En la esquina tranquila de un barrio que aún conserva el ritmo pausado de los días sin apuro, hay un restaurante donde las cosas se hacen como antes. En Puchero, la cantina moderna de Villa Luro, se cocina a fuego lento y con la calidez que sólo los hogares verdaderos pueden ofrecer. Desde el primer momento, el equipo se encarga de personalizar la experiencia: preguntan gustos, recomiendan platos, se presentan con nombre y hasta recuerdan si el comensal ya concurrió con anterioridad. El gran salón familiar, amplio, luminoso y vestido con detalles de otra época, invita a quedarse largo rato. Afuera, el deck calefaccionado prolonga la sobremesa entre vecinos, copas de vino y risas compartidas.
La cocina está comandada por Santiago Méndez y se sostiene en dos pilares inquebrantables: lo casero y la calidad. Las pastas se hacen a diario, con masa fresca y rellenos generosos, como los sorrentinos de asado y provolone, o los raviolones de molleja con crema de verdeo. También hay platos de olla que evocan otras décadas —como el pastel de papa y boniato, o el guiso de lentejas con chorizo colorado— y reinterpretaciones modernas de clásicos porteños, como la milanesa de bife de chorizo o el risotto de hongos y queso sardo. Las entradas son tan sabrosas como ingeniosas: la provoleta con panceta y huevo frito, el chipá relleno de mollejas o la tortilla de papa con sopressata despiertan el apetito apenas llegás. Para el cierre dulce hay postres clásicos como el vigilante, panqueque con dulce de leche, flan casero y copa helada llena de chocolate y sorpresas.
La carta de bebidas combina etiquetas boutique de pequeños productores con vermouths artesanales y coctelería pensada para realzar los sabores del menú. Además, en el piso superior, se esconde una cava secreta: un espacio íntimo donde se organizan catas, cenas temáticas y experiencias privadas que expanden la propuesta más allá del plato.
Puchero es un refugio emocional, una cantina con corazón, donde cada comida se vuelve excusa para reencontrarse con lo simple, lo rico y lo compartido. Porque acá no se viene solo a comer: se viene a sentirse en casa.
Dirección: Av. Rivadavia 10300, Villa Luro.
Instagram: @puchero.ba