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Por qué Rusia asegura que Suiza ya no es un país neutral
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Por qué Rusia asegura que Suiza ya no es un país neutral

En las últimas semanas, el Gobierno de Suiza, en su tradicional condición de país neutral, se ofreció a representar los intereses diplomáticos de Ucrania en Rusia y de Rusia en Ucrania, en busca de un acercamiento para poner fin al conflicto bélico.

No es la primera vez que lo hace, sino que tiene sobrados antecedentes en este tipo de intermediación diplomática. De hecho lo hizo y lo sigue haciendo entre Rusia y Georgia, a raíz de la guerra de 2008.

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Ivan Nechayev, admitió que existieron tales acercamientos. “Los suizos estaban efectivamente interesados en nuestra opinión sobre la posible representación de los intereses de Ucrania en Rusia y de Rusia en Ucrania», les dijo a los periodistas.

Pero Moscú rechazó la propuesta argumentando que Suiza ha dejado de ser un país neutral. ¿Por qué?

Nechayev explicó: “Respondimos muy claramente que Suiza, por desgracia, había perdido su condición de Estado neutral y no podía actuar ni como intermediario ni como representante. Berna se ha sumado a las sanciones ilegales de Occidente contra Rusia».

En efecto, Suiza se sumó a las sanciones impuestas por Bruselas tras la invasión, por lo que el Canciller calificó a la propuesta como “incomprensible”. Rusia calificó a tales sanciones como “ilegales” y ha tomado represalias en materia económica, pero especialmente en relación a la energía.

Pese a ello, la Unión Europea considera que Suiza es uno de los eslabones más flojos del bloqueo a Rusia: el cantón de Zug, un lujoso refugio en los Alpes, es una importante colonia para los oligarcas rusos. Es más, allí se encuentra también la sede central de los gasoductos Nuth Stream 1 y 2, además de una de las principales oficinas comerciales de Gazprom en Europa.

Según cuentan, en Zug hay tantos oligarcas rusos que incluso existen tours para recorrer sus mansiones. Y por eso el lugar fue el primer foco para la implementación de las sanciones europeas. El 80% de los commodities rusos se comercializa a través de Suiza, pero resulta sumamente difícil vincular a esos empresarios con las empresas que realizan las operaciones (utilizarían testaferros o ponen sus empresas a nombres de familiares con otras nacionalidades). Por lo tanto, también esta aldea exclusiva se convirtió de algún modo en un refugio.

Se calcula que los bancos suizos manejan unos US$ 150.000 millones rusos, pero hasta mediados de julio sólo se habían paralizado US$ 6.800 millones en activos y unas 15 viviendas.

Para tener una proporción, en toda Europa los embargos a privados llegaron a US$ 14.000 millones, es decir que casi la mitad de los activos rusos en ese continente se detectaron en Suiza. Pero además se han paralizado otros US$ 20.000 millones en reservas del banco central ruso depositadas en Europa y transacciones por unos US$ 200.000 millones.

La decisión de Suiza de sumarse a las sanciones de la Unión Europea significaron un cambio en la posición histórica de neutralidad. Pero las presiones son fuertes porque, como se señalaba, esta nación es considerada como uno de los puntos ciegos del sistema financiero global, y el Gobierno suizo teme un avance que lo perjudique en el largo plazo.

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