La Cámara de Diputados comenzó a debatir este miércoles en el recinto la Ley de Bases, conocida como Ley Ómnibus, que contiene un enorme paquete de reformas impulsadas por el presidente Javier Milei.
El proyecto sufrió innumerables recortes y modificaciones durante el trabajo en comisiones, fruto de duras negociaciones con los espacios que se han mostrado favorables a tener algún tipo de diálogo con la actual gestión. Pero, aún así, su aprobación y las condiciones de su aprobación pondrán blanco sobre negro sobre cuál es el poder real que ostenta el mandatario, que sigue mostrándose intransigente en su discurso, pero concesivo a través de sus delegados.
Así lo analizó Manuel Zunino, director de Proyección Consultores y del Observatorio Social de la Universidad de La Matanza, en diálogo con Newsweek Argentina.
“El debate que empieza hoy es un momento bisagra para Milei, con un Gobierno que en esencia es débil, con una baja representación parlamentaria, sin poder territorial y con un apoyo en la opinión pública en caída en el último mes. Pero, a pesar de estas debilidades, se autopercibe o intenta mostrarse fuerte”, sostuvo el sociólogo.
Sobre este último punto, explicó: “Yo veo al presidente continuando con su narrativa confrontativa contra la casta, pero es cierto que no solo hay dialoguistas en la oposición, sino también en sus propias filas y dentro del propio Gobierno”.
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Para Zunino, ese diálogo podría ser clave en este contexto, porque las medidas ya implementadas han comenzado a erosionar rápidamente la imagen presidencial. “El Gobierno viene de varios traspiés en las últimas semanas, con caídas abruptas en la evaluación de la gestión de un mes a otro, obviamente producto de la situación económica, pero también por un presidente ‘enamorado’, por decirlo de alguna manera, de su forma de comunicar, que no logra ni busca generar consensos”, analizó.
“A mi entender viene cometiendo un error táctico en las últimas semanas, que es confrontar con gobernadores e intendentes, que son los únicos actores de la política que hoy tienen en sus territorios (en la mayoría de los casos, desde luego, porque hay excepciones) imágenes positivas muy altas, a diferencia de la desconfianza sobre los políticos nacionales, tanto del oficialismo como de la oposición, que tienen predominio de imagen negativa”, precisó.
En cuanto al debate legislativo en sí, aseguró que es probable que la Ley Ómnibus se termine aprobando en general y también buena parte de ella en particular, pero resaltó que eso tendrá un costo alto también para Milei. “Por lo que vimos en los últimos días, el poroteo para el Gobierno está bastante ajustado, pero todo hace presumir que, después de las modificaciones que se hicieron y de los recortes a la ley, Milei tiene la capacidad de conseguir los votos a su favor. Sin embargo, todavía quedan algunos temas importantes por debatir, sobre todo en lo que respecta a la delegación de facultades y a la privatización de empresas públicas, que pueden poner en riesgo el desenlace para el oficialismo. Estamos en un contexto de mucha incertidumbre, y la política no está ajena a eso”, consideró.
“Creo que el debate que arranca va a definir, sin mucho lugar a interpretaciones, la verdadera fortaleza del Gobierno, de cara al futuro inmediato, más allá de que le espera un situación complicada en los próximos meses”, agregó.
Finalmente, Zunino contó que Proyección realizó un estudio para evaluar cuánto sabe la gente sobre lo que se está discutiendo en el Congreso, y el resultado es contundente: un tercio no tiene idea, que se traduce también en una oportunidad desperdiciada por todo el arco político.
“Uno de cada tres argentinos no tiene ni la menor idea de qué es lo que se está debatiendo. Es preocupante y, sin dudas, es responsabilidad primaria del Gobierno. Tiene que ver con toda esta dinámica en la que se dio el debate: un debate muy acelerado, con muchos temas distintos discutiéndose a la vez, con baja participación de actores sociales y de especialistas. Pero también tiene que ver con la responsabilidad que les cabe a los dirigentes opositores de poder contarle a la opinión pública su postura, representarlos y, en todo caso, jugar ese papel pedagógico que tiene que tener la política para que la gente se informe con la mayor precisión posible de lo que se está debatiendo”, concluyó.
