Por Natalia De Vita (*)
Argentina tiene algo de laboratorio emocional, cada tanto, el país entero se sacude, y con él, nuestras certezas. Cambian los precios, las reglas, los planes, pero hay algo que no cambia con la misma rapidez: la mentalidad con la que enfrentamos esos movimientos. Y ahí es donde está el verdadero desafío.
En un país donde la economía exige adaptación permanente, muchas personas entran en modo supervivencia: toman decisiones desde el miedo, se paralizan o repiten viejas fórmulas que ya no funcionan. Pero hay otra posibilidad: entrenar una mentalidad adaptable, consciente, que permita prosperar incluso cuando afuera parece haber solo caos.
Lo primero es entender que adaptarse no es resignarse, es moverse con inteligencia emocional, no desde la reacción, sino desde la elección. Cuando todo parece urgente, lo más sabio es pausar, observar y responder desde un lugar más amplio.
Las personas que mejor navegan la incertidumbre no son las que niegan lo que pasa, sino las que activan recursos internos: claridad, foco, energía y eso no se hereda: se entrena.
El segundo paso es revisar las creencias. ¿Qué ideas sostenemos sobre el dinero, el éxito, la escasez, el futuro? En momentos de cambio, se activan pensamientos automáticos: “no se puede”, “esto no es para mí”, “mejor me achico”. Esos guiones mentales, si no los cuestionamos, se convierten en autoprofecías.
Cambiar el mindset implica interrumpir el piloto automático y elegir pensamientos que abran posibilidad, no que la cierren. No se trata de positivismo ingenuo, sino de dirección mental.
También es clave poner el foco en lo que sí podemos controlar. En un contexto donde muchas variables externas son inestables, reconectar con el propio poder de acción es fundamental.
Organizar tu energía, cuidar tu salud mental, rodearte de personas que sumen, establecer límites sanos y aprender nuevas habilidades son formas concretas de construir solidez interna en medio de la inestabilidad externa.
Desde mi experiencia como mentora de líderes y profesionales en reinvención, veo que quienes prosperan en estos momentos no son los más optimistas ni los más preparados técnicamente. Son los que trabajan su energía, su diálogo interno, su capacidad de decidir desde la conciencia y no desde el miedo. Personas que, aun con miedo, se permiten avanzar un paso más.
¿Es cierto que la gente no cambia? Esto es lo que dicen la psicología y las neurociencias
En lugar de aferrarse a la necesidad de certeza, aprenden a confiar en su capacidad de adaptación, y eso cambia todo. Porque si tu foco está en lo que podés mover, no necesitás que el contexto sea perfecto para accionar. La confianza se construye en movimiento, no en la espera.
Prosperar en el caos no es ignorar la realidad, es atravesarla con otra calidad de pensamiento y presencia. Es preguntarte: ¿Quién necesito ser para tomar mejores decisiones hoy? ¿Qué conversaciones necesito tener? ¿Qué hábitos tengo que actualizar para no quedarme atrapada en la vieja narrativa? ¿Qué partes de mí necesito fortalecer para sostener esta etapa sin romperme?
Qué es la Responsabilidad Afectiva Empresarial: 5 tácticas concretas para cultivarla
Hoy más que nunca necesitamos un liderazgo interno fuerte, porque el mundo puede estar en crisis, pero si tu mente está clara, tu energía está alta y tu foco es consciente, podés seguir creando, creciendo, eligiendo. Y desde ese lugar, también inspirar a otros a hacer lo mismo.
Cambiar el mindset no es magia, es método. Y empieza con una decisión simple: dejar de esperar que todo se ordene para empezar a moverte. Porque sí: se puede prosperar en medio del caos. No porque el caos desaparezca, sino porque vos cambiás la forma en la que lo enfrentás.
(*) Mentora y coach de líderes. Especialista en habilidades humanas, liderazgo consciente y desarrollo profesional. Creadora del podcast “La nueva era del liderazgo”.