Los haitianos están siendo víctimas de deportaciones másivas en República Dominicana como consecuencia del severo control que el Gobierno de ese país lleva adelante en la frontera.
Más de 180.000 haitianos en status migratorio irregular fueron expulsados de República Dominicana durante los últimos seis meses, acorde con los datos de la Dirección General de Migración (DGM) al 1° de marzo
Y la Organización Internacional para las Migraciones de la ONU (OIM) indicó que solamente en el mes de abril alrededor de 20.000 haitianos «vulnerables» fueron deportados de territorio dominicano.
Desde octubre de 2024 a marzo 2025, las cifras de los haitianos repatriados en República Dominicana son:
-Octubre: 40.223
-Noviembre: 28.703
-Diciembre: 25.085
-Enero: 31.213
-Febrero: 26.659
-Marzo: 28.534
Durante 2024, las repatriaciones de nacionales haitianos indocumentados alcanzaron las 276.215, acorde las cifras oficiales.
Y en los primeros tres meses del 2025, la cantidad total al 31 de marzo, aumentó a 86.406 haitianos.
Todos los migrantes, previo a ser deportados, fueron registrados y validados con equipos de biometría, respetando los protocolos vigentes y estudiados en forma individual, precisando el perfil de cada uno, según Migración.
Ante este panorama, la organización pidió que se fortalezca de manera «urgente» su despliegue en el área de frontera.
Junto con otras instituciones, OIM asiste desde el 22 de abril a 3.500 personas con un promedio de 15 mujeres embarazadas y otro número de madres que están con el proceso de lactancia.
La entidad hizo hincapié en un momento «especialmente alarmante», debido al aumento constante de la violencia y los ataques en Haití.
En Puerto Príncipe, la capital de la nación, a fines de marzo 51.000 individuos debieron dejar sus hogares.
A Veladero llegaron más de 4.000 de estos desplazados y la zona se encuentra casi inaccesible debido a que los grupos armados manejan el ingreso desde puntos estratégicos, que dificulta que lleguen productos de primera necesidad básicos y personal humanitario.
La directora general de la OIM, Amy Pope, aseveró que las deportaciones y el aumento de la violencia de los grupos armados «empeoran una situación que ya es frágil».
Por eso, hizo un llamado a la comunidad internacional y solicitó «el apoyo de los donantes y de la comunidad internacional ha permitido reforzar el salvavidas humanitarios, pero se necesita mucho más«.