La atención internacional se concentra en Caracas, Managua y Miami tras los últimos movimientos del régimen de Nicolás Maduro, en medio de la creciente presión militar y judicial de Estados Unidos. Según reveló el periodista Jaime Bayly, existen indicios de que el mandatario venezolano y su familia preparan una eventual fuga hacia Nicaragua, principal aliado del chavismo en la región.
Esta hipótesis surge en paralelo a los despliegues militares de Donald Trump en el Caribe y al avance de procesos judiciales contra la cúpula chavista en cortes estadounidenses.
Bayly aseguró que el avión presidencial de Conviasa, un Boeing 737, voló recientemente desde Caracas hasta Managua, sin transportar a Maduro ni a su esposa Cilia Flores, pero cargado con lingotes de oro y divisas. A su vez, la plataforma FlightRadar24 confirmó otro vuelo, esta vez en un Airbus A340 matrícula YV1004, utilizado habitualmente por altos funcionarios como Diosdado Cabello. Estos movimientos aéreos alimentan las sospechas de un posible traslado de parte de la fortuna del chavismo hacia Centroamérica como plan de escape ante un colapso político.
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El periodista destacó que Daniel Ortega y Rosario Murillo garantizan a Maduro un refugio seguro en Managua, contemplado desde hace tiempo como la primera opción de exilio. En paralelo, denuncias de la periodista Nitu Pérez Osuna apuntan a que aeropuertos en Curazao y Aruba habrían restringido vuelos directos a Caracas, lo que podría vincularse a preparativos de una eventual acción militar de Estados Unidos, con el apoyo de Trinidad y Tobago.
La presión también llega desde los tribunales. En Miami, tres familias estadounidenses —Kennemore, Marval y Saad— demandaron a Maduro, Cabello y al ministro Vladimir Padrino López, acusándolos de secuestro y tortura. Las denuncias señalan que fueron usados como rehenes tras la captura del empresario Alex Saab, considerado testaferro de Maduro, en un intento de forzar canjes de prisioneros. Washington, además, mantiene recompensas que alcanzan los 80 millones de dólares por la captura de los principales jerarcas chavistas.
Mientras tanto, líderes regionales como el presidente paraguayo Santiago Peña cuestionan abiertamente la legitimidad del régimen venezolano y sus nexos con redes de narcotráfico, mientras que figuras como Gustavo Petro buscan restar peso a la acusación contra el llamado Cartel de los Soles. Entre vuelos sospechosos, denuncias internacionales y despliegues militares, el futuro de Maduro aparece cada vez más incierto, en un escenario donde las posibilidades de fuga, captura o negociación parecen estar abiertas al mismo tiempo.
