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Lula busca garantizar su gobernabilidad negociando con la centro-derecha
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Lula busca garantizar su gobernabilidad negociando con la centro-derecha

Tras la victoria el domingo pasado en segunda vuelta, Lula empieza a construir su Gobierno y, sobre todo, a tejer alianzas para garantizarse la gobernabilidad en medio de un contexto de extrema polarización.

Aunque ganó la presidencia con casi el 51% de los votos, no tendrá control directo en el Congreso, ni tampoco el liderazgo en numerosos estados, incluyendo a la poderosa San Pablo. Por eso, sus primeras acciones parecen estar enfocadas en seducir a espacios opositores, pero que no pertenecen al núcleo duro de Jair Bolsonaro.

En el aspecto legislativo, la clave para conseguir margen de maniobra estará puesto en el llamado Centrao, un enorme y fragmentado bloque de centro-derecha que puede responder al presidente de turno si encuentra la representación adecuada en la estructura de Gobierno y, desde luego, el presupuesto para hacer política en sus propios estados.

En este caso, las negociaciones ya empezaron y se especula con que Lula no pueda terminar de delinear su Gabinete hasta que no queden completas todas las alianzas. Sí confirmó a algunos aliados en esta campaña, como Simone Tebet o Marilina Silva.

Ahora el plan es convertir en lulistas a los bolsonaristas. Este lunes, la presidenta de Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, anticipó que se abrirán negociaciones con el Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB), del expresidente Michel Temer, a quien Lula llamó «golpista». Vale recordar que era el vicepresidente de Dilma Rousseff, y fue uno de los líderes del impeachment que derivó en el juicio político y la destitución de la entonces mandataria.

Otro que aceptó negociar su apoyo fue el titular de Partido Social Democrático (PSD), Gilberto Kassab, jefe político del gobernador electo de San Pablo, Tarcisio Freitas, ministro de Infraestructura y Transporte de Bolsonaro. En tanto, Kassab fue ministro de Ciudades de Dilma.

Mientras que Bolsonaro sigue en silencio, De Freitas reconoció la victoria de Lula, y ya adelantó que trabajará junto a él para llevar adelante políticas coordinadas con el Gobierno federal. Esto fue interpretado como un cambio de discurso en relación al tono de ultraderecha que se venía manteniendo hasta el cierre de campaña.

«San Pablo es el estado más importante y rico de Brasil; estoy seguro de que San Pablo puede ayudar mucho a Brasil y de que Brasil también puede ayudar a San Pablo. Este entendimiento es el que vamos a buscar. Cuando nos convoque, estaremos ahí y buscaremos siempre lo mejor para San Pablo con el Gobierno federal», afirmó De Freitas.

Aunque el candidato del PT, Fernando Haddad, perdió con el ministro bolsonarista por 55% a 44%, Lula hizo en San Pablo una elección histórica: obtuvo un 53%, lo que abre expectativas de una posible victoria en 2024, en un polo urbano esquivo al PT.

Desde luego, el Congreso es clave para cualquier presidente, pero en el caso de Lula es vital para cumplir con varias de sus promesas centrales de campaña, como un mayor presupuesto para ayuda social (prometió un fuerte incremento en los planes) y la suba del mínimo no imponible de Ganancias.

La danza de nombres, con estas negociaciones de fondo, ya se inició, y quien se presenta hoy como candidato para ser el ministro de Economía es el senador electo y exgobernador de Piauí, Wellington Dias, considerado como un interlocutor con el poder económico, elemento definitivo en un plan de Gobierno que se mueve de la iquierda hacia el centro, con la promesa de la “responsabilidad fiscal”, en un contexto de crisis global.

Bolsonaro ya envió el Presupuesto 2023 al Congreso, pero antes de ser votado se ejercerá una fuerte revisión. Ese será el eje del debate en estos días, con una bomba de tiempo que deja Bolsonaro: el llamado “presupuesto secreto” una enorme caja de gestión que el presidente dejó en manos del Centrao. En la campaña, Lula y los demás candidatos lo acusaron de delegar facultades específicas del Poder Ejecutivo a un grupo de legisladores, sin ningún tipo de control.

En diálogo con Télam, Dias aseguró que conseguir una mayoría en el Congreso es viable. «Mirando el campo democrático hay una amplia mayoría en la cámara y en el Senado; existen partidos con compromiso con la democracia, y contamos a 370 de los 513 diputados, y con 50 o 55 de los 81 senadores«, detalló.

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