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Las certezas de Massa: corrupción, pobreza y una democracia agonizante
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Las certezas de Massa: corrupción, pobreza y una democracia agonizante

La cantidad de indignidades y de ilegalidades que hay en torno a la campaña de Massa es enorme. Eso se debe a una causa fundamental: están asustados. Perder las elecciones es perder una parte del poder y eso, en lenguaje peronista, es perder negocios. Por eso hay empresarios, políticos, intelectuales berretas, gente mediocre del espectáculo y todas las lacras cívicas que uno pueda imaginar agitando el miedo y diciendo cosas idiotas como que hay que votar a Massa para “defender la democracia”.

Esta gentuza arruinó la democracia para defender sus negocios y prebendas, y ahora les surge la preocupación por defender lo que ellos mismos han arruinado. Son el colmo del cinismo y no tienen ningún escrúpulo cuando se trata de defender sus privilegios. Todo el aparato del Estado está puesto en la campaña de Massa.

Han optado por destrozar la economía del país y por dejar a la gente sin insumos médicos, entre muchas calamidades. Esas opciones perversas dejan un tendal de pobreza infinita en el que los delincuentes están tranquilos y los ciudadanos aterrados.

Massa es el kirchnerismo: votarlo es regalarle cuatro años más a la mafia populista

Todos los responsables y los cómplices de una situación calamitosa ponen caras de circunstancia y dicen que está en peligro la democracia porque viene “la derecha”. Ante cualquier calamidad provocada por canallas con discurso progre aparecerá el miedo a “la derecha”. La extraordinaria agudeza de Jean François Revel reveló ese truco hace muchos años: culpar a “la derecha” (a veces inventada) “es el chivo expiatorio de los inútiles”, decía Revel.

Inútiles y corruptos que han convertido a la Argentina en una villa miseria a cielo abierto tienen a una corte de milagros que frente a la debacle sólo atinan a decir, con expresión que pretende ser solemne y resulta bobalicona, “se viene la derecha”. Nada puede ser peor que la perpetuación de este sistema nefasto.

Hablan de democracia los que tienen en sus filas a gente nefasta que arma redes de espionaje, financiadas con dinero público, para abastecer a políticos kirchneristas de información privada sobre jueces, políticos, periodistas y empresarios. Los políticos que tienen esa información la usan para extorsionar y para desacreditar a todo el que se oponga a los K. Todo los implicados en esa red son kirchneristas, como Rodolfo Tailhade y Fabián “Conu” Fernández.

Ese submundo del hampa existe para que la organización mafiosa llamada kirchnerismo pueda hacer barbaridades. Llegaron a intentar un juicio político a la Corte llevado adelante por alguno de los implicados en ese servicio de escuchas ilegales.

El verdadero peligro no es Milei sino la mafia peronista que destruyó la Argentina

En un país normal caería el gobierno si se supiese que miembros del oficialismo tienen un sistema ilegal de espionaje. En la Argentina mafiosa, producto de años de kirchnerismo, no pasa nada. Sobre eso no dicen nada los que ahora tienen miedo a “la derecha”. Se trata de defender la verdadera democracia, no el esperpento de democracia agónica del kirchnerismo.

Massa no dice nada de estas cosas. Quiere mostrarse como un hombre fuerte que avanza solo. CFK está escondida porque sabe que su presencia es una catástrofe para cualquier candidato. El tema es que CFK le dejó a Massa las listas de diputados y senadores repletas de gente suya y con eso tiene agarrado al candidato.

Tailhade compartió lista con Massa justamente por esos acuerdos. En esas listas también estaban Máximo Kirchner y muchos de los más impresentables y fanáticos cristinistas. Son los ñoquis de La Cámpora que Massa mentía que iba a meter presos. Massa pone cara de Kennedy, pero sus prácticas patéticas se parecen a las de Maduro. Maduro también habla de los derechos que pueden perderse por “la derecha”, mientras tiene un récord de gente torturada, exiliada y presa por razones políticas.

Los que defienden votar a Massa están defendiendo la defensa de un statu quo que favorece a los amigos del poder y deja en la banquina a millones de argentinos que cada vez tienen menos. Muchos de los que defienden el voto en blanco son cómplices de ese sistema corrupto, y lo hacen porque necesitan que ese sistema siga funcionando para obtener ventajas.

Historias de la neutralidad inútil

En la Argentina hay muchísima gente que necesita que este sistema del mal siga funcionando porque se benefician del mismo. Algunos defienden el voto a Massa y algunos otros ponen cara de opositores y dicen que hay que votar en blanco. Todos unidos por los negocios y las prebendas. Si Argentina no cambia, la gente estará cada vez peor y esa burocracia en torno al poder estará cada vez mejor.

Milei despierta dudas porque nunca gobernó y tiene un estilo distinto a lo que hubo hasta ahora. Las dudas son entendibles, especialmente para los que en primera vuelta votaron a Bullrich o a Schiaretti (por algo votaron a esos candidatos y no a Milei).

Massa sólo despierta certezas: las certezas de la inflación récord, la pobreza desatada, el capitalismo de amigos, la educación destrozada y, por supuesto, la consagración de la impunidad de CFK. También la certeza de seguir con la política de abandono de la seguridad (por eso en el voto en las cárceles viene ganando por mucho el voto a Unión por la Patria). Esas certezas tenebrosas son las de Massa.

Entre las dudas de Milei y las certezas de Massa, hay que votar en defensa propia y en contra del kirchnerismo. El gran objetivo de la Argentina decente sigue siendo terminar con el kirchnerismo. Todo lo demás son discusiones vacías de los que defienden intereses.

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