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Ecuador: una victoria histórica para las comunidades indígenas y tendrán que informarles de cualquier proyecto en su territorio
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Ecuador: una victoria histórica para las comunidades indígenas y tendrán que informarles de cualquier proyecto en su territorio

Hace unas semanas, el 4 de febrero de 2022, la Corte Constitucional de Ecuador notificó un fallo histórico para las comunidades indígenas: el reconocimiento de la obligatoriedad de consulta a los pueblos y nacionalidades previo a la implementación de cualquier proyecto.

Los A’i Cofán han ocupado por miles de años la parte noroeste de la Amazonía ecuatoriana y suroeste de la Amazonia colombiana. Son un pueblo pescador, cazador y recolector reconocido como grandes tomadores de yagé (ayahuasca). El territorio Cofán Sinangoe tiene aproximadamente 63,000 hectáreas y se limita entre el río Aguarico y el río Cofanes, en Ecuador.

“Desde que nací he vivido ahí. Me crie jugando y bañándome en el río Aguarico”, recuerda Alexandra Narváez, de la provincia Sumbíos e integrante de la comunidad A’i Cofán de Sinangoe. “Recolectábamos frutas, y desde pequeña iba con mi mamá y papá de cacería y de pesca”.

En entrevista con Newsweek en Español dice que, “para nosotros, el territorio significa vida porque lo tenemos todo”. Y añade: “Tenemos nuestra farmacia, nuestro mercado, nuestra comida, lugares sagrados donde están enterrados los huesos de nuestros ancestros, lugares sagrados de medicina”.

El Parque Nacional Cayambe-Coca fue creado en 1971. Encerró el territorio de esta comunidad y les quito la oportunidad de tener un título de propiedad sobre su territorio. Además, de acuerdo con los integrantes de la comunidad, el Ministerio del Ambiente (MAE) actualmente solo reconoce alrededor del 20 por ciento de su territorio ancestral. Eso los obligó a entrar en un convenio de comanejo con el Estado, que no reconoce sus derechos de propiedad como establece la Constitución ecuatoriana.

Hace cientos de años estas comunidades resistieron a los madereros en la época de la colonización española. Y, en años más recientes, lucharon contra las mineras y la industria petrolera. En 2018, el gobierno ecuatoriano otorgó 20 concesiones mineras y estaba en proceso para entregar 32 más en la cabecera del Río Aguarico.

Sin embargo, debido a la movilización de la comunidad, los jueces provinciales ordenaron la anulación de las 52 concesiones mineras. Reconocieron la violación de los derechos y el grave riesgo para la supervivencia de la comunidad que esta minería suponía.

INDÍGENAS GUARDIANES DE UN REFUGIO MEGADIVERSO Y ÚNICO

Los A’i Cofán se consideran guardianes de su territorio, por lo que formaron una guardia indígena. Está conformada por 20 jóvenes y mayores elegidos por la comunidad. Se apoyan en herramientas tecnológicas como drones, cartografía digital y cámaras trampas, y detectan y confrontan a mineros, cazadores, pescadores, madereros, etcétera.

Según datos de Amazon Frontlines, una asociación de especialistas que vive en distintas partes de la Amazonia para apoyar diversas luchas indígenas, en el territorio de los A’i Cofán existen casi 4,000 especies de plantas. También hay más de 50 especies de mamíferos medianos y grandes, 650 especies de aves y más de 100 especies de reptiles y anfibios.

Alexandra Narváez habla sobre la relación del territorio y su forma de vida: “El territorio para nosotros tiene vida, no solo porque vivimos los cofanes, sino también porque viven muchas especies de animales. Dependemos de los ríos y, como cofanes, decimos que nosotros somos río, somos fuego, somos árbol. Y si dañan nuestro territorio, a nosotros también nos duele.

“Por eso estamos luchando y seguiremos haciéndolo por nuestro territorio, por nuestro futuro y el futuro de nuestras hijas e hijos. Para nosotros el territorio es vida”, agrega.

Narváez explica como las cabeceras de los ríos amazónicos son lugares claves para la reproducción de los peces. El pescado es su principal fuente de proteína. Cuenta que los cofanes han desarrollado varias técnicas de pesca ancestrales que no interfieren con la reproducción, desove y desarrollo de las especies nativas.

También relata cómo esta interdependencia tan íntima con la naturaleza los convoca a tener que luchar contra el gobierno que cobija proyectos de extracción de los recursos: “Deseamos y pensamos que debemos de luchar por el deseo como comunidad de darles a nuestros hijos un buen futuro en el que puedan disfrutar de su territorio, bañarse en el río limpio, en sus aguas cristalinas, recolectar frutos en el bosque e ir de pesca y cacería libres del miedo de que venga alguien y los destruya.

“Eso es lo que nosotros queremos y deseamos: que nuestros hijos tengan un futuro libre de contaminación. Por eso decimos no a la minería y sí a la vida”.

VOCACIÓN SAGRADA DEL TERRITORIO

Cuando los A’i Cofán describen que el territorio es sagrado no solo hacen referencia a que obtienen los recursos para su subsistencia de él. Hacen alusión a que grandes espacios del territorio ancestral están dedicados a los espíritus, zonas sagradas para la que llaman “la gente invisible”.

En estos espacios se considera que los familiares fallecidos viven en paz. Por lo que, por respeto a sus ancestros y a la fuerza de los espíritus, ninguna persona puede entrar a esas zonas. Sin embargo, la comunidad denuncia que la deforestación ha reducido drásticamente la selva de “la gente invisible”.

La toma del yagé, una planta sagrada y nativa del territorio, es el puente al mundo espiritual Cofán. Durante ceremonias, se toma yagé para analizar eventos pasados y guiar decisiones futuras como individuos y como comunidad. La conexión muy cercana entre el bosque y los cofanes se expresa también diariamente con la toma de yoko, un bejuco sagrado usado por milenarios como bebida estimulante con alto contenido de cafeína.

Narváez manifiesta cómo ha sido la lucha por defender sus modos y prácticas de vida: “Hemos salido a caminar, a protestar, a decirle al mundo que no dañen nuestros territorios, que ya basta de solo pensar en dinero.

“Este proceso nos hace cada vez más fuertes y estamos cada vez más unidos como comunidad. Seguiremos alzando nuestras voces para decir que sin territorio no hay vida y que sin los pueblos y las naciones indígenas el mundo se va a acabar”, agrega.

LA VICTORIA HISTÓRICA

De acuerdo con Amazon Frontlines, el 70 por ciento de la Amazonía ecuatoriana es territorio indígena. A escala nacional, los territorios indígenas comprenden nueve millones de hectáreas, mayoritariamente gracias a la gobernanza indígena. El estado ecológico y de biodiversidad de estos territorios se considera óptimo, pese a las diversas presiones que enfrentan. Entre estas está la imposición unilateral por parte de diversos gobiernos de turno de proyectos de índole extractivo.

Así, la lucha legal de la comunidad A’i Cofán tuvo un avance histórico cuando el viernes 4 de febrero de 2022 la Corte Constitucional de Ecuador notificó el fallo derivado del análisis de la sentencia del caso de la comunidad A’i Cofán de Sinangoe.

En este fallo se reconoce que la finalidad de cualquier proceso de consulta es la obtención del consentimiento de los pueblos y nacionalidades previo a la implementación de cualquier medida, proyecto de inversión o extractivo dentro de sus territorios ancestrales, o que pueda afectar sus derechos e intereses.

La actual sentencia se deriva del análisis del fallo de la Corte Provincial de Sucumbios que en 2018 obligó al Estado ecuatoriano a revertir 52 concesiones mineras de oro entregadas de forma inconsulta, en las riberas del Río Aguarico y sus afluentes.

La sentencia fue escogida por la Corte Constitucional para generar estándares de garantía del derecho a la consulta y consentimiento previo, libre e informado aplicables a situaciones similares en el futuro. También toma en cuenta los derechos colectivos establecidos en el Convenio 169 de la OIT y las Declaraciones de Naciones Unidas y Americana sobre derechos de los Pueblos Indígenas, de obligado cumplimiento para el Ecuador y sistemáticamente vulnerados por el Estado.

Alexandra Narváez, contenta con lo que significa este fallo, dice: “Garantiza nuestro derecho a decidir sobre nuestros territorios: ningún gobierno va a poder implementar un proyecto extractivo o cualquier otra medida sin nuestro consentimiento.

“La sentencia no solo aplica para proyectos y medidas dentro del territorio, sino también para todo proyecto externo que lo afecte, como fue el caso de las mineras que después de nuestra lucha fueron revertidas. Dañaban nuestra fuente de agua, que es el río Aguarico. Esta sentencia es importante porque reconoce nuestras formas de vida, nuestro derecho a la autodeterminación y a tener nuestro propio gobierno”, concluye.

Dicha sentencia se convierte no solo en un precedente para Ecuador, sino también en el panorama internacional respecto al consentimiento de las comunidades indígenas para proyectos en su territorio. 

Publicado en cooperación con Newsweek en español

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