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Argentina entró en «default ambiental»: consume más recursos naturales de los que puede producir
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Argentina entró en «default ambiental»: consume más recursos naturales de los que puede producir

La crisis ambiental en nuestro país no es ninguna novedad, pero la Fundación Global Footprint Network (GFN) dio a conocer una noticia que enciende aún más las alarmas. En su informe, «Argentina entra en default ambiental: nuestros recursos naturales están en números rojos», precisó que a partir de hoy «nuestro país ya habrá consumido los recursos naturales que puede producir durante todo el año» y remarcó que, en consecuencia, «durante los próximos meses, estaremos consumiendo a crédito los recursos futuros, al haber utilizado el capital natural y presupuesto ecológico previsto para todo el 2022″.

Partiendo de esa premisa, hizo hincapié en que nuestra nación da lugar, desde este viernes, a una «deuda ambiental«, debido a que el planeta «se está consumiendo», y aclaró que esta fecha no es fija, sino que va cambiando cada año a raíz del consumo y uso que los seres humanos hacen de los bienes y servicios naturales y de la capacidad de respuesta de los ecosistemas para reponer los recursos faltantes.

Es así como para la Argentina se estipuló el día de hoy, 24 de junio, un mes antes de la fecha global, prevista el 28 de julio.

Frente a ese panorama, la organización explicó que el número de recursos y servicios ambientales que se necesitan para abastecer las necesidades de los humanos son iguales a 1.75 planetas Tierra, lo que quiere decir que estamos utilizando un 75% más de recursos naturales de lo que los ecosistemas del planeta pueden reelaborar en un año. Es por eso, que enfatizó la idea de que la Argentina afronta un «default ambiental» y una «deuda ecológica», ya que, la cantidad de recursos naturales está en «números rojos».

Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre Argentina, aseveró que «para nuestro país, la fecha es un mes antes que el promedio global y los datos dejan en evidencia que si todo el mundo viviera como lo hacemos en Argentina, se necesitarían alrededor de dos planetas para abastecer los recursos naturales que sostienen nuestro sistema de producción y consumo», y afirmó que «la única manera de retrasar esta fecha es a través de un verdadero cambio en nuestra forma de vida«.

¿Qué es lo que deberíamos cambiar? «Desde el modo que consumimos y producimos los alimentos, hasta la manera en que nos movemos, cómo conseguimos nuestra energía e incluso en qué invertimos nuestro dinero», y añadió que, «si bien todas las personas podemos hacer algo para demorarla, hacen falta también cambios a gran escala desde los gobiernos y el sector privado».

En ese sentido, subrayó que «nuestro país, por ejemplo, tiene la posibilidad de aumentar los compromisos asumidos en el Acuerdo de París».

«Podemos plantear un compromiso mucho más ambicioso de reducción de emisiones si buscamos enfrentar realmente el problema del cambio climático, a través de la inversión en políticas de eficiencia energética o energías renovables, en el transporte, en la construcción e incluso en los sectores agropecuario y forestal».

En consecuencia, aseguró que «hay muchas estrategias que permiten combinar lo económico, lo social y lo ambiental y no podemos seguir esperando para ponerlas en marcha», ya que, insistió con que «estamos en números rojos, cada año la situación empeora y la deuda ambiental se agranda». Por lo tanto, remarcó que «es imprescindible poner el foco en la regeneración, la eficiencia y la sostenibilidad en el aprovechamiento de los recursos ecológicos» y concluyó: «La naturaleza nos ha dado indicadores de su capacidad de respuesta si reducimos nuestra huella ecológica, recordándonos que necesitamos mucho más al planeta, de lo que él nos necesita».

ACCIONES COTIDIANAS QUE HACEN LA DIFERENCIA

Una de las maneras de ayudar a reducir el impacto de la pérdida de los recursos naturales es poner en marcha la regla de las 4R, que consiste en reducir el consumo y desperdicios lo más que se pueda, reciclar los residuos, para que puedan ser usados como materia prima para la elaboración de nuevos productos, reutilizar y reparar los objetos con el objetivo de usarlos con una nueva finalidad y así alargar su vida útil antes de tirarlos.

En cuanto a los residuos, es clave separar lo reciclable de aquello que no lo es. Además es importante minimizar el desperdicio de alimentos. Para lograrlo, lo que puede hacerse es planificar las comidas y así no comprar de más alimentos que después no van usarse. De la cantidad total de alimentos que se elaboran, alrededor del 40% no se consumen y finalizan en la basura. Por último, la organización recomienda caminar a pie o moverse en bicicleta lo máximo que se pueda para reducir el consumo de combustibles fósiles y regular el uso de la agua y la energía porque escasean.

 

 

 

 

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