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Pablo Blanco: “Yo creo que la Ley Ómnibus va a avanzar”
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Pablo Blanco: “Yo creo que la Ley Ómnibus va a avanzar”

El senador por Tierra del Fuego Pablo Blanco fue uno de los legisladores radicales que votó en contra del Mega-DNU de Javier Milei y permitió que el decreto del mandatario fuera rechazado en la Cámara Alta. Sin embargo, a pesar de que considera que es inconstitucional, asegura estar de acuerdo con la gran mayoría de las medidas allí dispuestas. Para él, un dirigente de fuertes convicciones republicanas, en una democracia las formas también cuentan, explica.

Ahora, el Congreso se prepara para discutir una vez más la Ley Ómnibus (todavía no se sabe si reformada o recargada) y el legislador de la UCR afirma que todo parece estar encaminado para su aprobación en Diputados.

“Esperemos que Gobierno haya aprendido” y que permita “dialogar y discutir un proyecto que no solamente sea beneficioso para una parte”, aseveró en diálogo con Newsweek Argentina este viernes, horas después de que Milei viajara a su provincia para recibir y agasajar a la jefa del Comando Sur de los EEUU, Laura Richardson.

Para Blanco, Milei desairó al gobernador fueguino, Gustavo Melella, a quien no avisó que viajaba y sin el cual anunció la construcción de un puerto de aguas profundas, un viejo anhelo de la provincia, pero en cooperación con EEUU. “No podemos llevar adelante una obra de esta envergadura en una zona geopolíticamente tan importante, que no es ni más ni menos que la puerta de entrada a la Antártida, con una potencia extranjera”, enfatizó.

Además, se refirió al régimen de promoción industrial de Tierra del Fuego y descartó haber recibido presiones por parte de empresarios para votar a favor del DNU, lo cual finalmente no hizo.

¿Qué le ha generado el viaje del presidente Javier Milei a Tierra del Fuego, su provincia, para recibir a la jefa del Comando Sur de los EEUU?
– Le podría dar dos consejos. El primero es que la próxima vez que tome la decisión de viajar a nuestra provincia lo haga en el tiempo que más o menos corresponde y no tome un avión que tarda más o menos seis horas, cuando un avión de línea lo trae en tres y media. Y el segundo es que, si va a una provincia, es que más o menos se aprenda el himno de esa provincia. Además, el himno de Tierra de Fuego es muy importante para todos los argentinos, no solo debe aprender la primera estrofa. Y el ministro Petri, lo mismo; no alcanza con mover los labios. Y ni hablar de que se negó a ofrecer unas palabras porque no había preparado nada. Pero todo esto es cotillón nada más.

Lo central es que es una total falta de respeto del presidente ir a una provincia y no decirle que va a ir a quien administra, al máximo responsable del gobierno de la provincia. Y encima al anunciar una obra que es muy importante para los fueguinos, que es un viejo anhelo, porque hace más de 30 años que venimos tratando de que eso se logre.

Desde luego, si es cierto lo que anunció el Presidente de la Nación de que van a hacer un puerto de aguas profundas… Aparentemente lo haría con EEUU, lo que me parece completamente fuera de lugar. No podemos llevar adelante una obra de esta envergadura en una zona geopolíticamente tan importante, que no es ni más ni menos que la puerta de entrada a la Antártida, con una potencia extranjera. Ni los chinos, ni los yanquis, ni mucho menos los ingleses, que tienen un radar instalado hace más de dos años en Tierra de Fuego y ahí sigue “vivito y coleando”.

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Hablando de la relación entre el presidente y Tierra del Fuego, uno de los temas que está en la agenda presidencial (incluso desde la campaña) y también en la del Congreso parece ser la de los subsidios para el régimen de promoción industrial de la provincia, que beneficia particularmente a dos empresas. ¿Cuál es su visión al respecto?
– Él al principio de la campaña presidencial dijo que éramos todos unos estafadores, porque estafábanos al pueblo argentino con el régimen de promoción industrial. Pero después cambio cuando se dio cuenta de que eso había caído muy mal en la provincia. Y ahora dijo que la nación debería tomar el ejemplo de Tierra del Fuego y que las demás provincias deberían generar similares circunstancias. En ese sentido, quiero creerle que lo que dice es sincero, en el sentido de que no va a modificar el régimen que fue ampliado hasta el año 2038 por el Gobierno anterior. Todo esto, más allá de la críticas que hay sobre todo el sistema de Tierra del Fuego en base a una entelequia: sacan cuentas de cuánto deja de recaudar el país producto del régimen de Tierra del Fuego, en base a la actividad económica que tiene hoy la provincia. Pero lo que no ven estos señores, que están acostumbrados a ver el país desde la 9 de Julio o la Plaza de Mayo, es que sacando este régimen la actividad económica de Tierra del Fuego pasaría a ser prácticamente nula. Y no solamente no van a recaudar, sino que además van a tener que poner plata para sostener a la gente que va a quedar sin empleo, que son 12.500 personas en forma directa y dos o tres veces ese número en forma indirecta.

La verdad que se habla mucho desde el desconocimiento. Se habla de falta de tecnología, de barbaridades como que se traen celulares desarmados para armarlos en Tierra del Fuego… Se nos trata con un desprecio que llama la atención en dirigentes políticos, inclusive de mi propio espacio político, de la UCR.

En la sesión del Senado por el DNU usted mencionó unos supuestos llamados para pedir que votara a favor del decreto. ¿Esa denuncia avanzó? ¿Ha recibido algún llamado similar después de la votación, una voz confirmada su postura en contra?
– No, no correspondía denuncia porque fueron unas de las tantas consultas realizadas por mi, y tuve opiniones a favor y en contra, pero ninguna exigiendo o tratando de influenciar mi voto.

Entonces tampoco los recibió luego de la votación, de deduce de su respuesta.
– No, para nada.

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¿Cree que el presidente Milei y su Gobierno tienen una visión federal?
– No, bajo ningún punto de vista. Me parece que a diario lo está demostrando con el embate hacia las provincias. En su momento incluso dijo que las quería de rodillas, que las iba a fundir. Va camino a generarles dificultades a todas. No me quiero olvidar que al inicio del Gobierno de Mauricio Macri, de Cambiemos, de las 24 provincias, 19 tenían déficit fiscal. Cuando terminó su mandato, más allá de todos los desaciertos que dicen que tuvo y todos los errores económicos, de las 24 había 22 con superávit fiscal. El camino al que nos lleva Milei ahora es volver a aquella etapa anterior de déficit, porque está avanzando sobre los recursos de las provincias. La Ley de Coparticipación Federal de Impuestos dice que el 56% de la recaudación fiscal del país va a las provincias; hoy en día, del total de la recaudación más del 70% va a la Nación, y el resto a las provincias. Con eso creo que le defino todo.

Sin embargo, el Gobierno y sus aliados (u opositores dialoguistas) sostienen que la Ley Ómnibus fue al Congreso; que el DNU también siguió su camino institucional; y que ahora se ha convocado al Pacto de Mayo. Y todo esto es presentado como señales de federalismo. ¿Usted no lo interpreta así?
– El presidente le dice a usted “te invito a que cerremos un acuerdo entre nosotros, pero para cerrarlo tenés que hacer esto, y después me tenés que firmar estos diez puntos”. Entonces, ¿te estoy invitando a un acuerdo o te estoy imponiendo una situación? Me parece que Milei pretende dibujar y mostrar como un acuerdo federal lo que en realidad es una imposición basada en las necesidades que tienen las provincias, producto del recorte de recursos que está llevando a cabo. Pero, independientemente de ello, como todos queremos que al presidente le vaya bien, esperamos que esta vez hayan aprendido y que, cuando envíen el proyecto tan anunciado y enunciado al Congreso (eso va a ser la semana que viene), puedan avanzar, dialogar y discutir un proyecto que no solamente sea beneficioso para una parte, sino para el país en su conjunto.

No estoy en contra de la Ley Ómnibus, pero sí del DNU, que nos está generando muchas dificultades en el país, tal vez no en el fondo, sino sobre todo en las formas. Hay una Constitución a la que, le guste a Milei o no, hay que respetar. A él lo eligieron presidente, no rey.

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¿Cree que hubo ese aprendizaje?
– Espero que tanto el ministro del Interior como el presidente del bloque oficialista hayan aprendido que un proyecto aprobado en general, como ocurrió con este, si se gira nuevamente a comisión pierde la aprobación. Eso seguramente lo han aprendido. Y después esperemos que hayan aprendido que hay que nadie es dueño absoluto de la verdad y que hay que conversar para llegar a un acuerdo. La palabra “acuerdo” no es una mala palabra. Y en el caso del rechazo al DNU, por el cual muchos responsabilizan a los senadores de la UCR que votamos en contra, sobre todo haciendo hincapié en Martín Lousteau, yo le recuerdo al Gobierno que el resultado fue 42 a 25, son 17 votos de diferencia. Entonces, no puede ser responsabilidad de los dos radicales que votamos en contra. Lo cierto es que la Constitución prohíbe ese tipo de decretos, Más allá de que la prensa y los aduladores del Gobierno crean que el fin justifica los medios, no lo hace. Las formas hay que respetarlas. Yo quiero vivir en un país democrático.

¿Le preocupa la unidad del radicalismo? Tanto sobre el DNU como sobre la Ley Ómnibus ya voto dividido. ¿Este nuevo tratamiento de ambos puede ampliar esa grieta interna?
– No, yo creo que no. Incluso se van a achicar esas diferencias. En cuanto a la votación en el Senado, en el fondo todos coincidíamos en que no era el camino correcto; pero algunos privilegiaron una forma de ver las cosas. Decían, por ejemplo, aprobemos primero las leyes que tienen que ver con el contenido del DNU y después rechazémoslo. Nosotros creíamos que había que rechazarlo porque no podía seguir vigente algo que, desde nuestro punto de vista, era inconstitucional. En el fondo, todos sabíamos que no era el camino correcto.

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Si el DNU es rechazado en Diputados; no se consiguiera aprobar la Ley Ómnibus o se dilatara su aprobación; y eso impidiera firmar el Pacto de Mayo, ¿podría verse erosionada la gobernabilidad?
– Yo creo que sí. Pero, por lo que uno maneja y escucha, la Ley Ómnibus estaría bastante encaminada. En cuanto al DNU, en el Senado ya lo rechazamos y en Diputados no veo voluntad de tratarlo por parte de la mayoría de los diputados del oficialismo y sus aliados. No los entiendo, no comprendo la decisión de no tratar algo que a todas luces es claramente inconstitucional, y nada tiene que ver con los anteriores, de los que ellos dicen “tal hizo 200”. Este es un decreto que por sí solo modifica 30o leyes y deroga 87. Pero bueno, son distintas lecturas. Yo creo que la Ley Ómnibus va a avanzar. Hay varios temas con los que uno está de acuerdo. Lo que aparentemente la hizo caer fueron los fondos fiduciarios. No era que se discutía si se dejaban sin efecto: lo que decían era que en lugar de manejarlos las provincias, los manejaba todos el Ejecutivo. Y eso tampoco te garantizaba la transparencia. Realmente hay muchas cosas de gestión en las que este Gobierno deja mucho que desear.

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