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Jujuy: su podio de imperdibles turísticos (y no tanto)
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Jujuy: su podio de imperdibles turísticos (y no tanto)

Conocida como la provincia argentina con “forma de bota”, Jujuy atrae visitantes que buscan descubrir la vida de los pueblos originarios, sus costumbres, sus tradiciones y sus secretos de joyas ocultas.

Durante el relevamiento se analizaron el número de búsquedas realizado por viajeros argentinos para identificar aquellos destinos que ganaron protagonismo. Jujuy obviamente estaba dentro de los más buscados y, una vez que se pisa esta tierra del norte, es fácil entender el por qué.

La Naturaleza del norte seduce, hipnotiza, baja las revoluciones. Allí, la Pachamama es sagrada y ese concepto se refleja en cuidados, rituales y hasta en la forma de vivir de los locales que aman la tierra. Su conexión profunda es mucho más que una costumbre y esa energía de Jujuy se siente, es contagiosa.

Todo aquel que aterriza en San Salvador de Jujuy debe –casi obligadamente– visitar determinados lugares. Entre ellos no podemos dejar de mencionar Purmamarca, un ícono que fue declarado Monumento Histórico Natural, y subir a los miradores del Cerro de 7 Colores conformados por sedimentos marinos, lacustres y fluviales que fueron depositándose en la zona durante siglos. Pero hay muchos otros pueblos de la Quebrada de Humahuaca (también nombrada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO) que merecen ser mencionados, porque entre valles y montañas se erigen casas de adobe y capillas prehispánicas que derrochan una riqueza arqueológica invaluable. Por ejemplo, el pintoresco pueblo de Tilcara y el yacimiento arqueológico más importante de Argentina como Pucará de Tilcara, Maimará y su Iglesia Nuestra Señora de la Candelaria y el Cementerio Nuestra Señora del Carmen, y hasta Humahuaca con su Carnaval aunque quizás sea el pueblo más desarrollado de la zona.

Pero en nuestro podio hay tres atracciones que destacamos, algunos por su belleza natural y otros por ser una opción fuera del circuito turístico que invitan a animarse a explorar rutas y caminos no tan conocidos.

Salinas Grandes, el tercer salar más grande Sudamérica.

BLANCO CRISTAL

Ubicado en el altiplano de Argentina, Salinas Grandes es el tercer salar más grande Sudamérica y fue elegido como una de las siete maravillas naturales del país. Es un destino esperado por todo turista que visita la región, un lugar ideal para tomar fotografías panorámicas y para conocer de cerca su belleza natural en sus 12 mil hectáreas a cielo abierto.

A tan solo 131 km de la capital provincial, el acceso a esta inmensa planicie blanca que llega al horizonte es relativamente fácil, subiendo cuesta, serpenteando y atravesando la impresionante Cuesta de Lipán, hasta superar los 4.100 metros de altura.

Este enorme inmenso desierto refulgente los viajeros viven una experiencia única. El silencio es prácticamente total y cada paso al avanzar suena crocante a los oídos. Allí el silencio apenas se rompe con el paso de los animales que habitan la región y los gritos de alegría de los viajeros que juegan con los espejismos que permiten su óptica singular. ¡No se olviden los anteojos de sol!

Hornocal, también conocido como Cerro de 14 colores

ARCOIRIS NATURAL

Si bien la región del norte argentino es la zona que más desarrollo de pequeños alojamientos de lujo tuvo en los últimos años, hay un paisaje de ensueño que está intacto y conserva su magia natural.

Si el Cerro 7 colores sorprende, hay que imaginarse el impacto que genera uno de 14. Últimamente la Serranía de Hornocal, también conocido como el Cerro de los 14 colores, se convirtió en uno de los nuevos atractivos turísticos de la región, a tan solo 40 minutos de Humahuaca. Quizás el camino para llegar no sea el mejor o el más cómodo, sin embargo, vale la pena el esfuerzo porque al llegar uno queda boquiabierto por tanta belleza. También puede quedarse sin aliento y eso se debe a que este enclave se encuentra a 4.350 metros de altura por eso la recomendación es realizar un ascenso lento y, de ser necesario, con paradas para ir aclimatándose a la altura y evitar los mareos, y también para hacer una pausa y dejarse hipnotizar por el escenario natural.

Las Yungas jujeñas

SELVA JUJEÑA

Ahora sí, ni la escenografía desértica de las Salinas ni lo árido del Hornocal, Las Yungas es un “spot” aún poco conocido por los turistas pero que, sin lugar a dudas, pronto las descubrirán y seguramente se posicionen como una “nueva” parada obligada al recorrer la provincia.

La puerta de entrada es el Parque Nacional Calilegua, uno de los ambientes de mayor biodiversidad de Argentina, que con una superficie de 76.320 hectáreas es el hogar de muchas especies en riesgo de extinción. Este secreto de Argentina ofrece innumerables opciones para todos aquellos que lo visiten: naturaleza, ríos, fauna y cultura. Todo en un entorno de constante misterio y aventura que invita a descubrir cada rincón. A simple vista parece inabarcable, por eso se recomienda ir con un guía local habilitado para que ayude con el reconocimiento de árboles, saber en qué miradores y puntos panorámicos descansar y contemplar el entramado tapiz selvático con nubes a la altura de los ojos. Un santuario ecológico con mucho por descubrir que ayuda a volver con el espíritu renovado y enriquecido de experiencias.

Hotel El Manantial del Silencio

DÓNDE HOSPEDARSE

Enmarcado en  un  paisaje  deslumbrante, una de las mejores opciones para hospedarse es el Hotel El Manantial del Silencio, situado al pie del cerro de los Siete Colores, en la localidad de Purmamarca. Su ubicación es estratégica: 500 metros de la estación de colectivos y 90 km del aeropuerto internacional de Jujuy.

Fue uno de los primeros hoteles de la zona y su arquitectura de estilo  neocolonial  español a base de materiales autóctonos (paredes de adobe y cañas huecas en los techos) forman parte de un viaje en el tiempo.

Sus 19 habitaciones son luminosas y todas tienen ventanales con vistas al extenso jardín con pileta y a las montañas. Con una decoración con historia, uno se siente cómodo y es fácil disfrutar de su atención personalizada. El restaurante propone platos de cocina andina e internacional y el bar ofrece bebidas y aperitivos. Además, Hotel El Manantial del Silencio tiene un spa en donde se ofrece una amplia variedad de tratamientos de belleza y brinda acceso gratuito al hidromasaje y a la ducha escocesa. Cada detalle está pensado para que el huésped disfrute de cada momento.

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