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48 años de la muerte de Perón
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48 años de la muerte de Perón

Yo era diputado nacional en aquel momento, me ocupé del grupo pequeño de jóvenes que organizábamos ese infinito velatorio. Era un país dolorido, Perón había sacado el 62% de los votos y el resto era Balbín, que fue el viejo “adversario” que fue a despedir al amigo. Yo diría que el peronismo es un recuerdo que da votos, pero no quería que el peronismo sobreviva de esta manera, como una marca o royalty que se explota.

Néstor, Cristina, Alberto, toda gente con la que hablé mucho, nunca se ocuparon de Perón. Tampoco de la política. En algún momento hablé con Macri y con Scioli, siempre digo que, como no sé de fútbol, se me acaba la conversación en pocos minutos. Ni hablemos de Menem, que en el fondo es la traición al peronismo brutal, es el antiperonismo.

Hubo una Argentina hasta la muerte de Perón, pero no por su muerte sino por el fin de un ciclo histórico. Fue un momento bisagra: aquella Argentina tenía a Frondizi, a Balbín, a Lanusse, tenía estadistas.

En aquella Argentina yo pude hablar con Perón en su último cumpleaños, él no quería que el Peronismo sobreviva como partido. Quería que fuera una propiedad de los argentinos, por eso decía “peronistas somos todos”. Ya está, discutamos otras cosas.

El golpe de Estado nos destruye la industria, la Argentina había tenido una burguesía agropecuaria, después una burguesía industrial y el golpe impone la matanza y una burguesía bancaria, que es el inicio de la decadencia. Yo declaro la decadencia en dos momentos claves: la dictadura y el “turco” Menem, quien representa la destrucción del Estado.

Cuando muere Perón, teníamos 4% de pobreza, 6.000 millones de dólares de deuda, pero no por Perón, porque él había estado 18 años proscripto. Era por todos, había una argentina de patriotas. Como hoy podría uno decir que Bolsonaro es la derecha brasileña y Lula la izquierda, pero los dos son patriotas. Nosotros no tenemos ni un Bolsonaro ni un Lula. Macri no es la derecha argentina, para mí es una derecha colonial. Y los Kirchner son un proyecto de izquierda caótica, el resentimiento y no la izquierda.

Yo creo que el peronismo es hoy la nada misma, que la Argentina es una sociedad en fracaso permanente que nunca logró revertir ese proceso desde el 75 o 76 hasta hoy, nunca se pudo recuperar el crecimiento. Tuvimos momentos, pero nunca un proceso. No hay idea de futuro, la Argentina no tiene propuesta de mañana. Por eso yo insisto que el Gobierno es un fracaso, la oposición también. La Argentina tiene que elegir entre el fracaso actual y el fracaso anterior. La dirigencia sindical está totalmente aburguesada y enriquecida, no tiene casi nada que ver con la dirigencia obrera de necesitados.

Me parece que hoy lo mejor que le podría pasar a la memoria de Perón es que no la usen en un momento en que se cansaron de traicionarla y de olvidarla, no solo la de Perón: hablo de Yrigoyen, de la vieja oligarquía, los argentinos olvidamos a la conciencia Patria, hicimos este mercado que hay hoy donde lo único que crece es la miseria. Usar el peronismo para el recuerdo es triste y carece de sentido.

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