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Tras meses de derrotas en Ucrania, Putin cambia al comandante de sus fuerzas armadas
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Tras meses de derrotas en Ucrania, Putin cambia al comandante de sus fuerzas armadas

Mientras Rusia asegura haber obtenido su primer victoria desde agosto en Ucrania, Kiev sostiene que la batalla en Soledar, muy cerca de Bajmut, no ha terminado. Los muertos allí se cuentan de a cientos por ambos bandos.

Pero la opinión pública y la prensa rusas no se cansan de señalar errores graves en la operación y critican fuertemente el desempeño de las fuerzas armadas en esta “operación militar especial”, que se esperaba tuviera una rápida resolución y ya lleva 11 meses.

Por eso, el presidente Vladimir Putin finalmente desplazó al jefe del Estado Mayor, Serguéi Surovikin, designado en octubre para dirigir la invasión en el marco de la contraofensiva ucraniana. En su lugar, nombró a Valery Gerasimov, según lo anunció el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu.

Y es que, más allá de la presión local, en el propio campo de batalla parecen llegar noticias positivas para Moscú por parte del grupo mercenario privado Wagner, dirigido por un aliado del mandatario, Yevgeny Prigozhin.

En un comunicado, el líder de la empresa militar aseguró que sus fuerzas habían capturado todo Soledar y matado a unos 500 soldados ucranianos tras intensos combates. «Quiero confirmar la completa liberación y limpieza del territorio de Soledar. Toda la ciudad está sembrada de cadáveres de soldados ucranianos», afirmó.

Pero la información es confusa y contradictoria. En ese sentido, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, dijo que no podía corroborar los informes de que Soledar estaba en manos rusas; en tanto, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se burló de las afirmaciones de Wagner. «El Estado terrorista y sus propagandistas están tratando de fingir que parte de nuestra ciudad de Soledar es una especie de posesión rusa. Pero los combates continúan«, aseveró Zelenski en un vídeo. Y antes que esto, el Estado Mayor ucraniano había informado que las fuerzas rusas estaban sufriendo enormes bajas, al enviar oleada tras oleada de militares a una muerte casi segura.

Zelenski había asegurado que no entendía la insistencia de Rusia en tomar Soledar a un alto costo, ya que se trataba de “un baldío”. En efecto, la ciudad minera (básicamente de sal) es una pequeña localidad y está devastada. Pero lo cierto es que tomarla permitiría hacer base para avanzar sobre Bajmut, y luego sobre otras dos grandes ciudades: Kramatorsk y Sloviansk.

Desde la zona de conflicto, llegan informes preocupantes. El gobernador de Donetsk, Pavlo Kyrylenko, dijo a la televisión estatal ucraniana que 559 civiles permanecían en Soledar, entre ellos 15 niños, a los cuales resultaba imposible evacuar. Y el analista militar ucraniano Oleh Zhdanov sostuvo que la situación en Soledar «se aproxima a ser crítica»: “Las fuerzas armadas ucranianas mantienen sus posiciones. Aproximadamente la mitad de la ciudad está bajo nuestro control. Cerca del centro de la ciudad se libran intensos combates”.

Para este experto, la toma de Soledar tiene una importancia más política que militar. “Los rusos, si toman una de estas ciudades, tratarán de poner el acontecimiento a la altura de la toma de Berlín y lo utilizarán con fines propagandísticos tanto para el mercado exterior como para el consumo interno», aseguró, y agregó: “Dentro de Rusia, les dará la oportunidad de levantar el ánimo de los reclutas y de la sociedad en su conjunto. Para unirlos a todos».

De acuerdo al comunicado de Defensa de Rusia, el cambio de mando militar apunta a mejorar los contactos entre las ramas militares y la eficacia de la estructura de mando. Pero algunos analistas, como el destacado bloguero militar llamado Rybar, sostienen que se trata de un chivo expiatorio al que culpar por las sostenidas derrotas en el campo de batalla, incluyendo la muerte de al menos 89 soldados en la noche de Año Nuevo.

Pese a la declaración de Wagner sobre la toma de Soledar, el propio Kremlin no se atrevió a confirmarlo: reconoció numerosas bajas y pidió “no precipitarse” a la espera de “declaraciones oficiales”.

(Con información de Reuters)

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