El viernes 10 de octubre, el Comité Noruego anunció que María Corina Machado había sido elegida como Premio Nobel de la Paz 2025 por su lucha a favor de los derechos democráticos de los venezolanos en el marco de la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela y por impulsar un proceso de transición institucional hacia un gobierno elegido en elecciones libres y transparentes.
Aunque la noticia sorprendió positivamente y se leyó como un claro mensaje de la comunidad internacional en apoyo a la resistencia opositora, ciertos sectores vinculados a la izquierda evitaron felicitarla o incluso defendieron al régimen llamándolo “una democracia con problemas”.
Para Darío Lopérfido, el reconocimiento a Machado es “merecidísimo” y permite desnudar ideológicamente a la izquierda global. En su habitual espacio de cada semana en Newsweek Argentina, aseguró que esos movimientos y dirigentes “rechazan a las dictaduras, siempre que no sean amigas”.
LA IZQUIERDA BLANQUEA DICTADURAS AMIGAS
El análisis de Darío Lopérfido, desde España
Para el exsecretario de Cultura argentino y actual coordinador de la Cátedra Vargas Llosa, “el Nobel a María Corina Machado fue una jugada maestra de los que otorgan el Premio”, porque “no solo le dio visibilidad a la lucha contra la narcodictadura que encabeza Maduro, sino que, además, puso en evidencia el estado de inmoralidad en que se encuentra la izquierda”.
Según argumentó, “un gran problema del mundo es que no hay más socialdemocracia”. “El lugar que ocupaban dirigentes como Felipe González o Tony Blair, entre otros, está ocupado por populismos de gente muy bruta y que, además, en muchos casos están financiados por gobiernos como el venezolano, el iraní o el ruso. Los kirchneristas y los españoles de Podemos son ejemplos de esa degradación moral. Socialistas como Pedro Sánchez evitaron hacer gestos de apoyo al premio”, explicó.
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En ese sentido, agregó: “María Corina es una heroína que vive escondida, que quiso ser candidata a presidente y el régimen se lo prohibió. Ella apoyó a otro candidato y ganó las elecciones sacando más del 60 por ciento de los votos, y el régimen no entregó el poder. Ese tipo de gobiernos no puede entregar el poder porque les implicaría ir presos. No solo por la monumental corrupción y las violaciones a los derechos humanos, sino porque, además, sus vinculaciones con el narco hacen que tengan pedidos de captura internacionales. Gobiernos como el de Venezuela, Cuba o Nicaragua no se van a ir nunca por las buenas, hay que sacarlos por las malas”.
“La izquierda critica a María Corina por que dicen que pide la intervención americana. Es de buen demócrata pedir la intervención internacional cuando un gobierno es una organización criminal que mata y tortura a los oponentes y, cuando hay elecciones y pierde, no entrega el gobierno. Si no hay intervención internacional, el régimen de Maduro se perpetraría y seguiría repartiendo dinero a una izquierda inmoral para que los defienda”, aseveró.
Siguiendo esa línea, Lopérfido señaló: “Los kirchneristas son un ejemplo de fuerza política que recibía valijas de Venezuela y prestamos carísimos. Por eso el candidato peronista en la provincia, el ex montonero Jorge Taiana, es uno de los blanqueadores del régimen criminal de Maduro. Por eso la carta del impresentable llamado Pérez Esquivel: no le gustan las dictaduras dependiendo del color político. Las dictaduras de izquierda que financian a sus fuerzas políticas, les encantan. Muchos en el mundo se han hecho ricos gracias al chavismo. Ahora les toca defenderlos”.
Pero su ccrítica no se queda ahí. Afirmó: “Otras que han hecho un papel penoso son las militantes feministas. No es motivo de orgullo que una mujer haya recibido el premio porque estos movimientos se encuentran encuadrados en la misma izquierda que defiende al chavismo. A esos movimientos no les importan las mujeres. Solo les importan las mujeres que piensan como ellas. No defienden a las mujeres como María Corina, que se juegan la vida, porque no les gusta su ideología”.
Finalmente, y siempre punzante en sus opiniones, Lopérfido concluyó: “El Nobel, merecidísimo, a María Corina ha puesto todo blanco sobre negro. Es fácil encontrar a los miserables”.
