En un país donde la carne es parte del ADN nacional, Hierro se posiciona como una “Casa de Fuegos” que no sólo honra esa herencia, sino que la eleva con una propuesta moderna, audaz y de probada calidad. Con sedes en Nordelta y Palermo, esta marca combina con maestría la cocina a las brasas con el diseño, la coctelería de autor y una carta pensada para resaltar los sabores esenciales de la gastronomía y el asado argentino.
El nombre no es casual: el hierro atraviesa la identidad del restaurante, tanto en su arquitectura como en su cocina. La parrilla —protagonista indiscutible— se alimenta de carbón y quebracho colorado para trabajar cortes premium de carne madurada al vacío por al menos 30 días, lo que asegura una textura más tierna y sabores más concentrados. La experiencia se construye desde el primer bocado: empanadas fritas de masa casera rellenas de carne, cordero y en versión veggie, morcilla vasca con nuez y pasas, provoleta de autor con ananá grillado y miel de la pradera, y mollejas a la parra con cremoso de batata, mandarina y tomillo, por mencionar apenas algunas de las estrellas del lugar.
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Por su parte, los principales son un verdadero ejemplo de técnica parrillera y materia prima seleccionada. El bife de chorizo, la entraña, el vacío y el T-bone se sirven según el punto deseado del comensal, con acompañamientos pensados para realzar cada corte. Destacan tres versiones del ojo de bife: uno de novillo argentino con 45 días de maduración; otro con hueso, para mayor profundidad de sabor, y una versión de Wagyu, cuyo marmoleado de grasa lo convierte en una comida inolvidable. El cordero también tiene su lugar protagónico con platos en versión ahumada, donde el lomo se sirve con arroz yamaní, hinojo asado, tomates cherry y eneldo fresco.
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Para quienes buscan opciones elaboradas, en sus espacios los visitantes pueden degustar propuestas como los agnolottis caseros de queso azul con puerro caramelizado, nueces tostadas y huevo poché, el salmón a las brasas con manteca de hierbas o los sorrentinos de trucha ahumada con crema alimonada, alcaparras, pimienta fresca y albahaca. Las guarniciones también sorprenden con creatividad, luciendo alternativas como zanahorias rostizadas con pasta de porotos negros y salsa harissa; milhojas de papa con queso provola y cebolla asada; repollo blanco a la chapa con lentejas crocantes, alioli de ajos asados, gremolatta y queso reggiano, y una fresca ensalada de rúcula con tomates deshidratados, láminas de parmesano y dressing balsámico.
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En cuanto a sus sucursales, la de Nordelta, con vista privilegiada a la bahía, se distingue por su amplitud y estética sofisticada, ideal para disfrutar distintas experiencias: desde una salida en pareja o un almuerzo familiar, hasta para cenar con amigos o llevar a cabo un encuentro laboral descontracturado. Por su parte, Palermo además ofrece noches con set de DJ en vivo para que los clientes locales, extranjeros y hasta famosos elijan este espacio para celebrar eventos privados y encuentros informales. Cabe resaltar que esta locación cuenta con más de 8000 reseñas y una calificación promedio de 4.7 estrellas en Google, donde se destaca no sólo la imponente oferta culinaria, sino también la esmerada atención de su personal.
La oferta de bebidas no se queda atrás. Santiago Lambardi —mixólogo, bartender y socio del proyecto— firma una carta de cócteles creativos que reinterpretan ingredientes locales. Tragos como el Sandro (Amargo Obrero, tequila macerado en romero, ananá y sal de cítricos), Vida (Jägermeister, Frangelico, jugo de ananá, almíbar de canela y Cold Brew), o Zarpado (tequila José Cuervo, Frangelico, Illy Cold Brew, miel especiada y una pera deshidratada) se suman a una cava de vinos cuidadosamente curada con etiquetas nacionales de renombre, pensada para maridar con cada corte y preparación.
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Los postres, desarrollados por Clara María Gimenez Haupt, cierran con dulzura e ingenio. Desde versiones clásicas y 100% artesanales, como el flan de vainilla y el tiramisú, hasta composiciones como el volcán de dulce de leche con semifreddo y “vauquita” casera, o las texturas de chocolate con sorbete de frambuesa y crumble de cacao.
Con un dominio absoluto del fuego y una mirada moderna sobre los sabores locales, Hierro logra transformar una tradición profundamente argentina en una experiencia sofisticada, sin perder autenticidad, consolidándose como uno de los spots especializados más elegidos por los clientes, donde la carne es arte y la hospitalidad, una filosofía.
Dirección: Boulevard del Mirador 220, Nordelta; Costa Rica 5602, Palermo.
Instagram: @hierronordelta; @hierro.palermo