La operación aérea más grande de la historia reciente de Estados Unidos sigue envuelta en interrogantes. Aunque el Pentágono asegura que las bombas antibúnker impactaron los objetivos previstos, aún no puede confirmar si alcanzaron el núcleo de la planta subterránea de Fordow, considerada el centro más protegido del programa nuclear de Irán.
Según admitieron fuentes de Defensa en una conferencia de prensa, no cuentan por ahora con información suficiente para afirmar si las bombas GBU-57, de más de 13 toneladas cada una, lograron penetrar hasta el fondo del búnker situado a unos 80 metros bajo tierra.
La llamada operación Martillo de Medianoche movilizó más de 125 aeronaves, incluyendo siete bombarderos B-2, aviones cisterna, cazas y aviones de reconocimiento. Pese a esa demostración de fuerza, los funcionarios estadounidenses insisten en que todavía se está recolectando información y que la evaluación final del ataque podría demorar semanas.
Mientras tanto, crecen las dudas sobre si el golpe fue tan efectivo como proclamó en su momento el presidente Donald Trump, quien había declarado que se había logrado una “aniquilación” de las instalaciones nucleares iraníes.
La planta de Fordow, construida en secreto y denunciada públicamente en 2009 por Estados Unidos, Reino Unido y Francia, es considerada la pieza clave del rompecabezas atómico iraní. Protegida por roca sólida y concreto armado, fue diseñada precisamente para resistir este tipo de ofensivas.
Aunque durante el acuerdo nuclear de 2015 Irán se comprometió a limitar sus actividades allí, el retiro de Washington del pacto en 2018 reactivó las operaciones en el sitio, aumentando la preocupación internacional por el avance del programa nuclear persa.
¿Hasta qué punto logró realmente Estados Unidos dañar el corazón del proyecto nuclear iraní?
Las respuestas oficiales siguen siendo ambiguas. La información contradictoria entre las afirmaciones políticas y las evaluaciones técnicas alimenta la incertidumbre. Y mientras tanto, el reloj nuclear sigue corriendo en Oriente Medio, dejando abierta la pregunta de si Fordow sigue operativa en las profundidades de la montaña.