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Arabia Saudita y el plan de paz de Donald Trump
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Arabia Saudita y el plan de paz de Donald Trump

Asamblea General de la ONU

El reclamo de Arabia Saudita en las Naciones Unidas para frenar el avance nuclear de Irán, así como su intervención en otros países, fortalece la alianza entre Estados Unidos e Israel en Medio Oriente, si bien Riad defiende aún la creación de un Estado Palestino.

La sorpresiva intervención del rey Salman bin Abdelaziz en la Asamblea General de de la ONU, realizada el miércoles en Nueva York, refleja también las preferencias de Riad en momentos en que el presidente estadounidense, Donald Trump, lleva adelante un complicado proceso de paz en la región.

A pesar del inmenso poder amasado por su hijo, el príncipe heredero Mohamed bin Salman, el rey de 84 años mandó un mensaje pregrabado, lo que lo convirtió en el segundo monarca saudita que habla en la ONU después de su fallecido hermano, el rey Saud en 1957, según el diario británico The Independent.

Al igual que Saud, Abdelaziz destacó la importancia del islam en Arabia Saudita y luego se refirió a Irán, donde se profesa en gran parte una rama chiita de esta religión.

Riad responsabilizó también al Gobierno de Hasan Rohani por una serie de ataques contra instalaciones petroleras, ocurridos el año pasado. Pero, además, pidió «una posición internacional firme» para detener el avance nuclear iraní que, según el Gobierno persa, es con fines pacíficos.

«La posición de Riad no sorprende, teniendo en cuenta los últimos acuerdos de restablecimiento de relaciones diplomáticas firmados por Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Bahréin con Israel», dijo Sebastián Vigliero, profesor de política internacional de la Universidad de Buenos Aires.

El analista recordó que, en el plano internacional, «Irán tiene también importantes convenios con Rusia, a los que se suma su papel en la Guerra Civil de Siria» para apoyar al Gobierno del presidente sirio, Bashar al Assad.

«Se está generando una política de poder en Medio Oriente, donde Estados Unidos juega un papel muy fuerte no solo para no perder esa zona de influencia, sino también para formar una coalición de países que traten de encauzar el desarrollo de la región».

Cuando el rey saudita se refirió en la ONU al acuerdo logrado entre Irán y el Grupo 5+1, firmado en 2015 por Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia, más Alemania, del que Washington se retiró en 2018, el monarca dijo que Teherán lo usó «para intensificar sus actividades expansionistas, creando redes terroristas».

Según algunos analistas, hay indicios de un cambio de Riad con respecto a Israel bajo la guía del príncipe heredero Salman, provocado por una división generacional entre el rey y el heredero al trono saudita, de 35 años.

Cuando recientemente EAU y Bahréin restablecieron relaciones con Israel, Riad advirtió que no adoptaría una posición similar a la de sus vecinos hasta que se cree un Estado Palestino que conviva en paz junto al Estado hebreo.

Riad, en cambio, mantiene una estrecha relación con el Gobierno de Donald Trump quien a principios de año presentó un plan para que Israel se anexará el 30% de la ocupada Cisjordania y el Valle del río Jordan. Sin embargo, Israel suspendió la puesta en marcha de este proyecto tras los acuerdos firmados con Abu Dabi y Manamá.

«Creo que Trump intenta consolidar una alianza anti-Irán entre países sunnitas conservadores -como EAU, Bahrain y, eventualmente Arabia Saudita- e Israel», dijo Mario Sznajder, doctor en filosofía y ciencias políticas de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

El analista señaló que «la realidad en Medio Oriente es que si bien el plan de paz de Trump es aceptado por parte del público israelí, en el lado palestino es rechazado por todas las facciones en forma pública y abrupta«.

«En el fondo se trata de una normalización de relaciones que se vienen desarrollando durante dos décadas y no de paz, ya que entre Israel y estos países no ha habido guerra», dijo Sznajder, desde Jerusalén.

No es casual que Trump haya elegido a Riad, uno de los principales compradores de armas estadounidenses, como su primer destino como presidente, el 20 de mayo de 2017

Incluso el jefe de la Casa Blanca desestimó imponerle sanciones a la monarquía sunnita por su supuesta responsabilidad en el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, colaborador de The Washington Post, ocurrido en la embajada saudita en Estambul, Turquía, el 2 de octubre de 2018.

En Yemen, devastado por seis años de guerra civil, Arabia Saudita formó una alianza con varios países sunnitas para luchar contra los rebeldes hutíes apoyados por Irán.

La coalición internacional, integrada entre otros por EAU y partidarios del derrocado presidente Abdo Rabu Mansur Hadi, está acusada de la muerte de decenas de miles de civiles en los bombardeos aéreos que realiza contra ese pequeño país del Golfo Pérsico.

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