Rusia desató el mayor ataque con drones desde el inicio de la guerra al lanzar 355 aparatos no tripulados sobre territorio ucraniano durante la noche del domingo, en una ofensiva que eleva aún más la tensión en el frente oriental.
La acción incluyó tanto drones de ataque como señuelos diseñados para confundir a las defensas aéreas. Al mismo tiempo, el presidente estadounidense Donald Trump no dudó en calificar a Vladimir Putin de “loco”, criticando la creciente violencia de los bombardeos.
Según el vocero de la Fuerza Aérea ucraniana, Yuriy Ihnat, se trató del tercer ataque masivo consecutivo y el más intenso en términos de drones desde que comenzó la invasión en febrero de 2022. A los drones se sumaron nueve misiles de crucero Kh-101, todos interceptados por las defensas ucranianas.
Sin embargo, 67 drones lograron burlar el sistema antiaéreo, impactando en cinco puntos estratégicos y causando daños por caída de escombros en al menos otras diez ubicaciones.
Trump apuntó sin filtro contra Putin: «Se ha vuelto completamente loco»
La región de Khmelnytskyi, en el oeste de Ucrania, fue una de las más golpeadas, con 18 edificios residenciales dañados, además de infraestructuras industriales y líneas eléctricas afectadas. A pesar del poder destructivo del ataque, no se reportaron muertes el domingo, un contraste con el bombardeo del día anterior que dejó 12 muertos y decenas de heridos tras el uso de 69 misiles y casi 300 drones.
Desde Washington, Trump denunció la brutalidad de los ataques rusos y dijo que el presidente ruso está “matando innecesariamente a mucha gente”. En una publicación en redes, advirtió que intentar conquistar toda Ucrania “llevará a la caída de Rusia”. A pesar de sus críticas a Moscú, también apuntó contra Volodimir Zelensky, acusándolo de no ayudar a su país con sus declaraciones. La retórica refleja el giro de tono en la política exterior estadounidense frente al estancamiento diplomático.
Mientras tanto, los esfuerzos por alcanzar la paz siguen sin dar frutos. La única excepción ha sido el reciente intercambio de prisioneros, el tercero y último de una serie que permitió el regreso de cientos de detenidos de ambos lados. En paralelo, Rusia avanza en el terreno: el lunes, Moscú afirmó haber capturado dos nuevas localidades en la región de Sumi, reforzando su ofensiva en el norte ucraniano y profundizando el desgaste de un conflicto sin final a la vista.