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¿Una nueva coalición de centroderecha?
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¿Una nueva coalición de centroderecha?

El apoyo a Javier Milei de la fórmula presidencial de Juntos por el Cambio tiene tres pilares: la posición histórica de Patricia Bullrich y Luis Petri contra el kirchnerismo; que la neutralidad sería apoyar a Sergio Massa; y que no se puede entregar el cambio. Esto conlleva cercanía en cuanto a las reformas que necesita el país.

En forma subterránea también existen conversaciones por esquemas de cogobernabilidad que sí o sí Javier Milei va a necesitar si gana. Y en esto es clave el rol de Mauricio Macri.

En este sentido existió una reunión de medianoche en la casa del expresidente a la que asistió también Javier Milei. Si Juntos por el Cambio no logra contener sus diferencias, estamos posiblemente, en la fase embrionaria de una nueva coalición de centroderecha.

En estas horas, Ernesto Sanz, del radicalismo, y Elisa Carrió, de la Coalición Cívica, socios fundadores de Cambiemos, advirtieron que la posición de Patricia Bullrich podría derivar en la ruptura de Juntos por el Cambio. “El que destruyó a Juntos por el Cambio es Macri”, disparó Elisa Carrió, y advirtió a la excandidata que iba a cometer un error histórico.

El abrazo entre Milei y Bullrich: «Que sea un buen gobierno»

En cuanto a la tensión existente en Juntos por el Cambio, se equivoca el que cree que es nueva. Si nos remontamos al año 2022, un comunicado del espacio promovido especialmente por Horacio Rodríguez Larreta, Gerardo Morales y Elisa Carrió le cerró cualquier chance de entrada a Javier Milei, a pesar de que el libertario no había pedido ser parte de la coalición. Lo que veían venir entonces, por la sintonía de Mauricio Macri y Patricia Bullrich con Milei, era que podía gestarse una alianza de centroderecha. En aquel momento ganaron esa pulseada y primó esa posición a la que se alineó Bullrich.

La tensión ideológica entre centroderecha y centroizquierda, dentro de Juntos por el Cambio, viene desde su propio origen y la dramática definición del ballotage termina transparentando lo que ya eran posiciones divergentes que se notaron durante el gobierno de Macri, y durante la PASO.

Pero no es la única tensión. En la propia UCR dirigentes importantes como el gobernador electo de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, ya habían anticipado que votarían por Javier Milei si llegaba al ballotage frente a Sergio Massa. Ayer mismo hubo dos comunicados de diferentes agrupaciones de la UCR titulados exactamente al revés: “Con Massa ni a la esquina” o “Con Milei ni a la esquina”. Uno pertenecía a los radicales Sub-40 de Córdoba, que plantean que apoyar a Massa es ser cómplices de la corrupción y la delincuencia kirchnerista; y el otro, del Movimiento Nacional de Militancia Radical, que plantea que jamás podrían votar a Milei y sus propuestas totalitarias.

El enojo de Cristina, la tabula rasa y los movimientos inminentes

La presidenta del PRO tuvo que dejar atrás graves acusaciones de Milei para tomar esta decisión. Recordemos que llegó a llevarlo ante la Justicia por llamarla montonera asesina. Hoy dijo que se perdonaron mutuamente. Su decisión estuvo antecedida por elogios del libertario a su rol como ministra de seguridad y que además decidió hacer tabula rasa para sumar músculo político a su fuerza. Luego de la conferencia de Bullrich, Milei publicó un dibujito de un león abrazando a un pato.

Antes que los dirigentes, la decisión de qué hacer en el ballotage, es un dilema para millones de argentinos que no votaron por las fuerzas que llegaron a la segunda vuelta. Se debaten entre un voto afirmativo por Massa o Milei, un voto en blanco o un voto anulado. Y el espacio mayoritario que quedó huérfano de candidato fue Juntos por el Cambio. La definición de Patricia Bullrich y Luis Petri, con el acompañamiento de Mauricio Macri, también estuvo precedida de otros dirigentes como Javier Iguacel, Eugenia Telerico o Waldo Wolf.

Hace dos días en esta misma columna les decía que no solo no estaba muerta la grieta, sino que había una balcanización en la oposición. Los candidatos de Juntos por el Cambio y otros dirigentes de ese espacio analizaron que esa división solo era funcional a Sergio Massa y al kirchnerismo en esta fase definitoria.

En el caso de Milei, está viviendo una paradoja. Había elegido refugiarse en el peronismo, pero Luis Barrionuevo terminó siendo un fiasco en su apoyo y el ballotage lo depositó en terreno anti-K. Si no es nítido en su antikirchnerismo no logrará sumar los votos que necesita. Y eso está haciendo. Sería imperioso que además renovara su compromiso democrático y no dejara dudas, insistiendo en posiciones retrógradas sobre la dictadura, o con intolerancia ante la prensa.

La traición radical

Pero, ciertamente, es la única persona que hoy quedó en frente del kirchnerismo para combatirlo en las urnas. Esta es la realidad innegable que leyeron los dirigentes de la oposición que decidieron darle su apoyo sabiendo que lo contrario sería abrirle el camino al quinto gobierno K, con Sergio Massa a la cabeza.

Y más allá de todo lo dicho, y de que efectivamente esto tensiona hasta un punto de ruptura a Juntos por el Cambio, los votos no son de nadie. Si no se aglutina la oposición, de igual manera lo hará el electorado que en más de un 60% votó contra Massa.

La dramática instancia del ballotage deja en una fase de realpolitik a la dirigencia política a tal punto, que ya pocos hablan de casta o no casta. Volvió con todo, la misma división de estos veinte años: kirchnerismo o antikirchnerismo. La grieta está más viva que nunca.

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