Leyendo:
La Argentina intensa: el “Pacto de facto” y la convergencia de necesidades
Artículo Completo 3 minutos de lectura

La Argentina intensa: el “Pacto de facto” y la convergencia de necesidades

Por Silvio Santamarina

En general, la historiografía ha relatado los pactos como grandes escenas acarameladas entre potencias, sean globales, nacionales, locales o privadas, que intercambian promesas, desde una posición de poder. Pero en realidad, la condición de posibilidad de los pactos suele ser la inversa: dos o más partes cansadas, e incluso aterradas, por su propia debilidad, que piden un alto el fuego antes de desintegrarse en la fragua de la Historia. Más o menos así podría interpretarse el escenario actual que lanzó el Gobierno al llamar a un “pacto”, con su tono y fraseo característico, que hace sonar la invitación a un ultimátum.

La novedad fuerte que introduce Javier Milei es que ese ultimátum también es para sí mismo, consciente de que el tiempo corre y, si su gobierno no avanza más rápido, tarde o temprano la administración libertaria terminará corriendo a la agenda socioeconómica desde atrás.

Precisamente fue Máximo Kirchner quien calificó la convocatoria al Pacto de Mayo como un intento de “ganar tiempo”. Y él mismo reconoció que “la sociedad demuestra hasta aquí cierta expectativa”, que se ve fatalmente reforzada -a pesar de la aspereza del ajuste económico- por el internismo y la pelea por espacios que el propio Máximo denuncia en la oposición, concretamente en el PJ.

Salió Newsweek Argentina de abril: «Pacto de facto», el plan secreto de Milei para lograr un acuerdo político y económico

Son debilidades convergentes: en el bando de Milei son pocos y abrumados por la herencia recibida; en el peronismo son muchos, acaso demasiados para la torta que quedó tras la fiesta, revolcándose en una riña de gatos que necesitan todavía muchos intentos para volver a reproducirse como antes.

Todos necesitan ganar tiempo. También los que comandan el plan económico, que todavía no salió de la fase de “sinceramiento”, con el riesgo de que este proceso se vuelva interminable: jugar a despellejar la cebolla capa por capa, con la pretensión de desmantelar la gran ficción de la prosperidad autopercibida por los argentinos durante décadas, puede llevarnos a un abismo de sentido colectivo, que se manifiesta superficialmente en la pérdida del valor de las cosas, cuyo síntoma es el caos de precios relativos que incluso afecta a la cotización del dólar contra pesos (y bienes y servicios) argentinos.

No solo la dinámica política necesita consensos, también la economía los precisa, para mantener vigente ese lenguaje social que es el dinero. Sin ese código en común, no se conoce sociedad moderna que pueda funcionar.

La amenaza latente de un Big Bang nacional fue y sigue siendo la herramienta persuasiva de Milei para imponerse como un dato central de la realidad argentina, a pesar de todo, más allá de todo. De eso se trata este Pacto de Facto instalado por el Gobierno -tema de tapa de Newsweek Argentina de abril, desarrollado por las secciones de Política y de Economía-, que lanzó una cuenta regresiva hacia un acuerdo tan imposible como inevitable. Así de intensos estamos.

Ingresa las palabras claves y pulsa enter.