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Mario Vargas Llosa: la ceremonia de ingreso a la Academia Francesa, desde adentro
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Mario Vargas Llosa: la ceremonia de ingreso a la Academia Francesa, desde adentro

A las 15.00 horas de París, en el Instituto de Francia, el escritor peruano y premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, ingresó formalmente a la Académie Française, considerada una de las mayores instituciones literarias del mundo, creada en 1635 por el cardenal Richelieu.

La ceremonia lo consagró como el primer intelectual extranjero sin obra en francés en ocupar un lugar en ese reducido grupo del que formaron parte Alejandro Dumas, Voltaire o Alexis de Tocqueville, quien ocupaba el mismo “voto 18” que ahora ejercerá el autor de “La ciudad y los perros”, “Pantaleón y las visitadoras”, “La guerra del fin del mundo” y “La fiesta del chivo”, entre muchas otras novelas y ensayos.

Vargas Llosa conoció Francia a los 22 años, tras ganar un concurso de cuentos (Foto: Twitter de Álvaro Vargas Llosa)

El jueves pasado se desarrolló una rito secreto, exclusivo, en el que se concretó su admisión; este miércoles por la noche, sus pares le entregaron una simbólica espada; y, finalmente, este jueves se celebró la ceremonia oficial, en la que pudieron estar presentes numerosos invitados, sus familiares y sus amigos, entre los que se encontraban el rey emérito de España, Juan Carlos I; y el intelectual argentino y titular de la Cátedra Vargas Llosa, Darío Lopérfido, columnista destacado de Newsweek Argentina.

En efecto, Lopérfido estuvo presente en la ceremonia a la que calificó como “muy emotiva”. “Lo vi muy emocionado. Fue muy aplaudido por sus pares, intelectuales respetadísimos, en varios fragmentos de su discurso. Me consta personalmente que Mario se tomó esto muy en serio, como un gran honor”, relató.

La Academia Francesa televisó el acto por streaming a todo el mundo, y se pudo ver y escuchar el largo discurso del escritor latinoamericano, en el que repasó su trayectoria y dio cuenta de su respeto y conocimiento por la lengua y la literatura de Francia. Pero el argentino vivió el clima de ese “hecho histórico” en primera persona y agregó: “Habló de sus inicios en Perú, de su infancia, su juventud; de su vinculación con la literatura francesa; de su amor por Flaubert y por ‘Mademe Bobary’; y también de la libertad, que es fundamental para el desarrollo de la literatura, sobre todo en estos tiempos”.

En ese último sentido, cuenta Lopérfido, habló también de Louis-Ferdinand Céline, una de las plumas francesas más notables del siglo XX, pero que estaba identificado con el nazismo. Pese a ello, Vargas Llosa adoptó una postura valiente y sostuvo que era imprescindible valorar sus obras, más allá de su ideología.

Pero, sin dudas, Flaubert es su debilidad. “Lo que pasa es que Mario es un experto en la obra de Flaubert, muy reconocido y brinda conferencias sobre ello. De hecho, él mismo contó que se decidió a ser escritor luego de leerlo”.

En efecto, lo narró así: “Conocí Francia a los 22 años, en 1958, como parte de un premio en un concurso de cuentos en la Revue Française. Pasé un mes maravilloso en París. Luego regresé después de hacer el doctorado en Madrid. La noche misma que llegué a París compré en La Joie de Lire, una librería que estaba en el Barrio Latino, un ejemplar de ‘Madame Bovary’. Oye, me pasé la noche entera leyendo. El deslumbramiento que me produjo ese libro… tanto que me convertí en un flaubertiano frenético. Y entonces decidí ser escritor. Decidí eso en Francia. Flaubert me confirmó que la literatura era una forma de vida”.

Una vez que el autor terminó su discurso y tras una ovación, fue el turno de del escritor francés Daniel Rondeau, amigo de Vargas Llosa de aquellos tiempos en los que vivió en Francia, responsable de haberlo propuesto para ese honor. De hecho, Lopérfido recuerda que en una reciente entrevista con El Mundo, el intelectual peruano lo contó así: “Jamás se me pasó por la cabeza presentarme a la Academia. Pero en un viaje reciente a París, con motivo de la salida de mi última novela, me llama, como saliendo del fondo de los siglos, Daniel Rondeau, al que conocí en mi época parisina y uno de los primeros descubridores de la novela latinoamericana. Tomamos un café y ahí me entero de que era miembro de la Academia, y ante mi sorpresa me dice que me presente. ‘Hemos hecho una votación, no ha habido ningún voto en contra, solo dos abstenciones. Hay un ambiente magnífico y mañana te invita a almorzar la secrétaire perpétuelle’. ¡Perpetua, nada menos!… La historiadora Hélène Carrère d’Encausse. Sí. Tiene un departamento precioso sobre el Sena. Ella es experta en Rusia, y me contó, por cierto, que los rusos le habían vetado sus libros porque había criticado la invasión de Ucrania. El caso es que ella ya tenía mi carta de candidatura escrita y me dijo: ‘tienes que decidirte ahora’. Y así fue cómo de la noche a la mañana me encontré con que era miembro de la Academia Francesa”.

Vargas Llosa junto a los directores de la Cátedra Vargas llosa, minutos después de la ceremonia de ingreso a la Academia Francesa

El discurso de Rondeau, quien estaba sentado al lado de Hélène Carrère d’Encausse, la titular de la Academia Francesa (el cargo real es secretaria perpetua), fue muy elogioso hacia Vargas Llosa, quien siguió con atención cada palabra y se emocionó con varias de ellas.

Tras estas palabras, la transmisión internacional se interrumpió, pero Lopérfido seguía allí: “Una vez que terminó, salimos todos a un patio que tiene el Instituto, y ahí lo esperaban sus colegas, los invitados y los periodistas. Habló con todos, uno por uno, se sacó fotos. Se lo veía realmente feliz y honrado por este reconocimiento”.

Varlas Llosa tiene 86 años y, pese a ello, en ningún momento se lo vio cansado, a pesar de las casi dos horas de ceremonia, de las cuales estuvo leyendo su discurso casi la mitad. “Mario es una persona de una energía increíble. No para. De hecho, él es miembro de tres academias: la de Perú, la Real Academia Española y ahora de la francesa. Como la española y la francesa se reúnen los jueves, él ya anunció que va a estar dos semanas en cada una. Y, además, está terminando de escribir una novela situada en Perú, sobre un músico peruano, así que también viajó para situarse en el lugar de la novela e investigar algunas cosas”, concluyó.

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