Las Naciones Unidas (ONU) es un organismo internacional que nació luego de la segunda Guerra Mundial con el objetivo de trabajar por la paz en el mundo. Sin embargo, en la actualidad su papel quedó reducido a resoluciones que no tienen una injerencia real a la hora de frenar una guerra o un conflicto. A eso se le suma una crisis financiera.
Las disposiciones que sanciona la entidad no son obligatorias para ninguno de sus 193 miembros y además cinco países cuentan con el poder de veto para anular cualquier decisión, junto con otros 10 integrantes los cuales van variando. Las cinco naciones permanentes son aquellas que se posicionaron como ganadoras en la Segunda Guerra Mundial: Estados Unidos, China, Rusia, Francia y Reino Unido.
Eso significa que toda resolución que se vote en la ONU debe contar con el apoyo o la abstención de estos cinco países.
Desde 1946, las naciones que pueden usar el veto lo han utilizado 326 veces. Rusia se ubica primera con el 49% de los vetos emitidos, lo que es igual a un total de 161; segundo Estados Unidos con el 28% de los vetos (94); tercero Reino Unido con el 9% (32). Sigue China con el 6% (21) y Francia con el 5% (18), acorde a los números del registro oficial de la ONU correspondiente a junio pasado.
En 2015 Francia, México, Nueva Zelanda, España y Liechtenstein propusieron que los miembros permanentes renunciaran de manera voluntaria al veto en temas como: genocidio, crímenes de guerra o crímenes de lesa humanidad. Hasta la fecha, la iniciativa funciona más como una herramienta diplomática que legal.
CRISIS FINANCIERA
El presupuesto de las Naciones Unidas está compuesto por: las cuotas fijas que otorgan las naciones miembros, el fondo común para el mantenimiento de la paz y los aportes voluntarios que van hacia instituciones como Unicef, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) o la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El organismo aprobó un presupuesto ordinario de 3.720 millones de dólares para el año en curso. EEUU es el contribuyente principal con el 22% del total de los aportes, continuado por China con el 20% y con números considerablemente másbajos, están: Japón, Alemania, Francia y Reino Unido con entre el 4% y el 7% del total de los fondos.
Además Norteamerica es quien otorga la contribución más importante destinada al Fondo para el Mantenimiento de la Paz, que posee 11 misiones y cuenta con un presupuesto en el último año de 5.600 millones de dólares, acorde con las tasas de contribución vigentes de la ONU.
Sin embargo, la administración de Donald Trump, que tiene alrededor de un 27% de las contribuciones ya advirtió que podría dejar de contribuir a ese fondo.
Estados Unidos ya dejó de financiar 48 programas del Fondo de Población de las Naciones Unidas.
Mediante un comunicado de prensa, el organismo precisó que esas iniciativas brindaban»atención médica materna esencial, protección contra la violencia, tratamiento de casos de violación y otros cuidados vitales en más de 25 países y territorios afectados por crisis médica».
El 29 de agosto pasado, el líder de la Casa Blanca le pidió al Congreso anular otros 4.900 millones de dólares destinados a la ayuda internacional.
Por su parte China, el segundo contribuyente de las Naciones Unidas, pasó de tener en 2021 una media de dos meses de retraso en el pago de cuotas a la entidad, a tener diez en 2024, acorde a un informe elaborado por el Financial Times a partir de datos públicos.
Desde la ONU, el secretario general, António Guterres, hizo hincapié en que «la financiación estadounidense apoya directamente a las personas que viven guerras, hambrunas y desastres, proporcionándoles atención sanitaria esencial, refugio, agua, alimentos y educación, y la lista continúa».
