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De las “habilidades blandas” a las “habilidades poderosas”: qué buscan hoy las empresas
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De las “habilidades blandas” a las “habilidades poderosas”: qué buscan hoy las empresas

Cuando se busca un trabajo, o incluso para emplearte por primera vez, puede ser fácil sentir que hay demasiados solicitantes y pocas oportunidades. El asunto es saber agregar valor y distinguirte entre la multitud.

En la actualidad, muchas empresas exigen que los solicitantes tengan un determinado número de habilidades además de las competencias técnicas, como paso fundamental para lograr una entrevista. Incluso si ya estás dentro de una organización, estas habilidades son indispensables en el mundo actual.

Como el trabajo cambió para siempre y muchos empleos pueden ser reemplazados por Inteligencia Artificial, especialmente los mecánicos y repetitivos, serán estas habilidades específicas las que marcarán tu diferencia en el mercado laboral.

Dentro de ellas están las llamadas habilidades blandas (conocidas como “Soft skills”), que han evolucionado hacia el concepto de habilidades de empoderamiento, o de poder.

Para conocer más sobre esta diferencia importante y no quedar fuera del mercado, sigue leyendo.

ORIGEN DEL CONCEPTO DE “HABILIDADES BLANDAS”

Era el año 1972. El mundo vivía la época saliente del hippismo, el flower-power abogando por la paz mundial, en medio de la guerra de Vietnam, que finalizó en 1975. El florecimiento del rock y del pop. La caída de muchos sistemas que venían de la era industrial. Sin dudas, un cambio de mentalidad.

En aquella época, el ejército de los Estados Unidos había detectado que sus mejores tropas no eran las que mejor sabían usar sus maquinarias o dispositivos, sino las personas y equipos con habilidades transversales más desarrolladas.

Era notable la diferencia acerca de cómo mostraban resultados muy superiores cuando contaban con una muy buena comunicación, sentido de trabajo en equipo, sabían resolver conflictos, tenían un liderazgo y autoliderazgo maduro y asumían completamente su responsabilidad según sus roles.

Allí surgió el concepto de “soft skills”, habilidades blandas, como una forma de diferenciarlas de las “hard skills”.

Actualmente, las habilidades “hard” se consideran aquellas que prioritariamente se incorporan estudiando cualquier tipo de carrera, es decir, adquiriendo conocimientos.

DE HABILIDADES BLANDAS A LAS DE EMPODERAMIENTO ACTUALES

“Power Skills” puede traducirse al español como “habilidades de poder o empoderamiento”, y su denominación se atribuye al presidente de la Universidad de Dartmouth, Philip Hanlon.

No hace demasiado tiempo se empezó a considerar que llamar “blandas” a competencias tan relevantes no les hacía justicia, puesto que muchas personas asocian lo blando con lo débil.

De allí que surgió este concepto que implica mucho más que una forma de “hacer las cosas” (ejemplo: trabajar en equipo), porque se le agrega la dimensión del “ser” (siguiendo el ejemplo anterior: manifestar muy buenos vínculos interpersonales, facilidad en el trato y carácter, y empatizar apropiadamente para trabajar junto todo tipo de personas).

Es decir que las habilidades de poder son la suma del saber, el hacer, actitudes, valores y principios; es un “todo” mejor que la suma de las partes.

TRES TIPOS DE HABILIDADES INDISPENSABLES PARA EL MUNDO ACTUAL

La combinación de competencias que busca hoy el mercado profesional está conformada por:

Habilidades duras (hard skills): Son las que, por lo general, se obtienen a través de la formación y la actualización permanente. Los expertos en talento señalan que, hoy, constituyen un 50% de lo requerido en cualquier trabajo, entendiendo que siempre es importante la preparación, pero que ya no es suficiente.

Habilidades blandas (soft skills): Son el conjunto de competencias que permiten trabajar adecuadamente junto a otros, interactuar y lograr resultados.

Habilidades de empoderamiento (power skills): Resultan de la sumatoria de las blandas, agregándoles la integración con el ser, el hacer y el sentir, en congruencia, al servicio del rol que ocupa cada uno.

Más del 50% de las competencias de los reclutadores de personal se enfocan en lo blando y las de empoderamiento; y el resto es el conocimiento específico en tu materia, por ejemplo, el título de estudios que tengas.

Hace un tiempo un gerente de recursos humanos me resumió su visión de este cambio de paradigma laboral: “Generalmente contratamos a una persona por su conocimiento técnico y la desvinculamos por la falta de habilidades blandas”. Aquí está uno de los motivos por los que muchas personas son técnicamente excelentes, pero no encuentran su espacio adecuado donde trabajan, o liderando equipos; e incluso se les dificulta su reinserción en el mercado: le faltan este tipo de competencias.

CINCO EJEMPLOS DE SOFT Y POWER SKILLS

Para que tengas mayor claridad acerca de la diferencia entre una habilidad blanda y su aplicación como habilidad de empoderamiento, aquí van estos ejemplos. El primero corresponde a la habilidad blanda, y después, su evolución como “power skill”, más completa y abarcativa:

1-
Habilidad blanda. Aptitud y actitud para el rol. Se basa en tu preparación y tu forma de encarar la posición que ocupas.
Power Skill. Autoconfianza, seguridad. Son los componentes del ser que te permitirán ejercer la aptitud y actitud.

2-
Hablar en público. Se trata de expresar las ideas dentro y fuera del trabajo, sin temores y de una manera ágil y adaptada al interés de la gente.
Claridad conceptual. Es saber comunicar los mensajes claves de tu rol en todo momento y lugar, en forma ordenada, clara, concisa y atractiva.

3-
Resolver conflictos. Los trabajos requieren que cada persona, sin importar el rol, sepa dirimir situaciones tensas y buscar soluciones satisfactorias para cada parte involucrada.
Mentalidad flexible. Los conflictos sólo se resuelven a través de una mentalidad abierta, capaz de diseñar pensamientos, ideas y alternativas novedosas permanentemente.

4-
Motivación. Tiene dos formas básicas: extrínseca (viene de afuera; por ejemplo, esperar siempre que te feliciten), e intrínseca (del interior; por ejemplo, sostener una actitud positiva frente a un desafío, y reconocerte por tus logros).
Automotivación. Mantener una energía alta y positiva que contribuya al bien común del equipo, con un grado superior de satisfacción personal en lo que se hace. Incluye dejar de estar pendiente exclusivamente del reconocimiento externo.

5-
Comunicación efectiva. Saber interactuar eficazmente con las personas, con claridad y precisión.
Comunicación afectiva, concreta y útil. Síntesis. Además de lo anterior, se incluye el componente de cómo hará sentir lo que comunico a las otras personas. Mensajes verbales y no verbales concretos, sintéticos, útiles y foco en los puntos centrales relevantes.

Con estas distinciones puedes apreciar que contar con habilidades de empoderamiento te convierte en una mejor posibilidad para el empleo actual y del futuro, y que difícilmente tu rol pueda ser reemplazado fácilmente.

 

(*) Daniel Colombo – Facilitador y Máster Coach Ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos; mentor y comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 32 libros. LinkedIn Top Voice América Latina. Coach profesional certificado por ICF en su máximo nivel, Coach certificado y Miembro de John Maxwell Team.
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