Tras la derrota electoral en la Ciudad de Buenos Aires, su principal bastión político, el PRO inició un proceso de negociaciones con La Libertad Avanza para la conformación de una propuesta de unidad para las próximas elecciones bonaerenses.
Sin embargo, muchos entienden que ya no se trata solo de una alianza, sino de un nuevo éxodo de dirigentes hacia el partido del oficialismo nacional, en vistas de la pérdida de representatividad (y poder) del PRO ante el electorado de centroderecha.
Para Darío Lopérfido, exsecretario de Cultura argentino y actual coordinador de la Cátedra Vargas Llosa, ir a unas elecciones legislativas junto al Gobierno es regalar la identidad y, al mismo tiempo, contribuir a la pérdida de la calidad del Congreso.
En su espacio habitual de cada semana en Newsweek Argentina, ofrece su siempre aguda visión.
NO TODO ES LO MISMO
El análisis de Darío Lopérfido, desde España
Para el intelectual argentino, “en CABA salió primera la abstención, lo cual marca un profundo desinterés por la política”. Pero afirmó que, “pese a eso, los políticos siguen hablando de lo único que les interesa que es la rosca y su posición personal”.
“Los saltos del PRO a LLA son patéticos ya que los que anuncian su pase no esgrimen nunca razones políticas. Solo anuncian su pase, que es una manera de decir que lo hacen porque les conviene. No hay nada de servicio público en esas cabriolas”, enfatizó.
En ese mismo sentido, Lopérfido continuó: “Los peronistas que se pasan a LLA son, al menos, discretos. Se pasan al partido de gobierno por los cargos, pero no hacen esa fotito patética a la que son afectos los que saltan desde el PRO, quienes se vuelven, además, fanáticos al instante. La lógica del converso en su esplendor. El sistema político argentino es mayormente una vergüenza”.
Como en sus columnas anteriores, el exdirector del Teatro Colón admitió que los resultados económicos del Gobierno son destacables, pero advirtió que no es suficiente. “Mucho se habla acerca de la necesidad de tener la economía ordenada, pero complementada con una institucionalidad fuerte, que en el mundo representa la seguridad jurídica que, a su vez, es lo que seduce a los inversores. Con la institucionalidad sola no alcanza, pero solo con la economía tampoco”, explicó.
En lo que se refiere estrictamente al análisis electoral de este 2025, Lopérfido consideró: “La alianza tácita entre LLA y el PRO podría haber funcionado así. Cada cual aportando lo que tiene con una base electoral compartida. Las elecciones en CABA mostraron que es improbable que eso suceda. LLA quería humillar electoralmente al PRO y los amarillos se dedicaron a cometer errores. El principal fue adelantar las elecciones pensando que la campaña sería sobre temas locales. Eso nunca ocurre en Argentina donde las campañas siempre se nacionalizan. El que recomendó eso fue el consultor Antoni Gutiérrez Rubí que fue, insólitamente, contratado por el PRO luego de haber trabajado como consultor de Massa y de CFK. Un especialista en perder elecciones. La elección la nacionalizó el Gobierno y acertó”.
Y prosiguió: “Ahora terminó la elección en la Ciudad y en nada mejorará la vida de los porteños dicho resultado. La altísima abstención muestra que lo que predomina es el hastío de una sociedad donde los políticos están siempre en campaña”.
De hecho, la campaña continúa, literalmente, pero ya no en CABA. “Ahora empiezan a hablar de la elección en la Provincia, donde la discusión es si el PRO y LLA irán juntos o separados. Hay que tener en cuenta que es una elección legislativa y que el nivel del Congreso es paupérrimo. El objetivo debería ser elevar el nivel del Congreso”, analizó.
“Si las negociaciones entre el PRO y LLA las lleva adelante Ritondo por el PRO, solo podríamos esperar un acuerdo peronista. Ritondo es lo más peronista que tiene el PRO. Sería un acuerdo de poder y no de búsqueda de nivel”, sostuvo.
¿Qué debe hacer el PRO entonces? “En las elecciones tiene que haber una fuerza que levante la agenda institucional. Las elecciones donde hay que unirse para evitar el triunfo del PJ son las ejecutivas, cuando se elige gobernador o presidente. En las legislativas, los únicos que quieren ir juntos son los políticos que quieren tener un lugar en esa lista y seguir como legisladores. Si el Gobierno levanta la agenda económica alguien tiene que levantar la institucional”, aseveró.
Finalmente, Lopérfido advirtió que “el PRO tiene chances de desaparecer si se mezcla con LLA solo por conservar lugares de poder” y que “la clave de su subsistencia es tener una identidad fuerte que acompañe al Gobierno cuando sea menester y se oponga cuando haya proyectos y actitudes que desprecien la institucionalidad”.
“Unirse por unirse es solo rosca y provocará más desinterés en la ciudadanía”, dijo, y concluyó: “Si el PRO pierde el lugar de defensa de la institucionalidad y si no se ocupa de levantar el nivel del Congreso va a aparecer alguien que ocupe ese lugar y ahí el PRO corre riesgo de quedar sin personalidad y como socio ‘clase B’ de LLA. En política, siempre que queda un lugar vacante alguien lo ocupa”.