Por Walter Zenobi (*)
A pesar de un contexto económico que especialistas calificaron como desfavorable para el turismo interno, la Costa Atlántica volvió a consolidarse como el destino preferido por las familias argentinas.
Enero en Pinamar (como termómetro del resto de las localidades de la Costa Atlántica) culmina con cifras que rondan el 81% de ocupación, según registros de la Municipalidad de este partido, lo que representa un 6% de aumento respecto al verano pasado.
En lo referido a nuestro balneario, los números superan el promedio del partido: en la primera quincena tuvimos un 97% de ocupación, alcanzando el 100% en la segunda parte del mes. El nivel de ocupación llegado diciembre ya nos marcaba una tendencia favorable; de hecho las cenas que ofrecimos para Navidad y Año Nuevo en nuestro restaurante se reservaron en su totalidad a mediados de ese mes.
Este fenómeno no es casual, sino el resultado de una combinación de factores que van más allá de las fluctuaciones del dólar y la economía. La cercanía, la posibilidad de reencontrarse con amigos y familiares, y la calidad de los servicios ofrecidos en los paradores son algunos de los motivos que convierten a la costa en un destino difícil de igualar.
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Como proveedores turísticos, agradecemos la confianza y la elección de los visitantes que, una vez más, optan por destinos locales para sus vacaciones. Comenzamos esta temporada confiados -ante todo pronóstico- de que esta iba a ser una buena temporada, y las cifras de enero (y las proyecciones de febrero, que rondan el 70%) dan cuenta de que lo hemos logrado.
Hoy, más que nunca, la Costa Atlántica reafirma su lugar como un clásico que no pasa de moda. Y es que, aunque el escenario económico pueda cambiar, hay algo que se mantiene constante: el deseo de las familias argentinas de compartir experiencias inolvidables en un lugar que siempre las hace sentir como en casa.
(*) Socio de Rada Beach, Pinamar