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De los escenarios a las canchas: Grego Rossello y su salto de artista digital a emprendedor
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De los escenarios a las canchas: Grego Rossello y su salto de artista digital a emprendedor

El actor, comediante e influencer argentino consolida una nueva etapa profesional en la que combina creatividad, gestión y visión de negocio. Desde un programa propio multiplataforma hasta su empresa de canchas de básquet y su alianza con Williamsburg, Rossello representa una nueva generación de artistas que transforman su capital digital en proyectos con identidad y propósito.

Conocido por su humor, espontaneidad y presencia constante en redes sociales, Gregorio “Grego” Rossello logró traspasar la frontera entre el entretenimiento y el emprendedurismo. Lo que comenzó con videos virales se convirtió en un recorrido multifacético que incluye su programa de televisión/ streaming, participaciones multiplataforma, su marca personal consolidada y la creación de su empresa de canchas de básquet, un proyecto que acaba de dar un paso clave con la instalación de un espacio propio en el local de Williamsburg del Paseo de la Infanta. En esta entrevista, Grego comparte cómo entiende el concepto de marca personal, qué aprendió del ecosistema digital y cómo traduce su identidad artística en un modelo de negocio propio.

A lo largo de tu carrera fuiste combinando actuación, redes sociales y conducción, y hoy sumás el perfil de emprendedor. ¿En qué momento sentiste que querías pasar de ser “creador de contenido” a construir tus propios proyectos y empresas?

Me pasó que lo que empieza a pasar si vos tenés un perfil público y tenés influencia en redes es que, en general, te empiezan a llegar ofrecimientos, opciones. Yo me viralizo en el 2015 y de 2015 a 2016, que todavía seguía el boom de las cervecerías artesanales, me ofrecieron varias, me acuerdo, y varios emprendimientos. Y me pasó que no agarraba ninguno, ¿sabés por qué? Porque no confiaba. No por mala onda, es que cuando te vas a asociar, para mí es importante, además de tener ganas de hacerlo, confiar en tus socios. Pasaba que venían de personas que no conocía mucho, que sentía que por ahí podían ser buena gente, pero que yo no los conocía. Ttardé muchos años entre que me viralicé y me animé al primer proyecto, que fue Clutch, ya en el 2021. En una especie de crisis de los 30, algunos de mis amigos estaban felices con sus trabajos, pero otros no. Mi mejor amigo, Diego Lucero, tenía ganas de hacer un cambio grande de vida y otro, Francisco Guay era crac en su laburo y lo sigue siendo, pero no era lo que más le gustaba. Había en ellos ganas de hacer algo que realmente tuviera un significado, no era solo por un emprendimiento, no era por unas canchas de básquet, que fue la idea de Clutch. Era la posibilidad de un amigo mío de cambiar su laburo y era la posibilidad de que otro amigo mío, al que le iba muy bien en la vida, pudiera encontrar otra pasión. Entonces eso me llamó mucho la atención. Aparte a mí me encanta el básquet. Sentíamos que era una idea muy muy loca, muy llamativa. Parece una boludez, pero en Argentina hay cientos y cientos de lugares para alquilar canchas de fútbol y no hay un lugar que sea solamente para alquilar canchas de básquet. Fue bastante revolucionario lo que hicimos con Clutch y hoy me genera mucho orgullo.

La incorporación de tu cancha en Williamsburg Paseo de la Infanta marca una alianza entre deporte, gastronomía y entretenimiento. ¿Cómo surgió esta colaboración y qué buscás generar con este tipo de experiencias urbanas?

La asociación con Williamsburg me pone muy contento y me gusta mucho. Hay algo, yo creo que hay cuestiones que suceden porque, como decía antes, tienen que ver con la confianza. Yo a Alejo, que es el dueño de Williamsburg, lo conozco hace un montón. Por haber hecho cosas con Williamsburg antes como influencer, porque es amigo de un gran amigo mío, que es Juan Marconi, quien fue una persona muy importante para mí en mi arribo a los medios tradicionales —cuando di mi paso de influencer a conductor de televisión en ESPN—. Entonces, yo a Alejo lo conocía mucho. Cuando él me acerca esta propuesta y nos juntamos con él y con mi socio, la verdad es que no dudé. Me pasa con Williamsburg, que es un lugar donde yo voy a comer, que me gusta lo que hacen y cómo se manejan a nivel marketing, que para mí eso es muy muy importante. De hecho, en Clutch yo me ocupo del marketing. Y veía en Alejo y en Williamsburg eso, ¿viste? Como una simbiosis, como una conexión o una identificación en realidad, con lo que hacen ellos con su marca, con lo que a mí me gusta hacer con la mía. Me parecía que iba, que es un espacio, una ubicación increíble, el Paseo de la Infanta para una cancha de básquet ahí con el tren arriba. La idea de hacer algo medio Williamsburg de verdad, de traer Nueva York a Palermo me encantó y cuando me lo ofreció Alejo me puse muy, pero muy contento. La verdad es que está bárbaro lo que hicimos, lo que lograron y creo que se van a venir cosas muy grandes ahí. 

Creo que lo que buscamos generar con esta cancha, primero, desde el lado de Clutch, es la demostración de que podemos expandirnos, de que podemos ser más de una cancha. Hoy es esta en Paseo de la Infanta, a fin de año la idea es abrir otra más. Puntualmente respecto a Clutch y Williamsburg, la idea es demostrar eso, que podemos asociarnos a una marca que también es joven, pero que también es grande, que no para de crecer. Es un poco asociarnos a la imagen de algo que está teniendo éxito y que tiene una identidad y una manera de comunicar con un nivel de calidad con el que nos sentimos identificados. Y después, queremos que la gente lo disfrute, básicamente. Lo que siempre queremos es cumplir con el leitmotiv de Clutch, el cual fue lograr algo que a nosotros nos estaba complicando, que era alquilar una cancha de básquet, que haya más canchas de básquet. Y Williamsburg nos permitió eso, que hoy en Palermo podés ir a comer una hamburguesa y jugar al básquet ahí al lado, en una jaula que es espectacular, con un paisaje increíble.

Muchos jóvenes te siguen desde tus primeros videos y hoy te ven liderando proyectos de negocios. ¿Qué mensaje te gustaría transmitirles sobre el camino del emprendedor creativo en Argentina?

Me pasa mucho, ¿viste? Me pasa mucho que hoy chicos me escriben por esta faceta. La construcción de “Ferné con Grego” por un lado, el crecimiento de Clutch por otro, además con Clutch hemos hecho ropa. Hoy estoy asociado a un boliche en Costanera. Me gusta producir para mí, para algunos colegas. Estoy en el proceso de creación de una agencia también. Entonces, la verdad es que me gusta mucho construir. Hoy estoy también como asesor artístico en Telefe. Entonces, mi lado más empresario o productor empezó a aflorar y la gente lo está viendo y me gusta. Y si tengo la posibilidad de dar un consejo, aunque no sé si estoy apto todavía, sería decirle a la gente que lo importante es materializar las ideas. Creo que hay un montón de gente con un montón de ideas repiolas, tengo amigos que por ahí son más creativos que yo o más inteligentes, pero por ahí les falta ese empuje. Y hay que hacer, ¿viste? Hay que hacer y hay que fracasar. Con Clutch, con mil ideas que tuvimos, nos fue mal y con otras nos fue bárbaro. Con un montón de ideas de proyectos que yo tuve de pódcast me fue mal y con “Ferné con Grego” me fue bien. Creo que estamos en un momento  con una generación de mucho miedo al fracaso. Porque las redes te exponen, porque no hay que quedar cringe, porque esto, por lo otro. Y la verdad que a mí, por suerte, eso siempre me importó bastante poco. Y es el consejo que daría, que se animen a hacer. Es medio cliché, es medio obvio, pero pero nunca está de más repetirlo.

Mirando hacia adelante, ¿cómo imaginás la evolución de esta nueva etapa? ¿Te ves más como empresario, creador o como alguien que se mueve en la intersección de ambos mundos?

Bueno, me pasa mucho eso, que dudo a veces si voy a quedarme del todo detrás de cámara. Por el laburo que tengo yo en Telefe, por lo que aprendí al producir “Ferné con Grego”, por lo que está pasando con Clutch. La verdad que me gustaría, a mí me divierte mucho mi lado artístico, es lo primero que considero que soy, comediante o conductor o artista, o lo que sea. Artista es una palabra muy grande, pero mi prioridad siempre va a ser esa, pero mi idea es que los proyectos que yo hago me puedan dejar una tranquilidad económica para no tener que hacer un montón de cosas que no me gusten tanto del palo artístico. Así que, un poco mi idea es que mis proyectos más empresariales puedan fomentar o financiar mis locuras frente a cámara. Y porque, además, la verdad que me divierte mucho también. Así que, como respuesta, creo que es ir un poco de un lado a otro. Hacer las dos cosas me gusta.

 

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