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Las “Jefas” libertarias: quiénes son las mujeres que lideran el matriarcado de Milei
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Las “Jefas” libertarias: quiénes son las mujeres que lideran el matriarcado de Milei

Por Gabriel Michi

El presidente se rodeó de un grupo de mujeres entre las que se destaca el rol central de su hermana Karina. “El jefe”, es la persona más importante y poderosa del gobierno, después del Primer Mandatario. Pero no es la única: el papel de Villarruel, Pettovello, Mondino, Bullrich, entre otras. Y el lugar de Fátima Flórez. Peleas, intrigas y traiciones en la era del “matriarcado libertario”. ¿Hay un nuevo feminismo “de derecha”?

«Hemos sacado la figura de Primera Dama por considerarla anacrónica. Este Gobierno no va a tener Primera Dama. Tanto para Karina, como para Fátima, es una figura ofensiva para mujeres tan independientes y autónomas como ellas». Con esas definiciones el presidente Javier Milei marcaba la cancha acerca del rol que cumplirían las dos mujeres más cercanas a su presente. Pero que no son las únicas.

Pese a su diatriba anti agenda de género y sus consignas que chocan con los paradigmas reivindicatorios del rol de la mujer que promovió el feminismo vernáculo, el nuevo mandatario sí está rodeado de figuras femeninas que, con perfil propio y polémicas varias, vinieron a copar el escenario público.

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“Las mujeres de Milei” son en la realidad “las mujeres que sostienen a Milei”. Las “jefas” de una nueva época. Son tiempos donde se impone un nuevo matriarcado libertario. Donde no faltan las intrigas, los celos y las traiciones. Donde hay alianzas y rupturas. Pero todas con nuevo sello. El sello libertario. Y con una protagonista central: Karina. La hermana. “El Jefe”.

A ella, Javier Milei le reservó la Secretaría General de la Presidencia. Para eso, hasta se animó a derogar un decreto de la época de Mauricio Macri que prohibía la designación de familiares de los más altos cargos de un gobierno. Ella es el filtro por donde pasan todas las decisiones e incluso las designaciones. Sin su visto bueno, nada avanza. Si alguien se excede en algo no acordado, ¡afuera!… Todos (y todas) le temen. Javier Milei delega en su persona de mayor confianza cuestiones centrales del poder. Los despachos contiguos en la Casa Rosada son una fiel demostración de esa sociedad parental y política. Aunque el presidente haya elegido gobernar desde la Quinta de Olivos.

En el caso de la actriz e imitadora Fátima Flórez, pareja desde hace unos meses del presidente, su rol político es sólo el de acompañarlo sin hacer muchas olas. De hecho, ella no recibió ningún cargo –ni siquiera honorario- y siguió encabezando su exitoso espectáculo teatral en Mar del Plata durante el verano. En un par de ocasiones Javier Milei se hizo presente en el show y hasta se subió al escenario para compartir unos efusivos besos. Y participaron de algunos eventos sociales donde se los vio juntos. Pero la actriz no quiere aparecer involucrada en las disputas políticas y eso quedó en claro cuando Newsweek Argentina la quiso contactar para esta nota.

Fátima y Karina Milei tienen una buena relación, discreta y no muy explícita ante la mirada pública. Quedó en el recuerdo colectivo esa mirada punzante que la hermana del presidente le clavó a Flórez el día del triunfo de Milei cuando la imitadora realizó la mímica de lo que “El León” clamaba a sus fans desde el Hotel Libertador.

Otra de las mujeres centrales del gobierno de Milei es la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien parece haberse replegado a sus funciones como titular del Senado, alejada del Poder Ejecutivo. Si bien desde su entorno le aseguraron a Newsweek Argentina que ella mantiene una buena relación con el presidente, con el que habla por teléfono varias veces al día, el vínculo sufrió un fuerte cimbronazo cuando Milei no le otorgó el control sobre los Ministerios de Seguridad y de Defensa, dejándolos en manos quienes integraron la fórmula presidencial que compitió con ellos, Patricia Bullrich y Luis Petri. Villarruel –con su impronta de familia militar- pretendía quedarse con esas dos carteras, o al menos con una. Pero Milei optó por sus nuevos socios políticos de Juntos Por el Cambio.

La vicepresidenta finalmente aceptó las explicaciones que el propio presidente le dio sobre las necesidades políticas para garantizar la “gobernabilidad”. “Ella es verticalista, respeta las órdenes jerárquicas antes que nada”, señalaron desde su círculo íntimo.

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Fue en ese circunstancias en que Villarruel entendió que su tarea estaba signada en el trabajo legislativo de la Cámara Alta. Un trabajo que comenzó con una complicada presentación frente a su antecesora en el cargo, Cristina Fernández de Kirchner. Poco antes de asumir la vicepresidenta saliente la invitó al despacho que luego ocuparía ella para mostrárselo y explicarle algunas cuestiones operativas. Pero CFK hizo sentir su rigor hasta último momento. Cuando Villarruel llegó al encuentro le hicieron dejar su teléfono celular y el del asesor que lo acompañaba fuera del despacho. Minutos después ingresó Cristina con su celular en la mano y lo puso a la vista de sus invitados. Allí Villarruel entendió que CFK estaba haciendo una demostración de poder y que el encuentro protocolar pintaba hostil. Y, según cuentan, decidió no confrontar.

– ¿Qué lindo te queda ese color? – elogió Villarruel a Cristina, con referencia a la blusa violácea que traía la entonces vicepresidenta.
– Gracias – se sorprendió CFK.
– ¿Te pasaste a nuestro espacio? – ironizó Villarruel, por el color que identifica a los libertarios.
– No, jajaja – se río Cristina, algo que sirvió para descomprimir la reunión.

Con quien Victoria Villarruel no logró amenizar el vínculo es con Karina Milei. “Ni se hablan”, confiesan quienes las conocen. Pareciera que quedó la herida abierta cuando la compañera de fórmula de Javier Milei difundió un logo con su nombre en plena campaña presidencial. Eso fue interpretado como un intento de cortarse sola y una suerte de traición a su líder. Y molestó particularmente a Karina. Desde ese momento, su desconfianza se hizo más evidente, aunque ya existía incluso desde el momento en que su hermano –en el backstage de un set de televisión- le ofreció a Villarruel ser su vice.

Ahora la vicepresidenta sabe que sólo tiene que moverse dentro del ámbito legislativo, tejiendo alianzas para que salgan las leyes en un Congreso –y, en especial, un Senado- que le es particularmente adverso al oficialismo. “Ella habla con todos, sabe que muchas veces tiene que reconstruir puentes que Milei destruye en público y evita meterse en todo lo que tenga que ver con el Ejecutivo. Así elude problemas con Javier, pero especialmente con Karina”, aseguran.

Otra de las mujeres clave de la estructura de Milei es la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, quien sí tiene un vínculo muy estrecho con la secretaria General de la Presidencia. Esta exproductora de televisión, que realizó un posgrado en “políticas familiares” y estuvo casada con el actor Pablo Rago, conoció a Javier Milei cuando ambos trabajaban en la Corporación América de Eduardo Eurnekian.

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Pettovello goza de un perfil subterráneo y no responde a los requerimientos de la prensa. Es una mujer de fuerte carácter que ha sabido construir ese vínculo de confianza con los Milei que hoy le permiten encabezar una cartera estratégica. Tiene línea directa con Javier y con Karina Milei.

En el gabinete también resalta la figura de otra mujer, la canciller Diana Mondino, quien muchas veces opera como una suerte de vocera –no sin polémicas- del propio presidente sobre todo en cuestiones de política internacional, aunque no se priva de hacerlo también en el frente interno.

La economista cordobesa fue una de las primeras mujeres que defendió la postura de Milei en cuanto a ciertos reparos sobre la agenda de género: “El kirchnerismo quiere reducirnos a las mujeres a ‘personas menstruantes’. Definitivamente, el primer tongo a terminar será el Ministerio de Mujer, Género y Sanwichitos con sobreprecio”, planteó provocativamente en plena campaña, anticipando lo que finalmente ocurriría, la disolución de esa cartera.

Capítulo aparte merece esa mujer que se sumó al gobierno mileista en virtud de las necesidades mutuas. Patricia Bullrich no sólo fue la principal contrincante de Milei en la nómina de los opositores sino que en los debates presidenciales se dijeron de todo: incluso el actual presidente la acusó de, siendo parte de Montoneros, haber puesto bombas en jardines de infantes. Sin embargo, la necesidad tiene cara de hereje y hoy Bullrich volvió a conducir con mano de hierro –como lo había hecho en el gobierno de Mauricio Macri- el Ministerio de Seguridad. También tiene línea directa con el presidente.

Así las principales mujeres que integran el Poder Ejecutivo, las “jefas”, se supieron ganar un espacio propio, aunque siempre habrá una gendarme que fiscalizará todos los límites: la propia Karina. “Las mujeres de Milei” o, mejor dicho, “las mujeres que sostienen a Milei” detentan un enorme poder dentro del nuevo gobierno. Y eso se hace sentir, en la era del matriarcado libertario.

ESPADAS LEGISLATIVAS

Pero no sólo en el Poder Ejecutivo Milei cuenta con sus espadas femeninas. También ocurre en el plano legislativo, con referentes de La Libertad Avanza que además gozan de una fuerte presencia mediática. Dos de ellas son la cosplayer Lilia Lemoine y la periodista Marcela Pagano.

Lemoine le dijo a Newsweek Argentina que las mujeres de ese espacio cumplen “el mismo papel que los hombres” y señaló que su vínculo con Milei comenzó hace un tiempo: “Hace un par de años que somos amigos, lo respeto y lo quiero muchísimo. Confío en él. Lo voy a apoyar siempre; se acaba de cumplir, gracias a él, el sueño de tener un presidente libertario”.

Por su parte, Marcela Pagano sostuvo ante Newsweek Argentina: “Las mujeres como los hombres son, por sobre encima de cualquier otra condición, personas. Aunque parezca algo obvio, nos hemos ido de mambo con los extremos en la última década. Para muchos círculos sociales, la mujer se empodera cuando somete al hombre; para mí eso no tiene sentido alguno, como tampoco avalaría a un hombre sometiendo a una mujer en ningún ámbito de la vida. En este espacio político creemos en el mérito y en el talento por encima de los géneros. Hay mujeres muy talentosas en este espacio que ocupan roles trascendentales más allá de los cupos obligados por ley. Aun así, vivimos en una sociedad en constante cambio, donde el rol de la familia, la pareja, la femineidad y la vida, son conceptos en transmutación”.

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Además, la diputada nacional agrega: “Ser mujer es una condición que me regaló la vida. Soy de una generación de mujeres que decidimos estudiar y trabajar en ámbitos donde predominaban o únicamente habitaban hombres. Una y otra vez me he hecho lugar en espacios donde se me repetía que por mi edad, mi condición social, mi género o mi femineidad, no iba a poder sobrevivir. Pero esos espacios no los gané peleando contra el hombre, sino mostrando mi capacidad y empatizando con ellos. Ha sido siempre un placer compartir equipos de trabajo con hombres desde los 20 años, tuve grandes maestros de vida. Como a cualquier persona, mis experiencias de vida formaron mi carácter y mis convicciones, posiblemente ese sea mi principal aporte. Nunca fui producto de nadie, no me quiebro ante las crisis y donde me cantan truco yo directamente voy por el vale cuatro”.

MIRADA DE ESPECIALISTAS

Según Ana Paola Zuban, politóloga y directora de la consultora Zuban Córdoba, la pregunta sobre qué lugar le asigna Javier Milei a las mujeres en su gobierno, no tiene una respuesta unívoca. “En primer lugar, está el papel asignado a las mujeres en lugares de gobierno y responsabilidad de gestión. En términos numéricos, solo 3 de 9 ministerios son ocupados por mujeres. Pero desde hace varios años entendimos que las leyes de cupo y de paridad pueden ser instrumentos necesarios para garantizar la representación política de las mujeres, pero no son suficientes para remover los obstáculos que enfrentan las mujeres a la participación política. Estos obstáculos son multidimensionales y persisten en las organizaciones políticas (partidos políticos, instituciones, Estado, etc.) dinámicas informales (desigual reconocimiento, prácticas sexistas) que provocan o refuerzan esa desigualdad”.

Y continúa: “Aunque Milei aparece siempre rodeado de mujeres se ha manifestado públicamente en contra de la paridad de género, negando las desigualdades”, como también lo han hecho mujeres de su espacio. “La presencia de mujeres en cargos políticos importantes de decisión no garantiza una perspectiva de género, pero contribuye a visibilizar y naturalizar la presencia de mujeres en esos espacios”, expresa Zuban.

Por su parte, Mariel Fornoni, politóloga y directora de la consultora Management & Fit, considera: “Javier Milei no es una persona que habitualmente se pudiera pensar rodeado de un equipo de mujeres en su gestión. Evidentemente tiene una relación muy particular con su hermana, ‘El Jefe’, donde pareciera que ella es realmente la impulsora y la creadora del personaje de Milei. Después, en cuanto a la elección de la vice (Victoria Villarruel) me parece que se relacionó con la lealtad que ella mantuvo hacia él desde el inicio de su corta trayectoria política”. En cambio, Fornoni destaca que en el caso de la elección de Patricia Bullrich fue diferente y tuvo que ver con las necesidades coyunturales.

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Fornoni no ve en Milei “a una persona que a priori armaría un equipo de mujeres, pero terminó justamente rodeado de ellas”. Aunque marca que hubo casos, como el de carolina Píparo, a las que terminó segregando o corriéndolas del primer plano.

“Me parece que la lealtad fundamental está dada con su hermana, que es realmente quien lo crea a Milei y termina armando toda su carrera y sus relaciones, y a la que él evidentemente obedece. Pero aún no se sabe si las mujeres van a tener un rol importante de decisión en el gobierno de Milei. Si yo tuviera que arriesgar algo diría que no, que no la van a tener”.

Por su parte, la consultora Analía Del Franco expresa que si bien hay mujeres en el gabinete y un factótum especial llamado Karina Milei, cabe preguntarse si realmente está presente “la mirada de la mujer”.
“Las mujeres están, pero en relación a los avances, a las incorporaciones y a la idea del lugar de la mujer en la sociedad, creo que eso es lo que no hay”.

En ese plano Del Franco enumera la legalización del aborto, rechazada por los y las principales referentes del gobierno. Y también explica que hay lugares en el gobierno que ocupan mujeres pero que siempre fueron espacios “muy masculinizados”. “Este aporte que durante tanto tiempo se quiso dar a la postura de la mujer en la política, lo que le aportaría la mujer a la política, que es una mirada diferente, me parece que no lo estaríamos viendo, por lo menos en las que son más visibles”.

¿UN NUEVO FEMINISMO?

¿El arribo de estas mujeres al poder augura la irrupción de un nuevo feminismo? Eso está por verse. La legisladora Lilia Lemoine critica la posición del “feminismo progre” que venía siendo el preponderante en la agenda política argentina: “El feminismo es un colectivismo que hoy pide privilegios. Entorpece las relaciones entre hombres y mujeres, no soluciona los problemas ‘de género’, sólo los tapa. No existe feminismo ‘de derecha’ o ‘de la libertad’, como algunos dicen. Para mí no. Si el feminismo es de izquierda o no es, ¡QUE SE LO QUEDEN!”.

En tanto, su colega Marcela Pagano señala: “Creo en la femineidad por encima de las ideologías políticas. (…) La mujer ya no impone respeto por un grito o una bandera; el respeto se lo gana por lo que genera y construye. Yo apuesto por la libertad, si las mujeres se sienten libres de pensar, vivir, ejercer roles en la política o en la casa, entonces significa que una vez más ganamos la batalla cultural. En las únicas banderas que creo son aquellas en las uno abraza genuinamente, con el corazón y no por inseguridad, sometimiento o revancha. Por esto último Javier me eligió para ocupar el rol central en su lista de diputadas”.

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Por su parte, Ana Paola Zuban analiza que “hay muchos feminismos”. “Para el feminismo radical, lo que proponen o defienden los feminismos liberales se queda a mitad de camino y para ellas el feminismo radical es marxista y hegemónico. De todas maneras, es difícil encontrar feminismo dentro de los espacios libertarios. En general, se los encuentra haciendo uso de una narrativa anti política o anti sistema, reducción o achicamiento del Estado principalmente con el recorte en los fondos destinados a políticas sociales, la idea de políticas restrictivas a la inmigración de países limítrofes, la reducción del poder de los sindicatos, el retroceso en la conquista de algunos derechos, la oposición a políticas de género y una concepción profundamente meritocrática y empresarial”.

La especialista cita lo que está ocurriendo en Europa, donde hay un crecimiento de los partidos de derecha antifeministas. Y lo grafica en un estudio en el que se muestra que los discursos anti-género se han convertido en un “pegamento simbólico que sirve como estrategia que permite unificar bajo un mismo marco interpretativo diferentes malestares de la globalización neoliberal”.

Sin embargo, cita algunas excepciones: “En Argentina podemos encontrar espacios como Pibas Libertarias, Mujeres por la Libertad, e incluso Prisma (un espacio LGBTQ libertario) en la Libertad Avanza, que militan un feminismo que critica el rol del Estado como un limitante de las libertades individuales, creen en el concepto del mérito personal y se oponen a las leyes de cupo o paridad porque las consideran discriminatorias tomando distancia del feminismo hegemónico. No hay una uniformidad de pensamiento en cuanto al aborto, muchas lo apoyan, pero sostienen que el Estado no debe financiarlo. O la ESI, en general la apoyan, pero sin ‘adoctrinamiento’ del Estado”.

Para Mariel Fornoni, que integra la red más importante de mujeres profesionales a escala mundial (IWF), “es un error asociar al feminismo sólo al pañuelo verde o a los movimientos de izquierda. Hay todo un movimiento, hay todo un feminismo que tiene que ver justamente con el empoderamiento de la mujer, para ayudar a la mujer a que pueda creer en sí misma y desarrollarse profesionalmente.(…) La inclusión de mujeres en la política y en directorios de empresas ha crecido muchísimo, logrando romper el famoso techo de cristal”.

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Por su parte, para Analía Del Franco, puede haber feminismos de distintas ideologías, pero todo depende de la búsqueda de “empoderamiento” que ellas realizan. “Hay diferentes modos de llegar al empoderamiento. Puede ser que en ciertos posicionamientos ideológicos de derecha haya menor nivel de sororidad, menos solidaridad en algunos aspectos, pero las mujeres más chicas, las sub 40, tienen una posición muy parecida de lo que quieren ser en la vida profesional o del lugar que se quieren dar ellas, pero con ideas de derecha”.

Mientras hay quienes creen que hay un nuevo feminismo “de derecha”, otros consideran que es una suerte de reacción frente al que se había instalado con fuerza, en Argentina y el mundo. Una contraofensiva que encubriría una agenda anti-derechos. Lo cierto es que en eso las mujeres que rodean a Milei parecen estar de acuerdo. Las “jefas” apuestan a una suerte de “matriarcado libertario”. Este es su tiempo. Y quieren aprovecharlo. Bajo la mirada atenta de “El Jefe” que, pese al género del sustantivo, no es un hombre. Es una de ellas.

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