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Carlos Fara: “Que haya salido el DNU es una victoria política importante para Milei”
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Carlos Fara: “Que haya salido el DNU es una victoria política importante para Milei”

Este viernes se venció el plazo para que la Comisión Bicameral trate el DNU de 300 páginas que Javier Milei firmó, el cual establece innumerables reformas legislativas y abre innumerables frentes de combate. Por lo tanto, entró en vigencia. Para Carlos Fara, titular de Carlos Fara y presidente de la IAPC, la entidad que agrupa a los consultores políticos de todo el mundo, se trata de una primera gran victoria al frente del gobierno.

Desde luego, en esta entrevista con Newsweek Argentina, admitió que rápidamente puede transformarse en una derrota, dado que no cuenta con el poder suficiente para consolidar su plan sin negociar. El problema, plantea, es que el Milei pragmático de las primeras semanas parece haberse convertido en un intransigente, que ni siquiera está dispuesto a negociar con sus aliados.

¿Qué nos depara entonces en 2024? ¿Qué pasa si la conflictividad política y social se acentúa? ¿Y si la economía no da las esperadas señales? ¿Hay diálogos “subterráneos” entre el Gobierno y los mismos sectores que ya están movilizados? Todos estos temas son puestos bajo la lupa de Fara, habitual columnista de Newsweek Argentina.

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¿Qué quiere hacer Milei? ¿Cómo se explican las decisiones que tomó en estas primeras semanas?
– ¡Qué buena pregunta! (risas) Convengamos una cosa bastante obvia: él necesitaba que muy rápidamente se notase que se estaba en un escenario de gran cambio, ¿no? La hiperactividad, el shock que representa el DNU, ahora la Ley Ómnibus, o sea, hay un cambio, genera una polémica sí o sí. En ese punto, Milei gana la primera curva en instalación pública y en opinión pública, porque obviamente le marca la agenda a todo el mundo; ahora todos tienen que discutir las cosas que propuso Milei. Un poco como hizo en la campaña, en el sentido de que él habló de la dolarización y del cierre del Banco Central, y después todo el mundo tuvo que posicionarse en función de lo que había dicho Milei. El segundo aspecto, que lo dicen varios colegas y periodistas, es que el presidente sabe que llega con menor poder político en la historia y, por lo tanto, necesita enmascarar esa debilidad con una agenda muy ambiciosa.

Luce más poderoso de lo que en realidad es a la hora de los números, pero bueno… es una estrategia, y no está mal.

Y lo tercero es un interrogante respecto de si él es un intransigente que juega al “todo o nada” o si esto es poner la vara alta para después empezar a negociar.

En sus columnas siempre describe a Milei como un pragmático, un bilardista. Pero, como señala, en las últimas semanas parece dar gestos de intransigencia. Incluso varios posibles “aliados” (como Pichetto) sostienen que quieren ayudarlo y él “no los deja”. ¿Cuál de los dos es el verdadero Milei?
– En mi columna para la próxima edición impresa de Newsweek Argentina, justamente, escribía que pasamos de los primeros diez días en donde todo el mundo decía que estaba siendo pragmático, a este shock del DNU y después, de la ley. Con lo cual, ahora queda una duda legítima respecto a cómo está jugando Milei. Es absolutamente cierto que los que lo quieren ayudar dicen que no se deja, que no hay nada para negociar y, además, les molesta el genérico de “la casta” y el tema de las coimas. También es absolutamente cierto, y uno conoce, que hay muchos túneles subterráneos tendidos con distintos sectores por distintas cuestiones. Digo, a los sindicatos les manda una señal; a los piqueteros de alguna manera también, tratando de llevar la fiesta en paz el 20; también con la CGT por la movilización. O sea, despejaría la paja del trigo: una cosa son las declaraciones públicas, y otra esta actitud de conversación. Lo mismo con los movimientos sociales. Ahora, vamos a ver si esos túneles finalmente salen a la luz, o si Milei lo está mandando a Francos como paloma, pero en realidad es un gobierno de halcones. Por un largo rato, va a quedar interrogante.

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Haciendo un ejercicio de imaginación, ¿qué puede pasar si Milei gana esta batalla y qué ocurre si la pierde?
– Hay que trazar una diferencia. El DNU se pone en práctica sencillamente porque pasó el tiempo y el Congreso no lo trató. De hecho, por todo lo que me han dicho distintos sectores desde adentro, el oficialismo no hizo ningún esfuerzo por constituir la Bicameral. Es decir, pasa sin inconvenientes, independientemente de las cuestiones judiciales. La ley es otra historia, porque la sí tiene un tratamiento formal. Es cierto que en esta etapa de luna de miel, él puede aducir “la casa me impide llevar a cabo reformas que favorezcan a la gente”. Pero eso dura un rato. Después empieza algo habitual en la cultura política latinoamericana: el tema de si vos tenés poder o no tenés poder. Puedo decir muchas cosas sobre la casta, pero si estoy atado de pies y manos, al final es un gobierno sin poder. Y eso a la larga, te desempodera, te pone en una situación, como decimos popularmente, de “cualquier perro te labra”. Lo de la ley va para largo; son diferentes aspectos y también, cuando vos mandas una ley, está claro que al seguir los procedimientos normales, vos estás más dispuesto a negociar, a la corta o a la larga, aceptando algunas modificaciones.

Pero el hecho de que haya salido el DNU, por omisión o tratamiento, es una victoria política importante para Milei, porque hace una primera jugada y, en el fondo, le sale bien, desde ese punto de vista. Después está toda la discusión: por un lado la legal y, por el otro, la de los distintos sectores afectados por las cosas que dice el DNU.

¿Ve una judicialización?
– Sí, pero igual eso creo que lo judicial viene de largo; muy largo. En general hay una Justicia que no quiere ir sobre el fondo de la cuestión porque nadie quiere ponerle un obstáculo a un presidente que recién arranca, que lleva tres semanas al mandato. Y mucho menos la Corte. No va a aceptar los per saltum y va a tirar todo para adelante, para que nadie la acuse de estar haciendo golpismo institucional. Me da la impresión de que es una primera victoria. Después se podrán caer cosas, hay cosas que serán declaradas inconstitucionales, todo lo que quieras. Pero por lo menos ganas yardas en el campo de juego.

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¿Qué podría considerarse una derrota en este caso?
– Que se caiga por algún lado en la Justicia, o porque el Congreso finalmente se la vote en contra. El Congreso puede actuar de oficio; esto es que puede tratar los DNU, independientemente de lo que suceda en la Bicameral. Sería como decirle “si nos vas a tratar tan mal, para que entiendas, ya mismo te lo rechazamos”. Los votos todavía no los tienen; esa es la verdad.

¿Cómo puede influir la calle en este proceso? Porque ya hemos visto intentos por ganarla, tanto por parte de sectores opositores y gremiales como del gobierno, con el protocolo de Bullrich.
– Dadas la personalidad y la conducta del personaje, no creo que haya temas que se le vayan a trabar sencillamente porque haya mucha movilización en la calle. Yo siempre pongo el mismo ejemplo: Macri se comió las toneladas de piedra con la Ley Previsional, pero la aprobaron y quedó vigente. Con lo cual, lo que pasa en la calle es un poco relativo. Salvo que te asuste. Pero no parece ser que el personaje se vaya a asustar con esta situación.

Usted mencionaba a la CGT y también ciertas negociaciones subterráneas. En estos días Armando Cavallieri dijo que ercio estaba dispuesto a negociar nuevos convenios…
– Jaja, claro, salió con la bandera blanca (risas).

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¿Ve a la CGT negociando con Milei?
– Yo creo que no quieren apretar el acelerador para que no los acusen rápidamente de estar obstaculizando al gobierno. Por eso dicen “bueno, hasta marzo”, “en marzo vemos”, y en el medio hacemos declaraciones, elaboramos un documento, hacemos otra marcha, pero todo “pour la galerie”, porque eso no cambia nada. ¿Por qué? Porque, en parte se tienen que contener entre ellos, entre sus propios halcones y palomas.

Luego hay que ver qué están percibiendo ellos en las bases: si las bases les están reclamando cosas o no les reclaman nada. Me da como la impresión de que lo que tiene que ver con la CGT clásica, que en su mayoría son gremios de actividades privadas en competencia, esos son los más realistas y los más negociadores, por una cuestión de supervivencia y de relación con la patronal. Me parece que lo van a tratar de aguantar.

Comercio es el gremio más grande de la Argentina, y no es un detalle menor. La idea de lo que se llama la “mochila austríaca”, que es el sistema de la UOCRA, contaba con apoyo. Finalmente en el Gobierno cambiaron de secretario de Trabajo, pero tenían a una persona que iba con ese proyecto. Entonces, ¡ojo!, que me parece que hay más de uno que como CGT sea confrontativo, pero como gremio particular vaya haciendo algunos gestos de paz.

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Hace muy poco lo eligieron presidente de la IAPC, que es la asociación que reúne a consultores políticos de todo el mundo. ¿Le preguntan por Milei? ¿Están al tanto de lo que pasa aquí?
– Sí, de hecho, teníamos un panel de elecciones en distintos lugares del mundo y el encuentro de IAPC sucedió durante la semana previa a la segunda vuelta. Y yo tuve que exponerles, y contarles la situación. Y, por supuesto (todos en general, pero especialmente los americanos), están mirando si acá hay otro Trump.

¿Lo comparan con Trump, en líneas generales?
– Bueno, es el personaje que más cerca tienen, además de que se profieren halagos entre ellos. Se convirtió en noticia mundial, indiscutiblemente.

Cuando se analizan las políticas de Trump y luego ve el plan político-económico de Milei, parecen proyectos contrapuestos. ¿Usted cómo lo evalúa?
– Son fenómenos de características bastante distintas, en el sentido de que Trump es más nacionalista, proteccionista; y, efectivamente, Milei tiene más un perfil de libre mercado clásico (extremo, pero clásica). Pero hay algunos puntos de contacto, desde el punto de vista de su electorado, que son, por así decirlo, una clase trabajadora que quiere ver progreso.

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¿Cómo ve la reorganización del peronismo tras la derrota? En las últimas semanas, más allá de Kicillof, los únicos dirigentes que han aparecido públicamente rechazando el plan de Milei también podrían considerarse outsiders: Juan Grabois en la calle y Guillermo Moreno en las redes.
– Sí, es absolutamente así. Pero son, digamos, personajes con poco poder, ¿no? Son los que tienen más libertad de acción para salir y decir distintos tipos de cosas. Están con las manos más libres. En cambio, si vos sos gobernador, o sindicalista, o estás a cargo de un movimiento social, tenés que ser mucho más cauteloso. Hay más para perder. Y luego, entre que hay muy pocas palabras de Cristina y silencio absoluto de Massa…, Son personajes que lo van a esperar a Milei, a ver qué pasa.

¿Cuál sería entonces la estrategia de Cristina y Massa? ¿Van a esperar a que hagan efecto las medidas de Milei?
– Están esperando, obviamente. Kicillof sí tiene que salir a poner la cara, porque le tocan la caja. No le queda otra. Pero, en general, me parece que la mayoría está para una negociación con Milei. Especialmente los gobernadores, por un tema de conveniencia mutua. Si a Milei le va mal, las provincias les va mal. No tiene mucho misterio. Y viceversa: si explotan las provincias por algún lado, en general el clima no va a ser bueno para Milei tampoco. Por eso, me parece que, si hay astucia, si hay política, tarde o temprano van a terminar en alguna negociación.

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