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Esto recién empieza
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Esto recién empieza

Por Carlos Fara (*)

Cuando hay tanta información sobre la presentación de candidaturas, la opinión pública la va digiriendo lentamente: hasta que le cae la ficha de quién es quién y en qué lugar va cada uno, pasan varias semanas. Por lo tanto, lo que veamos en materia de encuestas en los próximos días es para tomar con pinzas.

Unión por la Patria finalmente recurrió a la figura con más intención de voto, mayor potencial para captar votos moderados / de centro y que pueda ejercer algún tipo de liderazgo autónomo. Wado de Pedro no era viable desde ninguno de los tres aspectos y Scioli era el tercero cómodo en esa terna, ya que nunca fue líder y se le pasó el cuarto de hora para el público propio. Desde ya que el rol de Grabois será solamente el de retener un núcleo ideológico ultra, que difícilmente pase de los 2 puntos de voto.

¿Cerca de la revolución?

En Juntos por el Cambio la pelea es más competitiva y clara, entre el ala más radicalizada, politizada e ideologizada frente al ala moderada, menos ideologizada y politizada. Ahí, cuanta menos gente vaya a votar, la balanza se debería inclinar a favor de Bullrich, quien a esta altura también se ve favorecida por la presencia del ministro de Economía en la grilla, ya que es quien más le puede competir a Larreta el voto blando, los decepcionados con el gobierno de Alberto y Cristina. La ex ministra de Seguridad llega en su mejor momento, mientras que el alcalde porteño está estancado.

A favor de “el Pelado” está su mejor fichaje político: Morales, Pichetto y Espert –un trío de duros- más Carrió, Hotton y quizá la mayor parte de la estructura radical. Pero sumar dirigentes no significa más votos, aunque es un potencial para prestarle atención por la presencia territorial. Patricia, en cambio, apostó por un acompañante de fórmula que no es un ganador, no tiene proyección nacional y pertenece a una provincia que ya era favorable a ella. Su mejor incorporación política es el presidente del radicalismo bonaerense, Maxi Abad.

Milei –quien no da la impresión de estar desinflándose- tuvo ruidos en las semanas previas por tres fuentes: 1) candidatos en las provincias que rinden poco, 2) figuras que desistieron de competir, y 3) peleas en su entorno más cercano. Lo que se debe tener en cuenta es que, al ser su electorado poco politizado y poco ideologizado, las noticias políticas le impactan menos. El mayor riesgo que corre el libertario es que parte de sus electores concluyan que votarlo es desperdiciar el sufragio para echar al kirchnerismo del poder y que no tendrá suficiente fuerza para gobernar.

Más allá de la izquierda –que va dividida en varios pedazos y sin figuras de recambio- finalmente Schiaretti cumplió su promesa de presentarse para captar la ancha avenida del medio. Arranca con un par de puntos de voto, lo cual hará difícil de remar desde tan atrás. Sin embargo, el tema es a quién le complicará la vida: ¿a Massa, a Juntos en general, o a Larreta en particular? Porque restarle votos al alcalde también significa restárselos a la coalición, y la foto de las PASO pesa en los que se quedarán en casa. Si cae el porcentaje de Juntos por el Cambio en Córdoba –su mejor provincia- ¿Schiaretti logrará que la diferencia entre la principal oposición y UP se achique tanto que se produzca una peregrinación a la Docta para obtener su favor? Eso puede ser clave.

Por lo pronto, hasta acá Massa podría ser el candidato individual más votado, no incrementando su posibilidad de victoria final, pero sí insuflando un ánimo en la propia tropa que haga dudar a más de uno. Su mejor noticia sería que Patricia gane la primaria, para así tensar la discusión con “la candidata de Macri”.

Las mayores probabilidades de quedarse con el trofeo mayor, las seguirá teniendo Juntos si no sucede nada muy extraño. Pero el futuro no está escrito. Esto recién empieza.

(*) Consultor político y titular de Carlos Fara & Asociados

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