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Terminar para siempre con el kirchnerismo debe ser la prioridad de todos los argentinos de bien
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Terminar para siempre con el kirchnerismo debe ser la prioridad de todos los argentinos de bien

Empezamos a ver un clásico de la Argentina. Siempre que el peronismo está por sufrir un cataclismo electoral, empiezan a aparecer voces y actitudes que parecen destinadas a ofrecerle una sobrevida al oficialismo. También se empieza a ver como, obscenamente, muchos miembros del poder permanente del PJ empiezan a ofrecer sus malas artes a otras fuerzas para garantizarse el lugar en el mismo, pese a las calamidades a las que sometieron a la sociedad. Lo único que les importa es conservar el poder porque en el poder están los negocios.

Creo que es necesario recordar que el objetivo democrático es conseguir el fin del kirchnerismo y, para eso, el escenario deseado es que el Frente de Todos salga tercero en las elecciones de octubre.

 

Si Argentina tiene alguna posibilidad de parar la decadencia, el primer objetivo es que el PJ salga tercero y que el subnormal de Kicillof pierda la provincia de Buenos Aires.

Pero la Argentina es especialista en darle sobrevida al PJ. Hace algunos días, un grupo de intelectuales se manifestó en contra del candidato presidencial Javier Milei, pidió “convocar a un frente democrático capaz de enfrentarlo” y demandó que todos los candidatos se comprometan a “llamar a votar” al rival de Milei en la segunda vuelta.

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Estos intelectuales quieren decir que si a una segunda vuelta llegaran Massa y Milei, lo democrático sería votar a Massa. Sólo la formulación deja dos impresiones: este tipo de manifestaciones son funcionales a Milei y, además, ponen en un pie de igualdad como “garantes democráticos” a Juntos por el Cambio y al kirchnerismo. Llaman a estas dos fuerzas “co-responsables de haber producido esta crisis”.

A estos intelectuales les parece que, si se diera la oportunidad, habría que seguir dándole chances al kirchnerismo, que fue el causante del desastre argentino. No sólo no les alcanzó con estos últimos años de calamidad de Alberto Fernández (al que muchos elogiaban hace 4 años), sino que ahora nos vienen con el discurso de que hay que parar a Milei y que, para ese fin, los que defendemos desde hace años la democracia y la República deberíamos hacer un acuerdo con los que arruinaron la Argentina.

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Para parar al enigma Milei tendríamos (según estos intelectuales) que hacer un acuerdo con los que mataron a Nisman, los que nos pusieron del lado de Venezuela e Irán, los de la corrupción desatada, los que siempre discriminaron al que piensa distinto, los que primero se robaron YPF y después la expropiaron y condenaron a la Argentina a pagar cifras millonarias e hipotecar su futuro, entre miles de atrocidades.

El kirchnerismo es el mal absoluto. Parece que a estos intelectuales les diera lo mismo que en Argentina se violentaran libertades y se asesinaran personas durante la pandemia. Deben creer que el robo de vacunas es algo que hace una fuerza política virtuosa. Para dejarlo clarísimo: ellos manifiestan que, en el eventual caso de que llegaran Milei y Massa al ballotage, hay que votar a Massa.

Es una canallada poner al mismo nivel a Juntos por el Cambio y al kirchnerismo. Es una estupidez usar el miedo a Milei para blanquear al kirchnerismo. A mí lo único que me da miedo es que el kirchnerismo siga destrozando la Argentina.

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El objetivo de la gente de bien es terminar con el kirchnerismo. Todo lo que no se apegue a este discurso es funcional a Milei y a los K, y somos muchos los que nunca votaríamos al kirchnerismo. Gracias por el consejo, señores y señoras intelectuales, pero no lo vamos a tomar.

Es tiempo de gente audaz, no de consignas vacías que le den aire a los K.

También Milei debería poner ese objetivo como prioritario. Es preocupante que el candidato se comporte como león frente a Patricia Bullrich y como gatito ante la casta mas rancia, que es el sindicalismo peronista. Sus coqueteos con gente como Barrionuevo deberían preocupar a los vieron en él a una persona que se enfrentaba al poder. Mucho más cuando las informaciones dicen que Barrionuevo se comprometió a armarle un grupo sindical afín. Barrionuevo, aquel que viene haciendo negocios con el sindicalismo desde los 80. Aquel que también tuvo un paso como político en Catamarca y terminó quemando urnas.

El kirchnerismo ejerce un poder mafioso y necesita de la delincuencia que genera y defiende

Todos esos apoyos tienen como objetivo poner una ficha en la candidatura libertaria para cuidar negocios futuros si Milei llegara a ganar. Las declaraciones de Milei minimizando el problema sindical deben preocupar más. Cuando el candidato dice que los sindicatos son organizaciones que dependen de los trabajadores y que él no debe meterse, está pecando de ingenuo o está justificando un arreglo con ellos.

Los sindicatos no son clubes. La existencia de los mismos está ligada al poder permanente en la Argentina. Son la casta por excelencia. Se financian con aportes compulsivos, usan la violencia política para conservar el poder y ocupan los cargos para toda la vida. La mayoría de los sindicalistas son multimillonarios. Todo el tiempo vemos bloqueos a empresas y empresarios fundidos por las mafias sindicales.

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¿Milei cree que esos son temas “que se solucionan entre los trabajadores”? Si el discurso contra la casta se convierte en algo selectivo y se protege a los mafiosos amigos, se pone en riesgo la defensa de la libertad. El Estado debe proteger a los trabajadores y a los empresarios que ven violentados su libertad y sus derechos. Decir que el asunto de los sindicatos es un tema “que debe solucionarse entre los trabajadores” hace que el sueño de gente como Moyano se haga realidad.

Es menester que la prioridad sea terminar con el kirchnerismo. La complicidad con los K, por acción o por omisión, es muy similar a lo que sucedió cuando CFK nominó a Alberto Fernández.

Ya se debería haber aprendido esa lección. Cualquier conducta que se presuma como sobrevida o reciclado de gente que llevó a la Argentina a la decadencia actual debe ser denunciada.

La defensa de la libertad no puede ser sólo un slogan.

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