¿Cómo fue tu recorrido hasta llegar a la Argentina y convertirte en una referente de la cocina y la comunicación gastronómica?
Nací en China y vine a Argentina a los nueve años con mi padre, ya que mis padres decidieron emigrar y comenzar una nueva vida acá. Estudié en la Universidad Di Tella, donde me gradué como licenciada en Economía Empresarial, y luego hice un máster en administración de empresas en HEC París, con especialización en emprendedurismo. Mi proyecto final fue una cadena de restaurantes chinos. Al volver, no logré concretarlo y me dediqué a la consultoría intercultural entre China y Argentina. En 2015, embarazada de mellizos, me tomé una pausa, pero pronto empecé un blog de recetas para chicos que fue creciendo y me permitió posicionarme en redes sociales.
¿Qué características sentís que te definen como cocinera y qué valores buscás transmitir a través de tu propuesta gastronómica?
Me definen las recetas clásicas, simples y sabrosas, con mucho uso de especias y condimentos. Creo en una cocina accesible, tanto por sus ingredientes como por su preparación. No busco técnicas complejas. Para mí, la comida es una forma de unir a la familia, un momento compartido en medio del ritmo acelerado de cada día. Cocinar, para mí, es transmitir ese valor: el de reunirnos y compartir.
NACIMIENTO DEL PROYECTO
¿Cuándo comenzó a tomar forma la idea de abrir Gao Restó y qué te impulsó a crear un espacio de cocina china en Buenos Aires?
La idea surgió hace unos 15 años, cuando decidí volver a vivir en Argentina, después de completar un máster y rechazar una oferta laboral en una empresa multinacional. Sentía que había mucho por mostrar de la gastronomía china, que no es solo exótica o lejana, sino que tiene historias y sabores con los que muchos pueden conectar. En aquel entonces, el proyecto tenía otro nombre y enfoque, pero con el tiempo fui madurándolo hasta llegar a la propuesta actual de GĀO Restó.
¿Cuánto tiempo te llevó tomar la decisión y concretar el proyecto desde la idea inicial hasta su apertura?
Durante 15 años el proyecto estuvo presente, aunque en pausa por momentos. Hace tres años volvió a tomar fuerza, inspirado también por colegas que abrieron sus propios espacios. Retomar ese sueño fue volver a lo que me impulsó a regresar a Argentina. Esta vez, todo fluyó con naturalidad. Creo que los proyectos se concretan cuando llega el momento adecuado.
¿Cómo describirías la estética y el ambiente de Gao Restó? ¿Qué sensaciones te gustaría que se lleven quienes lo visitan?
Queremos que quienes nos visiten se sientan bienvenidos, como si entraran a la casa de los GĀO. Buscamos transmitir calidez, familiaridad y alegría. La estética combina lo moderno con referencias culturales de China, Francia y Argentina, representadas en la paleta de colores: rojo chino, azul Francia y celeste argentino. GĀO es un espacio para celebrar, ya sea en pareja, con amigos o en familia. Lo eligen para cumpleaños, salidas románticas o encuentros entre amigas, y eso nos hace muy felices.
¿Quién estuvo a cargo del diseño y la ambientación del local, y cómo fue el proceso de creación de ese universo visual?
El diseño y la ambientación estuvieron a cargo de los estudios Reina de Plata y Ripani. El proceso fue largo y muy cuidado, con ocho meses dedicados al naming y a definir la identidad visual. Al principio tenía una idea distinta, más aspiracional, pero el resultado final refleja mi esencia. Amigos que me conocen bien suelen decirme: “Esto es muy vos”, y eso me emociona. Incluso el nombre, que hoy parece obvio, fue fruto de una búsqueda profunda que valió la pena.
¿Cómo fue la selección de platos para la carta y qué criterios tuviste en cuenta para acercar la cocina china al paladar argentino sin perder autenticidad?
La cocina china es muy amplia, con ocho grandes ramas, por lo que elegir fue un desafío. Al principio seleccioné mis platos favoritos, y todos están en la carta; realmente me gustan todos. Busqué representar lo mejor de cada estilo: del norte de China, del sur con cocciones al vapor, y de Guangdong, con recetas típicas de la merienda llamadas tingzong. También incluimos platos de la zona de mi mamá, como los arrolladitos primavera originales, y de Sichuan, famosa por su picante. La clave fue mantener sabores auténticos y a la vez que sean del gusto argentino. Usamos ingredientes importados de China para las salsas y condimentos, mientras que las verduras son locales.
¿Hay alguna receta de tu abuela incluida en el menú? ¿Podrías contarnos cuál es y qué representa para vos?
Descubrí que la receta de las baby ribs, que creía de mi mamá, en realidad es de mi abuela. Es una preparación que ha pasado tres generaciones y ahora la hago para mis hijos; es nuestra favorita. También los arrolladitos primavera mantienen la forma y estilo que comíamos en China. Además, mi abuela paterna me enseñó a hacer los raviolitos chinos, algo que valoro mucho y que considero fundamental.
¿Además de la experiencia gastronómica, Gao Restó ofrece actividades como clases, eventos o instancias de difusión cultural para acercar la cultura china a los comensales?
Llevamos apenas tres meses desde la apertura, pero la idea es abrirnos completamente a la cultura y compartirla con el público argentino en todos sus aspectos.
Por ejemplo, en el local tenemos un “muro de aprendizaje”, donde los visitantes pueden aprender algunos caracteres chinos. También ofrecemos juegos para chicos que incluyen elementos de la cultura china, para que puedan acercarse de forma lúdica y natural desde edades tempranas.
¿Qué mensaje te gustaría que el público argentino se lleve sobre la cocina china luego de vivir la experiencia en tu restaurante?
Que, a pesar de los casi 20.000 kilómetros de distancia y de estar en el extremo opuesto del mundo, la cocina es la misma. Que descubran que no somos tan distintos. Y que puedan enamorarse de esta cultura gastronómica tan rica y variada.
Dirección: Cazadores 1911, Belgrano
Instagram: @gaoresto