El caso de Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Morena Gutiérrez (15) conmociona a la Argentina por la brutalidad del crimen y la crueldad con que fue exhibido. Según reveló el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, el triple asesinato fue transmitido en vivo a través de Instagram en un grupo cerrado, lo que expuso el nivel de violencia con que operan estas organizaciones.
Las tres jóvenes fueron llevadas a una vivienda en Florencio Varela, donde fueron torturadas y asesinadas.
Uno de los detenidos confesó la existencia del video y explicó que el jefe de la banda narco lo difundió con un mensaje intimidatorio: “Esto le pasa al que me roba droga”. Para las autoridades, esta práctica responde a la lógica de disciplina interna que aplican los grupos criminales para evitar traiciones.
El principal acusado es un joven peruano de unos 23 años, conocido como “el pequeño J” o Julito, quien permanece prófugo y con pedido de captura.
En los allanamientos recientes, la Policía encontró billetes de baja denominación, raciones de comida preparadas y un búnker que habría sido desocupado de manera apresurada, señales de una estructura organizada y en movimiento constante.
Triple crimen de La Matanza: Este es el momento exacto en el que las tres chicas desaparecidas en La Matanza suben a la camioneta blanca que apareció quemada.#LaMatanza #axelkicillof #Inseguridad pic.twitter.com/63wNAwCaKZ
— Clic Salta (@ClicSalta) September 24, 2025
La casa donde fueron hallados los cuerpos formaría parte de una red dedicada a la distribución de drogas en el conurbano sur y con base en la Ciudad de Buenos Aires. Entre los cuatro detenidos hay un ciudadano peruano señalado como administrador de esa base y otros dos sospechosos que serían los dueños de la vivienda. Un hombre y una mujer fueron sorprendidos limpiando la escena del crimen.
La última vez que se vio con vida a las víctimas fue en las inmediaciones de una estación de servicio en Monseñor Bufano y Crovara, desde donde subieron a una Chevrolet Tracker blanca de manera voluntaria. Esa fue la última imagen registrada antes de que fueran secuestradas y trasladadas al lugar del asesinato.
La autopsia confirmó la brutalidad del ataque: Lara, la menor de 15 años, sufrió la amputación de los dedos de una mano y de una oreja antes de ser degollada; Brenda recibió múltiples puñaladas, golpes y un traumatismo mortal, seguido de la apertura de su abdomen; mientras que Morena murió por una fuerte luxación cervical tras ser salvajemente golpeada.
El caso se convirtió en un símbolo de la violencia narco y la vulnerabilidad de las jóvenes en el conurbano bonaerense.