Desde ingenieras agrónomas, hasta directoras y bodegueras. Tres casos que dan testimonio de la influencia de las mujeres en el mundo vitivinícola.
Según el estudio “Perspectiva de género en el sector vitivinícola” -llevado adelante por la Perspectiva Consultora, para Bodegas de Argentina, Wines of Argentina y Amfori- la enología es donde más se ve la presencia femenina: el 60% del área es dominada por mujeres.
Esa es el área donde Lorena Mulet encontró el lugar para desarrollarse profesionalmente: desde 2011, cuando Pedro Rosell -su profesor en la facultad- la convocó para que se sumara al equipo, es la enóloga de Bodega Cruzat: la única bodega dedicada exclusivamente a la elaboración de vinos espumosos bajo el método tradicional.
A Lorena siempre le interesó la microbiología, los procesos y las transformaciones en la naturaleza. Esa conjunción de lo emocional con lo científico, vinculado con el mundo del vino, la llevaron a dedicarse de lleno a esta industria y, sobre todo, al mundo de las burbujas.
Siempre vinculada laboralmente a los espumosos, hoy no sólo es la encargada de todas las creaciones de la bodega, sino una de las enólogas más reconocidas y respetadas de la industria vitivinícola. Además, desde 2024, afrontó un nuevo desafío y está a cargo de la dirección general de la bodega.
“Mi objetivo como profesional es seguir avanzando con la creación de productos cada vez más saludables, más naturales, reducir a su mínima expresión los conservantes. Debemos lograr que el consumidor perciba que está consumiendo productos en esa línea. El mundo va hacia eso. Luego debemos tener un compromiso para con el ambiente muy fuerte: creo que el mayor desafío al que nos enfrentamos es la sustentabilidad de las empresas en cuanto a lo económico, ambiental y social”, afirma Mulet.

Nicole Monteleone, Bodega Kaiken
Los desafíos del viñedo
A la par de los desafíos dentro de las bodegas, desde hace algunos años, también hay un importante número de mujeres que vienen desempeñándose como ingenieras agrónomas. Su campo de trabajo es el viñedo: ni más ni menos que el primer eslabón de la cadena vitivinícola. En definitiva, donde nace la magia.
Nicole Monteleone, ingeniera agrónoma de Bodega Kaiken, es una de ellas y figura clave de la renovación dentro de la bodega, que se suma al trabajo que vienen realizando el enólogo Juan Pablo Solis y Gustavo Hörmann, Gerente General y Chief Winemaker. Su incorporación busca aportar mayor precisión y otro nivel de detalle en la búsqueda constante de nuevos terroir.
Nacida en Mendoza, desde chica demostró su gran amor por la naturaleza y siempre procuró ser una gran defensora en lo que respecta al cuidado del medio ambiente: esto fue lo que la motivó a inclinarse por esta carrera. Antes de formar parte del equipo enológico de Kaiken, realizó dos vendimias consecutivas en bodegas de distintas regiones de Francia, lo que le permitió seguir perfeccionándose como profesional y aprender distintas técnicas que luego aplicaría a su regreso.
Su paso por grandes empresas le dio la oportunidad de explorar nuevos terroir, y llevar adelante el manejo del viñedo en condiciones extremas. Hoy por hoy su principal desafío es agregar valor al equipo de profesionales de Bodega Kaiken, mediante la ejecución de prácticas sustentables para el cuidado del viñedo.

Juliana del Águila Eurnekian, Bodega Del Fin del Mundo
Dos bodegas, un mismo desafío
Bodega Del Fin Del Mundo tuvo la visión de ser la primera bodega en instalarse en San Patricio del Chañar, Neuquén, uno de los terruños más australes del mundo. Posicionada como uno de los productores vitivinícolas más importantes de la región, sus vinos destacan por su impronta patagónica y son disfrutados en más de 30 mercados globales, llevando el nombre de Patagonia Argentina a cada vez más latitudes.
La bodega es liderada por Juliana Del Aguila Eurnekian, nacida y criada en Buenos Aires, donde se graduó como psicóloga (Universidad de Buenos Aires) y sommelier (Escuela Argentina de Sommeliers). Además, recientemente completó el programa Owner/President Management (OPM) de Harvard Business School, consolidando su visión estratégica y liderazgo en la industria vitivinícola.
Impulsada por su espíritu emprendedor y su pasión por el vino, decidió incorporarse al negocio familiar dentro de la industria vitivinícola. Hoy, Juliana lidera tanto Bodega Del Fin Del Mundo, en la Patagonia Argentina, como Karas, en Armenia, en el histórico Valle de Ararat, una zona mítica con viñedos de más de 6.200 años de antigüedad.
Dividiendo su tiempo entre Argentina y Armenia, gestiona un negocio enfocado en la producción de vinos de alta calidad, promoviendo prácticas sustentables y generando un impacto positivo en la comunidad y el medio ambiente. A través de sus vinos, busca crear valor para cada país y posicionar tanto la Patagonia como Armenia en el mapa mundial del vino, mostrando su potencial como grandes regiones vitivinícolas.
Lleva con orgullo el legado armenio de su familia y es una apasionada de la experiencia del consumidor. Con cada botella, comparte con el mundo la esencia de la Patagonia y el Valle de Ararat, embarcándose en una aventura que va desde la cuna del vino hasta el fin del mundo.