En Venezuela se puso en marcha el primer banco de alimentos. El Banco Alimentar comenzó a gestarse en diciembre a raíz de donaciones de supermercados y ciudadanos que daban productos que tenían problemas de envoltura o de etiquetado.
En el país, gobernado por la dictadura de Nicolás Maduro, el 17% de la población pasa hambre.
El objetivo de esta iniciativa es poder proveer con alimentos a alrededor de 2.500 personas, aunque según las Naciones Unidas, en la nación caribeña cerca de cinco millones de los 30 millones de habitantes que hay en total sufren hambre.
En 2016, a raíz de la baja de los salarios, el régimen chavista impulsó un programa que repartía comida a precios subsidiados. También había ONGs que recolectaban alimentos y los distribuían entre los más necesitados, pero no existía un banco de alimentos.
En 2013, con la primera presidencia de Nicolás Maduro, Venezuela comenzó un período de inflación, la cual llegó al 56,2%, junto con la escacez de alimentos y medicamentos, los apagones y el aumento de la inseguridad.
Si bien los estantes de los supermercados ya no están vacíos, los precios de las mercancías son inalcanzables para el ciudadano común: más de la mitad de la población es pobre, acorde a un informe de la Universidad Católica Andrés Bello.
Expertos indican que hacer una compra mensual básica en un supermercado tiene un costo para una familia de cuatro personas de entre 270 y 500 dólares, cuando el salario mínimo apenas pasa los dos dólares al mes, más los bonos que da el Gobierno que en el sector estatal llegan a los 130 dólares.