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Brexit: la negociación en crisis tras amenazas británicas
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Brexit: la negociación en crisis tras amenazas británicas

Las conversaciones comerciales sobre el Brexit entraron en una nueva crisis después de que Londres advirtiera a la Unión Europea que podría diluir el pacto de divorcio que firmó el año pasado a menos que el bloque aceptara un acuerdo comercial antes del 15 de octubre.

Según una información publicada en prensa, Reino Unido contempla aprobar una nueva legislación para descartar partes importantes del acuerdo de divorcio alcanzado el año pasado, lo que pone en peligro el tratado y podría crear fricciones en Irlanda del Norte. De confirmarse, se trataría de uno de los giros más sorprendentes de la saga del Brexit, que dura ya cuatro años.

De acuerdo con el artículo publicado en el Financial Times, algunas secciones del proyecto de ley de mercado interno que prepara el Gobierno británico «eliminan la fuerza legal de partes del acuerdo de salida» en áreas como la ayuda estatal y las aduanas de Irlanda del Norte.

Diplomáticos de la UE expresaron su consternación, advirtiendo que tal medida empañaría el prestigio global de Reino Unido y aumentaría las posibilidades de una salida caótica de la UE al cierre del 31 de diciembre.

El primer ministro británico Boris Johnson. REUTERS/Toby Melville/Poo

Reino Unido ha fijado el 15 de octubre como fecha límite para llegar a un acuerdo.»Si no podemos llegar a un acuerdo para entonces, entonces no creo que vaya a haber un acuerdo de libre comercio entre nosotros, y deberíamos aceptarlo y pasar página», dijo el primer ministro Boris Johnson el lunes, según su oficina.

Reino Unido dejó la UE el 31 de enero, pero las conversaciones sobre un nuevo acuerdo comercial antes de que el 31 de diciembre acabe el actual periodo de transición —que mantiene el statu quo previo— se han estancado en la negociación sobre las normas de las ayudas estatales y la pesca.

Sin un acuerdo, casi un billón de dólares en comercio entre Reino Unido y la UE podría verse sumido en la incertidumbre, incluyendo normas sobre todo tipo de intercambios, desde piezas de automóviles y medicamentos hasta frutas y datos.

¿ESTRATEGIA «A LA DESESPERADA»?

Algunos miembros del Partido Conservador de Johnson que defienden las bondades del Brexit argumentan que Reino Unido debería repudiar el Acuerdo de Retirada porque, según ellos, plantea peligros constitucionales para el país, incluso si las partes logran pactar las relaciones futuras.

En concreto, se refieren al artículo 184 del acuerdo, que obliga a ambas partes a hacer «todo lo posible, de buena fe y respetando plenamente sus respectivos ordenamientos jurídicos» para tratar de asegurar un acuerdo de relaciones futuras, y sostienen que la Unión Europea no lo ha hecho.

El supuesto plan para diluir el Acuerdo de Retirada —revelado en vísperas de nuevas conversaciones en Londres— fue condenado por los partidos a ambos lados de la frontera irlandesa y suscitó la sorpresa en Bruselas.

Banderas de la Unión Europea y del Reino Unido. REUTERS/Hannibal Hanschke

 

«Si el Reino Unido decidiera no respetar sus obligaciones internacionales, socavaría su posición internacional», dijo un diplomático de la UE. «¿Quién querría acordar acuerdos comerciales con un país que no cumple los tratados internacionales? Sería una estrategia a la desesperada y, en última instancia, destructiva para sus propios intereses».

Los líderes de los partidos Sinn Fein y SDLP, los dos grupos nacionalistas más grandes de Irlanda del Norte, también criticaron el plan del Gobierno.

Consultado sobre el artículo en el Financial Times, el secretario de Medio Ambiente Británico George Eustice dijo que podría haber algunas «ambigüedades legales» menores que necesitaban pulirse sobre el protocolo de Irlanda del Norte.

«Tenemos un Acuerdo de Retirada, y eso incluye el Protocolo de Irlanda del Norte, y estamos comprometidos a implementarlo», dijo a la cadena de radio de la BBC.

Eustice dijo que se estaban llevando a cabo negociaciones para «limar algunos detalles técnicos pendientes» sobre el funcionamiento del protocolo y podría ser necesario promulgar legislación para proporcionar seguridad jurídica. «No vamos a mover la portería», dijo a Sky News.

El jefe negociador de la UE, Michel Barnier, reconoció la ansiedad pero se negó a comentar la información publicada en el FT. «Sigo preocupado… Las negociaciones son difíciles, porque los británicos quieren lo mejor de los dos mundos», dijo Barnier a France Inter radio.

Si no se llega a un acuerdo, Reino Unido tendría una relación comercial con el bloque como la de Australia, lo que sería «un buen resultado», dijo Johnson también el lunes.

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