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Dolarización: la nueva grieta que divide a la Argentina
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Dolarización: la nueva grieta que divide a la Argentina

Por Mariano Leira

La discusión sobre adoptar la moneda norteamericana como propia y dar de baja al peso para resolver los problemas de la economía argentina, volvió a ganar fuerza a partir de la propuesta de Javier Milei. El tema escaló a niveles impensados con defensores y fuertes detractores que reeditan el modelo de grieta que predomina en la política nacional. ¿Buena idea o disparate electoralista? Datos duros, ejemplos históricos y las opiniones de los economistas para entender de qué se trata y cómo proponen llevar adelante la propuesta.

En el principio, fue la fórmula uno a uno del peso con del dólar la que le permitió a Carlos Menem y Domingo Cavallo sintetizar un esquema económico para estabilizar la economía, frenar la inflación y alinear a la sociedad detrás de un proyecto que le permitiera ahorrar y consumir sin verse derretir sus ingresos.

Veinte años más tarde, la propuesta de dolarización de la economía reaparece como salvadora de una crisis donde la inflación fuera de control está en el centro de la escena, de la mano de un fenómeno disruptivo en la política. El diputado Javier Milei, líder de La Libertad Avanza, ha venido a postular la anulación del peso como la salida al engaño de la “casta política” sobre los bolsillos de los argentinos. Eliminar al Banco Central, en su rol de financista del Estado y de emisor de moneda, debería contribuir a generar una caída de la inflación, a la generación de la confianza popular que resolvería los principales males de la Argentina.

Los relevamientos de opinión pública destacan que la valoración de la figura de Milei no necesariamente combina con las políticas que enuncia. Antes bien, reflejan un hartazgo y un voto protesta de la sociedad.

Salió Newsweek Argentina de junio: “Dolarización, la nueva grieta” que divide al país

Cuando hace un mes todavía peleaba de atrás un lugar en las tres primeras ubicaciones rumbo a las PASO, con una intención de voto de 21%, el conjunto de la sociedad se expresaba mayoritariamente en sentido contrario. El 76,2% creía en más controles de precios para frenar la inflación, el 77,3% se oponía a la legalización de libre portación de armas; 84,3% se opone a la privatización de la educación pública y solo 29,2% estaba de acuerdo con la dolarización de la economía. El 61,7% la rechaza, de acuerdo con los datos de Zuban Córdoba.

La simplificación de la lucha antiinflacionaria de la eliminación de la emisión monetaria y el respaldo del cuño nacional por el signo norteamericano ganó un lugar privilegiado en el debate económico a la par de la pérdida del combate contra los precios. La “casta”, como lo denomina Milei y sus seguidores, mira el ascenso en las encuestas y toma cada vez más en serio la propuesta del diputado economista.

Una nueva grieta ha nacido: de un lado, los libertarios y una parte de la sociedad que empuja a este cambio drástico y del otro la mayoría del arco político. Las valoraciones atraviesan también diversas filiaciones en corrientes económicas, políticas e ideológicas.

EL PLANTEO

Milei viene hablando de la necesidad de quitarle poder de fuego al Estado con la eliminación del Banco Central como emisor de moneda. A cambio, promete dejar en libertad de acción a la población de elegir la moneda que guste. Pero da por hecho que el dólar norteamericano es la ya adoptada de hecho.

Hace más de un año que Milei recorre el país junto a su asesora de imagen, Lidia Lemoine, dando conferencias sobre los beneficios de dolarizar. Cobra un promedio de US$ 3.000 por charla.

Junto con la eliminación del Banco Central, debería producirse una transformación de los pesos en dólares con una equivalencia del total de las reservas internacionales junto con la deuda del Tesoro que tiene en su poder la autoridad monetaria. Hay un pasivo monetario que equivale a más del doble de la Base monetaria, constituido por las Leliq (letras de liquidez del Banco Central) que son equivalentes a los plazos fijos de todo el sistema financiero.

De acuerdo con cálculos de mediados de abril de la consultora 1816, una de las más consultadas por el sistema financiero, rescatar la Base monetaria y las Leliq, ambas en pesos, equivaldría a unos US$ 44.750 millones. Las reservas disponibles de dólares del Banco Central por entonces llegaban a US$ 1.800 millones. Hoy son menores, pero las mantendremos a los efectos del ejemplo.

1816 estimó que con reservas en esos niveles, el tipo de cambio por el cual deberían canjearse los pesos por los dólares disponibles sería de $ 9.944 por billete.

Pero Milei, basado en un proyecto del economista Emilio Ocampo, sostienen que ese número está equivocado, ya que proponen utilizar otros activos en dólares que posee el Estado, como son los bonos del Tesoro que tienen actualmente un valor del 25%, pero que en un contexto de mayor confianza crecerían exponencialmente. También apuntan a las tenencias de acciones del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSeS.

El verdadero «plan de Gobierno» de Javier Milei

Los analistas, excepto varios de los que acompañan a Milei, consideran que para dolarizar la Base monetaria se necesitará, al menos, un fuerte apoyo del exterior a través de líneas de crédito que hoy no aparecen disponibles y a la vez un fuerte shock de confianza que revalorice el precio de los títulos públicos. Luego también, los análisis decantan en las chances políticas que puede tener una reforma de este tipo. Por el momento, todas las encuestas, aún las más favorables a un escenario exitoso de Milei con su plan de dolarización apuntan a su escasa capacidad legislativa de imponer un proyecto.

Por eso, el diputado arremete discursivamente con que aplicará las soluciones apelando a referéndum y a someter sus políticas a la voluntad popular que lo habrían ungido en el Poder Ejecutivo. Ese escenario no contempla que la Constitución Nacional dispone que las consultas populares no son vinculantes, de modo que ese andamiaje, sin una crisis institucional que hasta ahora no está a la vista, resultaría de dudosa instrumentación.

EL CENTRO DEL RING

Al calor del ascenso en las encuestas, el proyecto de Milei fue elevado de categoría por los propios actores políticos. Después del mismísimo Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Kirchner lo puso en el centro del ring criticando y respondiendo las propuestas dolarizadoras de Milei. Y hasta Sergio Massa se subió a la pelea cuerpo a cuerpo.

“Cuánto mercado van a poder sostener con salarios de US$ 100 y con dólares de $ 1.900 para su producción –les dijo a los empresarios de la UIA en referencia al plan de Milei-. Eso es la dolarización, eso es lo que se pone en juego en la Argentina. Modelo de producción o modelo de especulación financiera. Los que creemos en el trabajo, en el desarrollo, en el valor agregado, en nuestra capacidad de competir frente al mundo, tenemos la obligación de defender usando nuestra moneda. Algunos pueden conseguir esa paz en los cementerios”, acusó el ministro.

El referente de Milei en la Capital Federal, legislador porteño y candidato a Jefe de Gobierno, Ramiro Marra, recogió el guante que le arrojó Massa. “Me gusta que hable de la dolarización y esté en contra, porque eso demuestra que estamos en contra de todo lo que él dice y hace, que son todos fracasos”, respondió.

Desde el punto de vista simbólico y técnicamente para el debate, los dolarizadores señalan que su plan tiene como ventajas reducir la inflación, bajar las tasas de interés y limitar la capacidad de tener déficit fiscal, dado que no se podrá financiar con emisión del Banco Central.

El conjunto de los argumentos contrarios se resume en que la eliminación del Banco Central resigna la posibilidad de hacer política cambiaria y monetaria, se pierde el señoreaje.

En la Argentina hay teóricos detractores y defensores de esa posibilidad. No sólo Ocampo elaboró un plan, sino que en su momento Jorge Avila propendió a la dolarización, el economista Alfredo Romano ha escrito un libro en 2022 con su plan “Dolarizar”.

LOS LIBERALES Y LOS DOS ALBERDI

Figuras del liberalismo no abrazan la dolarización unilateral que propone Milei. Incluso mencionan a los mismos referentes para sostener ideas diversas. Por ejemplo, en contra de la dolarización se manifestó José Luis Espert, quien hace dos años estuvo asociado a los inicios de la Libertad Avanza con su partido Avanza Libertad. Ahora, desde una alianza con Juntos por el Cambio defiende la existencia del Banco Central.

«La dolarización es un sistema monetario, adoptar una moneda. Y la verdad que no hay un sistema monetario real que te aguante el desquicio que es la Argentina. La dolarización es el postre, y el plato principal son las reglas de juego que tiene que haber. Y esto es un desquicio. Por eso no tiene sentido discutir un sistema monetario«, dijo en unas declaraciones públicas.

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«Por qué en lugar de hablar de la dolarización no discutimos los problemas más importantes, como la inflación, la seguridad. Discutamos lo esencial. No usemos los viejos slogans de la casta política. Son estupideces para desviarnos de los verdaderos problemas que tiene la gente», remarcó Espert.

«La preservación de la moneda está en la Constitución y los liberales defendemos a capa y espada la Constitución de Juan Bautista Alberdi, que es nuestro prócer. Por eso se debe preservar el valor de la moneda que emite ese Banco Central”, agregó.

Algunos economistas consideran la dolarización como una solución de última instancia. Por ejemplo, también desde el ángulo liberal se cuenta Aldo Abram, director ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso. “Hace décadas que nos están estafando con el impuesto inflacionario, que nos cobran sin que haya sido habilitado por el Congreso, que tiene la facultad de fijar el precio de nuestra moneda y también tiene la potestad de fijar los impuestos. De ahí a recomendar una dolarización o supresión del Banco Central hay una distancia. Pero si me dan a elegir la misma situación de pobreza con un Banco Central o una dolarización, prefiero una dolarización. Vamos a ser menos pobres de lo que seríamos con un Banco Central mal utilizado. En una hiperinflación, que es cuando la gente repudia la moneda y busca otra moneda, en la Argentina se vuelve una dolarización desordenada con un costo tremendo. Y la única salida que tiene es ordenar la dolarización desordenada para minimizar el costo social que tiene en términos de empobrecimiento de la población”, agregó.

(Foto: NA-Daniel Vides)

En sentido contrario, las voces más críticas provinieron de Juntos por el Cambio. Martín Redrado, ex presidente del Banco Central y actual asesor de Horacio Rodríguez Larreta, fue muy enfático en oponerse a la propuesta de Milei.

A juicio de Redrado, la dolarización no tiene ninguna posibilidad de resolver el problema de inflación en Argentina, porque la génesis del problema inflacionario es que se gasta más de lo que ingresa. Es decir que es un problema fiscal.

«Pensar en cuantos dólares pueden tener los argentinos si queremos cambiar los pesos en circulación por dólares, estamos hablando de niveles de por cada dólar que existe en el Banco Central, hay $ 4.000 en circulación», calculó.

También Dante Sica, quien fue ministro de Producción y de Trabajo del gobierno de Mauricio Macri es enfático en rechazar la solución. “La dolarización no es mágica No soluciona los problemas macro ni resuelve la dificultad de acceder al financiamiento que hoy enfrena el sector privado. La dolarización supone endeudarse para conseguir los dólares necesarios y no hay acceso al crédito externo”, explica, desde la perspectiva de las necesidades de las empresas que producen en el país.

EL GROUND ZERO

Según pudo reconstruir Newsweek, el planteo dolarizador que copó la parada de la mano de Milei tiene orígenes previos a la emergencia electoral del libertario.

Hace casi dos años, un grupo de empresarios de primera línea empezó a reponer la idea de una salida dolarizadora para los desequilibrios económicos. Empezó como un grupo de WhatsApp, en las redes sociales, como toda polémica contemporánea con destino de trascendencia que se precie. El debate fue tomando forma en torno a las mejores soluciones macroeconómicas para gestionar desde la perspectiva del mercado tras el fracaso de la experiencia Macri.

Quiénes son los economistas que acompañarán a Milei si gana las elecciones

La dolarización apareció en el horizonte como una salida. Este grupo de empresarios que prefiere mantener el anonimato pero que cada vez se le anima más a alzar la voz, decidió encargarle un trabajo al economista Emilio Ocampo. Junto con Nicolás Cachanovsky, presentaron en sociedad su trabajo “Dolarización: Una Solución para la Argentina” en el auditorio de la UCEMA.

Ocampo es profesor de Finanzas e Historia Económica en la propia Universidad del CEMA (Centro de Estudios Macroeconómicos de la Argentina), el think tank monetarista que crearon el ex ministro de Economía Roque Fernández y quien fuera su segundo, Carlos Rodríguez.

Ahora, ambos encabezarán el equipo de asesores económicos de Javier Milei. Sin embargo, discrepan de una dolarización como la que ha pregonado el líder libertario. En las últimas semanas, Ocampo terminaba de elaborar una versión completa de su plan de dolarización que entregó a quienes le encargaron el plan.
Los dolarizadores no se quedaron ahí, el plan contemplaba contratar un estudio de abogados en los EE.UU. y una consultoría con otro think tank. Pero todavía no llegaron a recaudar lo suficiente.

EN CAMPAÑA

Con el correr de las semanas, el énfasis de Milei en los puntos argumentales de la dolarización, van perdiendo contundencia, según dicen quienes lo siguen desde el sector empresario. Por otra parte, en el mundo de los negocios hay quienes quieren conocer de cerca al fenómeno emergente. En esa aproximación, confiesan, los desalienta el modo de actuar del libertario, renuente a la conversación en muchas ocasiones, sus demandas dinerarias a la hora de convocarlo a charlas –pide unos US$ 3.000 dólares por ocasión- y también un tanto renuente al escrutinio técnico de sus propuestas.

“Entre quienes impulsan una dolarización, no necesariamente hay un cien por ciento de coincidencias con Milei. El plan que se está elaborando en sus inicios lo abrazó Javier, pero el núcleo de empresarios lo está pensando con un horizonte de otro plazo”, indicó un referente que conoce desde el inicio las tratativas. Hay dos enfoques de este núcleo dolarizador. Por un lado, se proponen divulgarlo entre los potenciales presidenciables y no circunscribirse al líder de La Libertad Avanza. ¿Patricia Bullrich se encuentra entre esas opciones?

Conciben que ese plan pueda ser una alternativa al que en primera instancia impulse el ganador de las elecciones. “Algo así como fue la convertibilidad como opción al plan Bunge y Born”, grafica un conocedor de la iniciativa.

El ministro Sergio Massa no comulga con esa propuesta y sigue negociando con el FMI para conseguir divisas (Foto: NA)

Las incursiones de Milei con banderas dolarizadoras y consignas libertarias no resultan del todo satisfactorias ni para los empresarios ni para el propio diputado nacional. La experiencia frente a medio centenar de los principales empresarios del país en el Foro Llao-Llao, a mediados de abril pasado, no resultó gratificante. Su perfil de candidato económico, sus propuestas sin anclajes en realidades ya transitadas, ha dejado más dudas que entusiasmo en esos referentes de los negocios.

Por entonces, el 17 de abril, las encuestas situaban al candidato a presidente por La Libertad Avanza como un potencial segundo más votado en próximas elecciones primarias. A mediados de mayo, en cambio, los relevamientos de opinión pública lo ven como la figura con mayor intención de voto. La perspectiva de llegar a un ballotage ante un oficialismo y Juntos por el Cambio sin opciones claras crecen día a día.

Foro Llao Llao: Milei adelantó que si llega a la presidencia aplicará la dolarización «desde el día uno»

Sin embargo, un mes después, “su propuesta de cerrar el Banco Central aparece más relativizada en el discurso”, relató uno de los asistentes a una reunión en Puerto Madero, que también congregó a empresarios de la Asociación Empresaria Argentina. ¿Una muestra más del teorema de Baglini según el cual el tono de las propuestas en política es inversamente proporcional a la cercanía con el poder?

Los empresarios –y no solo el mundo de los negocios- coinciden en la necesidad de una reducción drástica del nivel del gasto público y de la emisión monetaria. Una porción más pequeña coincide en que hay que atarle las manos al Estado para que no emita pesos y financie al Tesoro provocando inflación. Pero otra considera que la eliminación del Banco Central y la dolarización por sí solo resuelvan los problemas de la economía.

“Con dolarización o sin ella, las reformas estructurales necesarias hay que hacerlas. El camino más drástico únicamente garantiza que las reformas de mercado se hagan de un modo casi irreversible, por los compromisos que implica el señoreaje de los Estados Unidos con el dólar, por ejemplo”, señala uno de los impulsores de la salida.

FISURAS DENTRO DE LA GRIETA

A fines de los ‘90, el plan de convertibilidad flaqueaba. El plan que habían ideado Domingo Cavallo y Carlos Menem y que por nueve años había logrado una estabilidad económica inédita en 20 años, comenzaba a mostrar rajaduras. El uno a uno del peso con el dólar le había permitido a un gobierno peronista sublimar las hiperinflaciones del radicalismo en el poder y la propia del menemismo, con una fórmula basada en el mercado. Por casi una década, los precios en la economía se mantuvieron estables.

La ilusión de una vida atada a una moneda fuerte, empero, tenía flancos débiles asociados por una revalorización artificial del peso, la inflexibilidad de la regla monetaria y la falta de la herramienta del Banco Central para poder actuar en la economía. Afectaba la emisión monetaria y la regulación del sistema bancario. No existía entonces la figura del prestamista de última instancia.

La Reserva Federal de los Estados Unidos es la dueña de la llave para abrir las puertas de una hipotética dolarización en la Argentina

El gobierno de Menem intentaba dar un paso más adelante, y comenzó a negociar un acuerdo con los Estados Unidos para terminar de una vez por todas con lo que era la “debilidad” del esquema. El punto flaco de la economía, entonces como ahora, era el peso, la moneda nacional. Había que disciplinarlo.

Roque Fernández, entonces ministro de Economía y ahora uno de los dos asesores económicos designados por Javier Milei, junto con su equipo, negociaron con el Tesoro de los Estados Unidos una dolarización de la economía, más allá del uno a uno y de la bimonetariedad de los contratos. Buscaban una sustitución completa del peso por el dólar.

Entonces, había reservas suficientes en el Banco Central. “En 1998 y 1999 la dolarización era una operación de política económica, financiera y diplomática muy viable. Hoy no”, reconoció Fernández en una reciente entrevista con Clarín. “En aquel momento teníamos el 80% de la base monetaria en reservas líquidas, dólares crocantes, y 20% de títulos públicos que cotizaban en Bolsa y que eran pura liquidez. Si hubiéramos querido cambiar la base monetaria en pesos por una en dólares lo podríamos haber hecho”, dijo.

“Otra razón por la cual un proyecto como aquel hoy no es tan urgente, es que en definitiva hay una dolarización de la mano de la gente. Actualmente no solo se compra un departamento en dólares, sino que los escribanos ponen los billetes arriba de la mesa (…) La compra-venta de otros bienes durables también se ha dolarizado y hasta los ahorros de las personas de clase baja”, argumentó el economista.

El tema está en boca de todos: economistas, políticos y hasta en los bares. Pero como sucede con tantos otros temas en la Argentina de hoy, las opiniones de uno y otro lado están lejos de acercarse. Más aún, han generado una nueva grieta que amenaza profundizar a la ya existente.

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