Comenzó la marcha de los jubilados en la Plaza del Congreso y los barrasbravas decidieron estar presentes. Ante su anunciada presencia, el Ministerio de Seguridad, liderado por Patricia Bullrich, tal como anticipó desplegó un fuerte operativo policial.
Desde temprano, se colocó el triple cordón de Gendarmería y Policía Federal frente a la plaza.
Habrán 850 agentes de la Policía Federal, Gendarmería, Policía de Seguridad Aeroportuaria y Prefectura más los efectivos de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires.
También implementarán el operativo de Tribuna Segura, que se aplica en las cercanías de los estadios de fútbol cuando hay algún evento deportivo. Consiste en efectuar controles a las personas con el objetivo de evitar la entrada de armas y a su vez, individualizar a quienes tengan restricciones de admisión y pedidos de captura.
La cartera a cargo de Bullrich dejó en claro que detendrá a todos aquellos que «incurran en conductas que afecten la seguridad»
Y precisó que «será reprimido con prisión de tres meses a dos años todo el que impidiere, estobare o entorpeciere el normal funcionamiento de los transportes por tierra, agua o aire o los servicios públicos de comunicaciones, de provisión de agua, de electricidad o de sustancias energéticas».
El vocero presidencial, Manuel Adorni, se refirió a la protesta y sostuvo que «la marcha de los de los barrabravas no más que eso: una marcha de barrabravas de corte de izquierda, kirchneristas, con baja, muy baja o nula convocatoria».
Y agregó: «Sabemos que una convocatoria de barrabravas o de un sector de algunas hinchadas poco tienen que ver con el reclamo de los jubilados, pero, bueno, veremos qué es lo que vemos hoy en la calle, en la vía pública».