Decathlon, la reconocida cadena francesa de artículos deportivos, prepara su vuelta a la Argentina con una ambiciosa estrategia: abrir 20 locales antes de 2026.
El primer paso será en octubre de 2025, cuando inaugure una tienda de 3.000 m² en el complejo Al Río, sobre Avenida del Libertador, en la zona norte del conurbano bonaerense. Esta ubicación, elegida por su alto tránsito y cercanía a grandes superficies como Carrefour y Sodimac, será el modelo a seguir para futuras aperturas.
Después de más de dos décadas de ausencia —tras cerrar su única tienda en San Isidro durante la crisis de 2001— la firma retorna con una estructura empresarial renovada. Detrás del relanzamiento están figuras clave como Manuel Antelo, la heredera francesa Sabine Mulliez (de la familia fundadora del grupo Auchan) y su esposo, el financista Pedro Aguirre Saravia. Juntos, lideran el Grupo One, que también gestiona las operaciones de Decathlon en Uruguay y Paraguay.
Decathlon vuelve a la Argentina tras casi 20 años de ausencia
La propuesta incluye la venta del catálogo completo de productos importados, tal como ocurre en sus locales de Montevideo y Asunción, donde operan con superficies similares. Aunque el escenario económico argentino presenta desafíos —en especial por la volatilidad cambiaria— el grupo apuesta a posicionar la marca como una alternativa accesible y de calidad en el rubro deportivo. Las primeras dos tiendas abrirán antes de fin de año, y ya se están negociando espacios en centros comerciales como Abasto y Alto Avellaneda.
Además de enfocarse en la zona metropolitana, la empresa evalúa desembarcar en ciudades con más de 300.000 habitantes, como Córdoba, Rosario, Mendoza o Tucumán. La clave para avanzar será encontrar ubicaciones de gran visibilidad, alto flujo de clientes y suficiente espacio físico para replicar su formato completo. Mientras tanto, la primera tienda en Al Río será el punto de partida operativo y la base para capacitar al personal de las próximas aperturas.
El retorno de Decathlon se da en un contexto de mayor apertura económica, que alienta la llegada de empresas internacionales con experiencia regional. En paralelo al relanzamiento, el Grupo One analiza introducir otras marcas del ecosistema Mulliez, como Kiabi, especializada en indumentaria informal. El desembarco apunta no solo a recuperar terreno perdido, sino a posicionarse como un nuevo actor protagónico en el consumo masivo argentino.