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¿Qué consecuencias trae para la Argentina el ingreso de las mujeres rusas embarazadas?
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¿Qué consecuencias trae para la Argentina el ingreso de las mujeres rusas embarazadas?

Miguel Ángel Toma, exsecretario de Inteligencia, dialogó esta tarde con Cristina Pérez en Radio Rivadavia sobre las mujeres rusas embarazadas que llegaron a la Argentina y precisó que «en primer lugar estamos frente a una verificación, una vez más, de la enorme porosidad de nuestra frontera» porque «la frontera no es solamente el hilito que está y que define dónde empieza la Argentina y dónde termina Paraguay o Chile, también un aeropuerto o un puerto es una frontera».

Por lo tanto, aseguró que «lo que queda claro es que acá puede entrar, salir cualquiera y nadie se da cuenta» y remarcó que «esto es de una gravedad inusitada».

Sobre el arribo de las embarazadas rusas al pais, hizo hincapié en que «el tema aparece y se visibiliza cuando un diario inglés, The Guardian, hace una nota al respecto y es lo que dispara las alertas» y a modo de comparación sostuvo que «esto es lo mismo que pasó con el avión venezolano- iraní, que acá nadie se había enterado, entre comillas, que teníamos este avión que venía de la triple frontera». «Y nos enteramos que había aterrizado en Ezeiza cuando Uruguay le impide el ingreso a su espacio aéreo», recordó.

Por lo tanto, se preguntó: «¿Qué estaban haciendo los servicios de inteligencia en aquel momento?» y añadió: «¿Qué estaban haciendo cuando entraron 10.500 mujeres rusas embarazadas en el año 2022?». «Y de las cuales salieron 7.300 según los datos oficiales», adhirió y sumó que «obtuvieron el pasaporte que les permite entrar a 187 países de Occidente y también de Oriente en el caso de Japón, sin necesidad de VISA. Cuando si tenían el pasaporte ruso solo podían ingresar a 77 países sin VISA».

Sobre las consecuencias de este hecho, advirtió que «el sistema de inteligencia argentino no detectó lo que estaba pasando y eso nos pone en una situación de absoluta vulnerabilidad en relación al resto del mundo» y por lo tanto, marcó que «la Argentina no es un país confiable porque por acción u omisión está permitiendo el ingreso a Occidente de eventuales acciones de espionaje, de terrorismo, etcétera».

En esa línea explicó que «cuando ocurren este tipo de filtración y nadie en la Argentina las detecta u oculta lleva a una pérdida de confianza absoluta a  nivel internacional» por lo que afirmó que «la sanción es muy clara en este sentido independientemente de que después se manifieste o no en sanciones de naturaleza económica».  Además aseveró que «agrava el cuadro de poca previsibilidad y confiabilidad de la Argentina en el contexto mundial».  «Y esto es muy, muy grave», aseguró.

Acerca de quién es responsable de evitar que ocurran situaciones así, explicó que «es un tema de ubicación geopolítica que obedece al más alto nivel de la responsabilidad política en la Argentina, es decir, Alberto Fernández» y agregó que «alineamientos así responden a una visión ideológica que plantea este realineamiento sobre la base de principios de cuestionamiento al modelo capitalista y a lo que implica Occidente como cultura: la reinvidicación de los pueblos originarios, las políticas de género».

Respecto a cuáles son los procedimientos que deben llevarse a cabo sobre el ingreso de las mujeres embarazadas, puso el foco en que «se hizo la denuncia penal, pero eso implica la sanción de un delito y acá más allá del delito hay una amenaza detrás de esto que excede el marco del delito» y precisó que «es la amenaza, que estamos señalando, de la existencia en el mundo de miles de personas que están con pasaporte argentino y pueden hacer cualquier barbaridad en el mundo».

Para concluir, fue claro y sentenció: «Esto no se resuelve con la cuestión penal: hay que terminar con la porosidad, la permisividad que tiene hoy la Argentina en relación a este tipo de fenómenos».

 

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