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El hombre nuclear: Rafael Grossi, el argentino que busca evitar una catástrofe mundial
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El hombre nuclear: Rafael Grossi, el argentino que busca evitar una catástrofe mundial

Rafael Grossi es argentino. Y es el hombre al que todos miran en medio del peligro nuclear desatado por la guerra entre Rusia y Ucrania. El temor por lo que pueda ocurrir en la central de Zaporiyia, la más importante de toda Europa y que está en medio de los combates entre los países en litigio, colocó a este argentino en boca de todos. ¿Por qué? Porque Grossi es el titular de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), el máximo organismo del planeta en la materia. Una suerte de “Papa” de lo nuclear, pero con sede lejos del Vaticano. Más precisamente en Viena, Austria.

En esa función, por la que en el actual contexto asumió el riesgo de visitar Zaporiyia para observar en qué condiciones está la central nuclear y en la que vivió en carne propia cómo los disparos, misiles y bombas impactaban demasiado cerca, también aparece como una suerte de mediador entre los poderes en conflicto.

En ese rol es que se reunió primero con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y luego con el presidente de Rusia, Vladimir Putin. El titular de la OIEA quiere evitar un desastre nuclear. Catástrofe que podría ser diez veces peor que la ocurrida en Chernobyl.

Grossi pasó unos días por Argentina, donde se reunió con autoridades y representantes del sector nuclear, visitó centrales y estuvo particularmente interesado en el avance de la obra CAREM (Central Argentina de Elementos Modulares), la nueva mini central que ya está construida en un 60% en la localidad bonaerense de Lima (donde se ubican Atucha I y II) y que cuenta con el primer reactor de potencia 100% argentino, íntegramente diseñado y construido en el país.

Grossi recorrió las instalaciones de la Central Argentina de Elementos Modulares, en la Provincia de Buenos Aires

La Argentina se encuentra a la vanguardia mundial en el desarrollo de los llamados SMR (Small Modular Reactor), un tipo de reactor nuclear de baja potencia que presenta un diseño simplificado en relación a las centrales tradicionales. Sólo China y Argentina han logrado avanzar en estos diseños pese a que todas las potencias del mundo quieren conseguirlo, incluida EEUU.

En su último día de visita, este argentino, padre de ocho hijos y fanático de Estudiantes de La Plata, se reunió con representantes del sector nuclear en el predio de Tecnópolis, donde fue recibido como un “rockstar”, porque es realmente una eminencia de prestigio internacional en la materia. A la salida de ese conversatorio, Newsweek Argentina lo entrevistó.

N: ¿Cuál es la importancia de las negociaciones que usted viene llevando adelante con Rusia y Ucrania?
– Son misiones necesarias, indispensables, porque tenemos una situación muy frágil, muy precaria en la central (de Zaporiyia) y estamos con una serie de propuestas que les he hecho a ambos presidentes (Putin y Zelenski) tratando de avanzar. No es fácil, evidentemente. Hay una guerra. Son dos países en guerra y hay que tratar de encontrar la bisectriz para proteger esa planta.

¿Cómo le fue en esas reuniones con los presidentes de Rusia y Ucrania?
– Fueron reuniones intensas. Todavía no llegue adonde quiero llegar, que es a algún tipo de acuerdo y estoy avanzando. Pero fueron reuniones útiles en cuanto a que revelan que ambos presidentes están dispuestos con el organismo (la OIEA) para lograr algún tipo de acuerdo. Lo cual es muy importante.

¿Hay un riesgo grave con la central nuclear de Zaporiyia?
– Hay un riesgo real. La central está muy fragilizada, está siendo atacada y hay que protegerla.

¿Cómo llega un argentino a conducir la máxima organización mundial de energía nuclear?
– Creo que ha una convergencia de factores. El azar, la formación, el rigor. Hay un sector nuclear argentino que tiene 70 años y hay una diplomacia nuclear argentina que tiene también muchísimos años. Y en una elección siempre hay uno que gana y uno que pierde. Pero lo que si hay es una formación de recursos humanos, de actividades de décadas detrás de esto. Así que no es tan azaroso que haya llegado un argentino. Y también hay un elemento providencial… (se ríe).

Grossi considera que «Argentina tiene una tremenda oportunidad en el sector nuclear. Es preciso detenerse a mirar en qué está el mundo y en un análisis relativo ver dónde estamos nosotros, cuál es el lugar que la Argentina ocupa en el mundo». Y apunta a que en un contexto de crisis global en materia energética por la guerra entre Rusia y Ucrania, este tipo de recurso cobra un rol central, además de considerarse un recambio importante frente a otras energías más contaminantes que están empujando el cambio climático y el calentamiento global.

Según Grossi, para los países que ya tienen desarrollada la energía nuclear, es «la confirmación de que estaban en un camino virtuoso; y para los que estaban decidiendo irse de la energía nuclear, puso un signo de pregunta muy grande». Por eso apuntala las ventajas comparativas que tiene la Argentina con una tradición de décadas en su desarrollo. «Es un país con 70 años de trayectoria, que está ubicado en el firmamento nuclear internacional. No es un país dominante en la materia, pero es un país claramente presente y que, siendo del hemisferio sur, tiene un perfil bastante diferente».

En este sentido, Grossi describió a la Argentina como «el exportador nuclear del sur». Se refirió especialmente al Proyecto CAREM señalando que «en el actual escenario, la Argentina tiene un lugar, pero sobre todo lo que tiene es una tremenda oportunidad, porque justamente existe un mercado internacional que está ávido, y lo digo como funcionario internacional a cuyo escritorio acuden ministros de energía de muchos países».
Además remarcó que, en un contexto en el que mucho se habla de la transición energética hacia fuentes más limpias, este país tiene una oportunidad mayor. «Energía limpia, pero que además genera mucho trabajo calificado: profesionales, ingenieros, técnicos. Hay una convergencia de factores a favor de la energía nuclear y, sobre todo, una gran oportunidad para el país».

UNA OPORTUNIDAD PARA ARGENTINA
El encuentro se realizó en la Nave de la Ciencia de Tecnópolis y el programa incluyó, además de las disertaciones del director general del OIEA Rafael Grossi, y la presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) Adriana Serquis, las participaciones del presidente de Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NA-SA) José Luis Antúnez; y el gerente general y CEO de INVAP S.E. Vicente Campenni. El panel fue moderado por la periodista Nora Bär.

Adriana Serquis, entrevistada por Gabriel Michi

Luego del conversatorio Newsweek Argentina también entrevistó a la titular de la CNEA acerca de la importancia que reviste que un argentino presida la principal organización de energía nuclear del Mundo.

N: ¿Qué representa que un argentino presida la OIEA?

– Para nosotros es una gran oportunidad. Pero también es una gran oportunidad para mostrar que si llegó un argentino a ese lugar es porque la tradición y el conocimiento que tiene nuestro país es el que da como resultado esto. No es una singularidad sino que es parte de todo un conjunto que ha tenido de tradición de formación de gente en el área. Además de que tenemos al titular de la OIEA también el embajador argentino en Viena (Gustavo Ainchil) va a ser el titular de Nuclear Suppliers Group (Grupo de Proveedores Nucleares) que es el que decide qué objetos y qué materiales tienen que estar regulados porque pueden llegar a tener aplicación nuclear. Eso nos condiciona muchísimas de las operaciones comerciales internacionales. Entonces, que Argentina sea capaz de liderar nuevamente ese organismo –Grossi lo hizo dos veces antes- y que se lo vuelvan a ofrecer a nuestro país es porque confían en nosotros. Sin ser una de las 20 economías más importantes, estamos en el G20 gracias a la energía nuclear. Ser parte de ese club selecto de países que posee ese conocimiento, nos pone en ese lugar.

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