En la Argentina, el café ya no se toma: se vive. Detrás de cada taza hay una historia, un territorio y una curiosidad que crece. Con esa premisa y en el marco del Día Internacional del Café —que se conmemora el 1º de octubre— Café Martínez lanzó en octubre La Ruta del Café, un recorrido que transforma sus locales en escenarios de aprendizaje, conversación y exploración de sabores durante todo el mes. Una experiencia que invita a mirar el café no solo como un ritual cotidiano, sino como un universo por descubrir.
En tiempos en que el consumo se vuelve cada vez más consciente, esta iniciativa propone algo más profundo: aprender a reconocer el café que tomamos. Cómo influye el tueste, qué diferencia hay entre una molienda media y una fina, cómo se comporta un blend frente a un origen único. En cada charla y degustación, los baristas se convierten en guías de viaje: explican, comparten y abren el juego a los sentidos.
“El café tiene esa magia de conectar mundos. En esta Ruta buscamos que todos puedan experimentar, probar, equivocarse y encontrar su punto ideal. Lo importante no es repetir una fórmula, sino disfrutar el proceso de descubrir qué café te representa”, explica David Ledesma, Coffee Master de Café Martínez.
El nuevo mapa sensorial argentino
Hasta hace poco, el café era sinónimo de bar porteño, medialuna y conversación de sobremesa. Pero algo cambió. Hoy, los consumidores —de Salta a Ushuaia— preguntan por la procedencia de los granos, por los métodos de filtrado, por la acidez o el cuerpo. Esa curiosidad dio origen a un nuevo fenómeno: la expansión del conocimiento cafetero.
En las charlas de La Ruta del Café, no solo se cata: se habla de los perfiles sensoriales, de la importancia del agua, del molido y hasta del impacto ambiental de cada método. Es un acercamiento al café desde la educación, pero con placer. Un slow learning que acompaña la tendencia global hacia los productos con identidad y trazabilidad.
Del espresso perfecto al café emocional
La experiencia busca, además, desmitificar el café como algo técnico o inaccesible. El objetivo es que cualquiera pueda preparar en casa una taza que tenga sentido: ya sea un espresso denso, un filtrado limpio o un cold brew liviano.
“Cada persona puede crear su propio ritual —afirma Ledesma—. Lo importante es que el café te acompañe, que te conecte. Hay algo emocional detrás del sabor que más te gusta: el recuerdo de una charla, un viaje, una mañana tranquila. Esa es la verdadera magia del café.”
En tiempos de exceso de información, La Ruta del Café ofrece un contrapunto: una experiencia tangible, sensorial y humana, donde el conocimiento se comparte cara a cara, entre aromas y tazas.
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📍 La Ruta del Café continúa recorriendo sucursales de todo el país durante octubre. Las fechas y actividades se actualizan en @cafemartinezoficial.