El gobierno de Estados Unidos, liderado por Donald Trump, evalúa tomar el control de campos petrolíferos de Venezuela. Esta posibilidad se conoce mientras las fuerzas militares norteamericanas continúan atacando barcos en el Mar Caribe, que según afirman proceden del país caribeño y transportan droga. Todo tiene el mismo objetivo: sacar al dictador Nicolás Maduro del poder.
Nada está definido aun, pero, acorde con el diario norteamericano The New York Times, una de las opciones que analiza la Casa Blanca es enviar fuerzas antiterroristas estadounidenses a tomar el control de aeródromos y de ciertos campos petrolíferos e infraestructuras de Venezuela.
El periódico afirmó que «el señor Trump está profundamente preocupado por las enormes reservas petroleras de Venezuela, las mayores del mundo». La principal duda del republicano consiste en si se deben suspender las exportaciones a EEUU o conservarlas a fin de seguir teniendo alguna influencia en el caso de que Maduro caiga. «Es un problema que ha preocupado a los funcionarios de su administración durante los últimos diez meses», aseguró el medio.
Para Trump, Nicolás Maduro tiene «los días contados» en el poder en Venezuela
Hay que recordar que el mandatario estadounidense canceló y luego renovó la licencia a la compañía petrolera de EEUU Chevron, que sigue operando en territorio venezolano con la prohibición de mandar divisas al sistema bancario de la nación latinoamericana.
Por su parte, Maduro fue claro y sostuvo: «Quiero que Chevron esté aquí otros 100 años».
El líder del régimen chavista intentó ofrecerle a Trump concesiones petróleras y otros recursos minerales de Venezuela, pero el presidente estadounidense rechazó los ofrecimientos.
Maduro mencionó la posibilidad de abrir los proyectos petroleros y auríferos, tanto los existentes como los nuevos, a firmas estadounidenses con contratos preferenciales. También sostuvo que redirigiría las exportaciones que en la actualidad tienen como destino a China y restringiría los contratos mineros con compañías chinas, iraníes y rusas.
Sin embargo, el magnate no solo no aceptó sino que fortaleció el despliegue militar.
En el caso de que la dictadura encabezada por Maduro fuera derrocada y sustituida por un gobierno democrático, el vínculo con EEUU daría un giro de 180 grados.
Ahí Chevron estaría en una mejor posición para lo que la administración Trump considera un auge de inversiones en las enormes reservas petroleras del país.
«Es un tema que fascina al Sr. Trump, al igual que cuando instó a la toma de los campos petroleros en Siria, cuyas reservas representan una ínfima fracción de las de Venezuela», recalcó The New York Times.
Desde el lado de Chevron, su portavoz Bill Turenne, sostuvo: «Creemos que nuestra presencia continúa siendo una fuerza estabilizadora para la economía local, la región y la seguridad energética de Estados Unidos».
