El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, celebró esta mañana una misa especial en la Catedral para despedir al Papa Francisco, quien murió este lunes a los 88 años.
Ante una gran cantidad de público, el monseñor realizó una eucaristía especial “por el eterno descanso del querido Papa Francisco”.
“Se nos murió el padre de todos. El padre de toda la humanidad, que insistió una y mil veces con que la Iglesia debía haber lugar para todos y repetía con los jóvenes en Portugal en la última jornada Mundial de la Juventud: ‘Para todos, para todos, para todos’”, expresó.
“Nos insistió tanto a los cristianos con dejarnos llenar por la alegría Pascual, y justamente se nos va en la octava de Pascua. Justamente se nos va el día que los cristianos celebramos la resurrección del Señor. Que contradictorio parece de estar hoy nuestro corazón: por un lado, celebramos la Pascua y queremos vivir la alegría Pascual, porque sabemos que la muerte ha sido vencida para siempre con la resurrección del Señor; pero al mismo tiempo, el dolor del corazón es grande. Porque como dije, se nos fue nuestro padre”, comentó.
Reapareció el Papa Francisco con su inesperada presencia en la Plaza de San Pedro
García Cuerva llamó a Francisco “el Papa de los pobres, de los marginados, de los que nadie quiere o en todo caso los que muchos excluyen”, por los mensajes de unión e inclusión que marcaron su papado.
“Nos costaba y nos cuesta todavía entender qué significaba ese para todos. Pero quizá hoy podamos descubrir que un padre se preocupa de todos sus hijos. Un padre quiere que en casa haya lugar para todos, especialmente para los más frágiles, para los más necesitados, para los más discriminados”, remarcó.
El arzobispo reconoció al Sumo Pontífice argentino como “el padre de la Misericordia”, quien “nos enseñó una y mil veces que Dios nos ama con locura, que entrega la vida por amor a nosotros y que desde su misericordia nos quiere hermanos”.
“Por eso el Papa decía que si Dios fue tan misericordioso con nosotros, nosotros no podemos dejar de serlo con los demás. Y nos insistió, con la cultura del encuentro, tender puentes. Nos insistió con que podamos vivir la fraternidad universal”, señaló.
También mencionó que Francisco fue “el padre de los argentinos, al que no siempre comprendimos, pero que profundamente amamos”, y llamó al pueblo a seguir su legado.
“Ahora todos nosotros tenemos que ser un poco Francisco. Todos nosotros tenemos que tomar conciencia de que en la Iglesia tiene que haber lugar para todos, y no olvidarnos esto: no discriminar ni dejar a nadie afuera. Ahora todos nosotros tendremos que ser un poquito Francisco y siempre estar atentos a nuestros hermanos más pobres, a los marginados, a los que nadie quiere, a ese rostro sufriente de Cristo en los crucificados de hoy. También todos nosotros ahora tendremos que ser un poquito Francisco y poder también ser más misericordiosos entre nosotros”, resaltó.
García Cuerva culminó su discurso con un fuerte mensaje de unidad: “Creo que el mejor homenaje que le podemos hacer los argentinos a Francisco es unirnos, tender puentes, dialogar, dejar de enfrentarnos todo el tiempo. Porque si es el padre, qué mayor dolor para un padre que ver a sus hijos divididos. Que se vaya Francisco al cielo con la tranquilidad de que sus hijos van a tratar de vivir esa unidad nacional tan pendiente entre nosotros”.
“Hoy más que nunca, en esta Pascua tenemos la certeza de que la muerte no tiene la última palabra. Tenemos la certeza de que el Papa Francisco descansa definitivamente en el seno de Dios Y tenemos la certeza de que más allá del dolor que hoy tengamos, del corazón Francisco no se va más, y del corazón de nuestro pueblo argentino tampoco. Porque el amor es más fuerte, y ni la muerte pudo sacarlo ni lo sacará de nuestras vidas. Siempre digo que las únicas personas que mueren son las que olvidamos. Francisco está vivo entre nosotros. Su legado está vivo. Se nos fue nuestro padre, pero lo amamos tanto que del corazón no se va más. Y en las entrañas de nuestro pueblo seguirá siempre presente. Amén”, culminó.
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