA»

En un movimiento inusual, Igor Leshchenya, el embajador de Bielorrusia en Eslovaquia, declaró su solidaridad con los manifestantes en un video sin fecha publicado por el periódico Nasha Niva. Otros empleados del Estado, incluyendo policías y personal de la televisión estatal, también han salido en apoyo de las protestas.

Algunas de las mayores plantas industriales estatales del país, la columna vertebral del modelo económico de Lukashenko al estilo soviético, han sido golpeadas por protestas y paros en la última semana.

La candidata de la oposición a la presidencia, Tsikhanouskaya, que huyó a la vecina Lituania el martes, ha pedido que vuelva a haber un recuento de las elecciones y su dirección de campaña también ha anunciado que está empezando a formar un consejo nacional para facilitar la transferencia de poder.

Mientras tanto, Lukashenko y Putin han hablado dos veces este fin de semana. Los lazos entre los dos aliados tradicionales habían estado bajo presión antes de las elecciones, ya que Rusia redujo los subsidios que apoyaban al gobierno de Lukashenko.

Los vecinos firmaron un acuerdo en 1999 que se suponía que crearía un estado unificado. Sin embargo, ese proyecto nunca se ejecutó debidamente y, más recientemente, Lukashenko había rechazado los llamamientos de Moscú para que se estrecharan los lazos económicos y políticos como un ataque a la soberanía de su país.

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