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La fórmula de Hugo Basilotta, el Rey del Alfajor, para adaptarse a la crisis y seguir creciendo
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La fórmula de Hugo Basilotta, el Rey del Alfajor, para adaptarse a la crisis y seguir creciendo

El 24 de diciembre, mientras todos los argentinos se preparaban para celebrar la Nochebuena, el vocero presidencial, Manuel Adorni, publicaba uno de sus habituales y picantes tuits para abrir debate en las redes sociales. “Hay que prohibir el alfajor de fruta. Fin”, disparó.

Y el tiro pareció dar en el corazón de Hugo Basilotta, el vicepresidente y la cara visible de Guaymallén, el alfajor más popular del país, quien suele calificar a sus tradicionales alfajores de fruta, los del envoltorio verde, como “caviar”.

“Con todo respeto, Sr. Vocero, ¿¡cómo va a prohibir el caviar!? ¡Me extraña!. Fin”, respondió Basilotta. Adorni entendió la dinámica humorística de la polémica que él mismo había creado y cerró el “cruce” con un emoji de aplausos.

Pasados los festejos, el empresario conversó con Newsweek Argentina sobre esta rutina cómica improvisada y sobre las perspectivas de la empresa y la industria nacional ante las medidas anunciadas por el presidente Javier Milei y la crisis que amenaza con profundizarse. “En un año vamos a cumplir 80 años”, y le contó a este medio cuál es el secreto para salir adelante en momentos difíciles.

Tuvo esta Navidad algún intercambio con el vocero presidencial por los alfajores de fruta y lo que planteó como posibles “restricciones al ‘caviar’”, ¿verdad?
– Jaja, sí, y me contestó con un aplauso. Se ve que es un buen hombre. Pero, bueno, cada uno tiene sus gustos. Yo muchas veces aprovecho estas cosas para comentar en las redes, y cuando vi que había puesto lo de los alfajores de fruta, me causó mucha gracia. Estuvo muy bien.

¿Qué opinión le merecen las medidas anunciadas por el Gobierno en estos primeros días? ¿Benefician a la industria nacional?
– La verdad que nosotros nunca nos metimos en la política nacional, a pesar de que siempre estamos al tanto de lo que pasa. En un año vamos a cumplir 80 años. La empresa empezó con mi suegro y hoy la continuamos con mi mujer, mis hijos y mis dos nietos trabajando. En este tiempo hemos pasado por varias crisis… bueno, por todas. Y siempre salimos bien parados porque siempre estuvimos al alcance de la gente. Nuestro modelo siempre fue “mucho volumen de producción, poca rentabilidad”.

Tratamos de adaptarnos a la realidad del país, porque cada Gobierno tiene lo suyo. No se puede remar contra la corriente. Siempre tratamos de estar al alcance de todas las clases sociales, y por eso siempre nos fue bastante bien.

Como cuenta, Guaymallén ha sido testigo de todas las grandes crisis de esos 80 años. ¿Qué tan grave es la situación actual?
– Yo creo que hay que tener confianza en este nuevo presidente. Recién asumió y esperemos que le vaya bien. Yo no me meto en esos temas del DNU, porque no entiendo esas cosas. Nosotros trataremos de adaptarnos a las circunstancias.

¿Cómo hace Guaymallén para adaptarse, es decir, mantener un precio accesible, mantener la calidad y también al personal en este contexto?
– Negociamos mucho con los proveedores. Generalmente, tenemos dos o tres proveedores por rubro. Nosotros ganamos más en la compra que en la venta. Cuando vemos que hay proveedores que se quieren pasar un poquito de vivos… (se ríe) Digo, primero te aumentan por el dólar blue, después por el dólar no sé qué… Nosotros utilizamos mucha cantidad de producto para fabricar 3 millones de alfajores por día, y entonces muchas veces los llamamos a la reflexión. “No aumenten demasiado, querido, porque estábamos con el dólar a $1.000, y ahora el oficial está en $800”.

¿Y ellos reflexionan?
– Y, sí, porque, si no, no venden. Como tengo tres proveedores por rubro… Si no, les digo “no te compro”, y trato de negociar con otro. Esa es una política que nos dio mucho resultado.

Además de un apasionado de los alfajores, Hugo Basilotta es un hincha de Vélez sumamente comprometido con el día a día del club (Foto: Cuenta de Hugo Basilotta en X)

¿El volumen de ventas se está manteniendo?
– El nuestro es un alfajor que siempre estuvo al alcance de todos. Es una política de muchos años que heredamos de mi suegro. A veces tendríamos que aumentar cierto porcentaje y no lo hacemos, o aumentamos un porcentaje menor, porque tenemos cierta espalda para aguantar y mantenernos competitivos. Tenemos 300 operarios. Los gastos de la estructura son grandes; tenemos tres fábricas: dos en Mataderos y una nueva en Spegazzini.

Así que si tenemos que empatar, empatamos. Y alguna vez hasta perdimos, eh. Pero después vinieron épocas buenas en las que ganamos. Nuestra rentabilidad siempre fue 5%, 6%, 7%, pero de ahí no va a pasar. Es una pyme familiar, y si nos tenemos que ajustar, nos ajustamos.

¿La idea es mantener un crecimiento más sostenible, parejo?
– Lógico. Ahora el presidente avisó que vamos a tener un año muy bravo, y trataremos de adaptarnos a las circunstancias. Hay que tener confianza. No entramos en temas políticos y económicos: lo que nosotros sabemos es hacer alfajores, manteniendo nuestras políticas. Nada más.

Una de las estrategias que utilizan muchas empresas de diferentes rubros es la diversificación. Guaymallén siempre ha sido un producto popular, pero han empezado también a competir en otros segmentos. ¿Seguirán en esa senda?
– Sí. Nosotros el año pasado sacamos nuestro Guaymallén de Oro, que anduvo muy bien y tiene una estupenda rentabilidad. Y ahora estamos pensando para marzo, cuando termine la época de calor, lanzar, también en el segmento premium, nuestro Guaymallén de Platino, con chocolate blanco. Y nos va a ir muy bien, como nos fue todo el año. Argentina tiene unos alfajores extraordinarios, tanto los industriales como los regionales. El alfajor es un emblema argentino. Y nosotros lanzamos unos premium que están bastante alejados de los premium argentinos. Llegamos a la gente que por ahí no tiene suficiente dinero para comprar muchas cosas.

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