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La Argentina antagónica: coaching ontológico para construir un futuro sin grietas
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La Argentina antagónica: coaching ontológico para construir un futuro sin grietas

Por Manuel Colombo (*)

En la tela de la historia argentina se tejen tramas complejas de confrontaciones, antagonismos y aspiraciones divergentes. Desde la gesta independentista hasta los vaivenes políticos contemporáneos -con la famosa “grieta”- la Argentina ha sido testigo de múltiples pujas por el poder, la identidad y el rumbo a seguir.

La eterna rivalidad entre Capital Federal y el Interior se presenta como una lucha que ha permeado la historia del país desde sus primeros pasos hasta la actualidad.

El conflicto histórico entre federales y unitarios, que alcanzó su punto crucial durante el siglo XIX, dejó profundas cicatrices en el tejido social argentino. Fue un choque de visiones sobre el futuro de la Nación, la distribución del poder y los recursos, sobre la identidad misma de lo argentino. Y, aunque los tiempos cambian, esa dicotomía persiste actualmente, manifestándose en, por ejemplo, peleas por el costo de los servicios en Capital vs. las Provincias.

También existe una herida abierta en la memoria nacional que nos recuerda la importancia de poder ver a nuestros muertos. Tanto los desaparecidos, víctimas de la última dictadura militar, como los fallecidos en atentados producto de organizaciones terroristas de la década del ’70.

Manuel Colombo

Es un llamado a reconocer a todos nuestros muertos, observando el pasado, lo que no podemos cambiar para asumir los errores, sanar esa herida y construir una sociedad basada realmente en la verdad y la justicia.

En el escenario político actual, marcado por la polarización y la confrontación, surge la pregunta inevitable: ¿qué Argentina queremos construir? Este interrogante trasciende las divisiones partidistas y nos invita a reflexionar sobre el tipo de país en el que deseamos vivir.

En este sentido, la mirada desde el coaching ontológico nos invita a asumir la responsabilidad individual y colectiva de construir el futuro y sanar la grieta que no es más que una herida histórica abierta.

En lugar de enfrascarnos en debates y confrontaciones estériles, la invitación es aprender a escuchar antes de hablar, abrir la perspectiva y salir de la mirada en donde “mi verdad” es la única posible. Debemos desarrollar competencias humanas fundamentales, como la empatía, la flexibilidad, la capacidad de escucha y de diálogo.

El reino de la confrontación: ¿tiene futuro la Argentina de la grieta?

Y hay algo más: la tolerancia al otro, entendiendo que su mundo interpretativo es diferente al mío, generando apertura al aprendizaje de esa diversidad.

Reconocer que somos los arquitectos de nuestra realidad, que nuestro lenguaje construye y moldea el entorno en el que vivimos, es el primer paso hacia la transformación, hacia la construcción de una Argentina sin grieta.

En este contexto es importante reflexionar: ¿Quiénes queremos ser como sociedad? ¿Qué valores queremos priorizar? ¿Cómo podemos trabajar juntos para alcanzar un futuro mejor? La respuesta a estas preguntas definirá el curso de nuestra historia y el legado que dejaremos a las generaciones que vienen.

Podemos ser la generación que corte con ese mandato de grieta y nos una como argentinos.

(*) Coach ontológico

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