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“Santa Cristina”, la mártir millonaria
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“Santa Cristina”, la mártir millonaria

CFK se reunió en el Senado con un grupo de curas villeros, curas en opción por los pobres y hermanas religiosas y laicas. “Yo siento que estoy viva por Dios y por la Virgen, realmente”.

La debacle intelectual de la Argentina se pone en manifiesto en ese encuentro. CFK no explica nada acerca de la penosa situación económica del país ni de su comprometida situación judicial. Por el contrario, usa el Senado para juntarse con un grupo de obsecuentes, que la elogian de manera obscena, usando así el mismo sistema de cualquier autoritario en decadencia. Congrega a un grupo de personas para que la adulen sin mesura y, mientras los religiosos militantes dicen cosas intrascendentes, la Vicepresidente finge estar en un ataque místico. La decadencia argentina explicada en una escena.

CFK se comporta como la jefa de una secta y abandona toda idea de hablar para el conjunto, a pesar de der la Vicepresidente y la responsable política del nombramiento como presidente de Alberto Fernández. Los discípulos de Bergoglio cultivan el pobrismo y rinden culto a una señora millonaria que se hace la conmovida.

Para confirmar que el comportamiento de secta es lo que domina al kirchnerismo desde hace tiempo, la nefasta agencia de noticias Télam vuelve a mostrar su inutilidad como servicio público y publica un artículo firmado por un tal Lucas Schaerer que completa el panorama. El artículo tiene muchas cosas desopilantes y muestra el nivel de debacle en la que han colocado a la Argentina. En uno de sus párrafos dice: “Cristina no es cualquier nombre. Tiene origen griego y significa ungida. O sea, discípula de Cristo que está marcada por el óleo Santo. Elisabeth, en su significado bíblico quiere decir promesa divina, el segundo nombre de la vicepresidenta. Signada la líder política argentina, porque la primera Elisabeth es la madre de Juan Bautista, el primo de Jesús, quien lo anticipa, lo profetisa, y en el desierto lo bautiza”.

Ustedes pensarán que estoy bromeando, pero el artículo fue publicado por la agencia oficial de noticias Télam. La agencia cuesta mucho dinero que sale del presupuesto nacional. Los argentinos son martirizados a impuestos para pagar una institución pública que publica este tipo de cosas. En cualquier momento le piden a Bergoglio que la beatifique. Se apropian del Estado para alimentar a la secta.

Los medios y periodistas oficialistas siguen intentando encontrar alguna intencionalidad política en el grupo Los Copitos. Inventan todo el tiempo conspiraciones y les encantaría descubrir que hubo grandes poderes en la organización del hecho. Lo que no se dan cuenta es que tantos años de kirchnerismo han dado lugar a ese mundo lumpen al que pertenecen los detenidos. No hay conspiración, hay una decadencia social que el kirchnerismo alimentó con sus discursos de marginalidad.

Además, existe una pobreza tremenda que no para de crecer, de la cual el kirchnerismo es gran responsable. La Argentina de la marginalidad es la gran la herencia de los K.

A medida que avanza la causa nos enteramos de que La Cámpora se ocupaba de la seguridad de CFK y que, incluso, tienen un símbolo que identifica a ese sistema de seguridad. Por eso es tan difuso el rol de la Policía ese día. Por más que los operadores mediáticos de los K busquen una explicación épica, pareciera que la conclusión será que a CFK la atacó un grupo de marginales y la defendía otro grupo de marginales. Toda una metáfora del actual estado de cosas.

La economía está en un estado calamitoso. La inflación descontrolada y la inseguridad arruinan la vida de la gente. La causa Vialidad muestra la impúdica corrupción. Frente a ese panorama lo único que se les ocurre a los K es fingir un ataque místico. En una época se hacían los progresistas. Ahora van por la canonización de los millonarios. Están a la miseria.

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