Se conoció una entrevista inédita al Papa Francisco del año 2019 en la que reveló detalles de la elección como Sumo Pontífice y también de su vida personal: cómo manejar la ansiedad, el dolor y las neurosis. Una charla en la que el periodista Nelson Castro logró llegar al costado más íntimo y humano de la principal figura de la Iglesia Católica.
QUÉ SINTIÓ CUANDO FUE NOMBRADO PAPA
En el reportaje publicado en Canal 13 y que Francisco indicó que se diera a conocer después de su muerte, el Papa compartió qué sintió al ser elegido para ser la máxima autoridad eclesiástica: «paz».
Pero al principio del proceso se encontró desconcertado, ya que, «la primera elección fue muy dispersa». Luego en la segunda votación, empezó a intuir que algo estaba pasando, debido a que, muchos cardenales se acercaban a hablar con él después del almuerzo. Entonces, en ese momento tenía «mucha paz y rezaba el rosario tranquilo».
En la tercera fase, cuando la votación iba a su favor, el cardenal (Cláudio) Hummes le dijo: «No te olvides de los pobres» y fue ahí cuando «me quedé pensando en los pobres, los pobres… pá! y San Francisco».
QUÉ SOÑABA EL PAPA
«A veces sueño cosas lindas, recuerdos, pero no cosas que me torturen», señaló al tiempo que agregó que no es de soñar mucho.
Sobre su rutina diaria, precisó: «Agarro eso de las 9, voy a la cama, leo hasta las 10, y a las 4 estoy levantado«.
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Y confesó tener «un reloj especial» en su mente que lo hace despertarse tres minutos antes de que suene el despertador.
QUÉ COSAS LE PROVOCABAN DOLOR
El Papa expresó cómo le afectaba «el dolor ajeno».
«Los chicos que están muriendo de hambre, y en países que podrían solucionar el problema. Chicos soldados, el problema de los niños y de los ancianos abandonados me toca mucho», afirmó.
EL DOLOR PERSONAL
Bergoglio también dio a conocer qué hechos de su vida le provocaron dolor en el alma.
«Tristezas he tenido muchas, situaciones de dolor humano. La muerte de papá, de mamá; son tristezas hondas, de familia», afirmó
Y agregó: «O son tristezas o preocupaciones de momentos históricos que nos tocó vivir».
«A veces me manejaron ellos a mí. (Hay que dejar) que se vayan. El dolor, usted sabe cómo es. El dolor, si uno es auténtico con el sufrimiento, (piensa) ‘estoy sufriendo’, pero el sufrimiento no se va», reflexionó.
LA NEUROSIS DEL PAPA
Francisco también le abrió a Nelson las puertas del universo de su propia salud y ahí abordó el tema de la neurosis.
«Hay que cebarle mate a la neurosis, hay que acariciarla. Son compañeras de toda la vida», aseveró
Y siguió: «Una vez leí un libro que me reí a carcajadas: «‘Alégrese de ser neurótico'».
«Conviene uno saber en dónde le chillan los huesos. ¿Dónde chillan los huesos espirituales? Donde le pica el mate», añadió
Y marcó: «La neurosis es querer hacer todo rápido, ¿no? Frenate. ‘Festina lente’, decián los antiguos… ‘apurate despacio’ Uno las va reconociendo».
Sobre la ansiedad, aseguró: «La tengo bastante domada» y acto seguido, enfatizó: «Tenemos que estar atentos a las neurosis, porque son partes constitutivas de las personas».
EL PAPA Y SU RECUERDO DE LA ÚLTIMA DICTADURA MILITAR EN ARGENTINA
Francisco reveló que el único momento de su vida en el que necesitó la ayuda de una psiquiatra fue durante la última dictadura militar en Argentina en 1976, para que lo ayudara «con el problema de rescatar gente».
«Fui a ver una señora, era una gran mujer, me ayudó con explicaciones y consejos», expresó y sumó: «A hondazo limpio me aconsejaba. Fueron seis meses que me ayudo muchísimo. La doctora Rubel, una gran mujer».
Y subrayó: «Creo que todo sacerdote debe saber algo de la psicología humana. A veces algunos saben por sabios. Estudiar psicología hoy es necesario para pastorar».
Francisco admitó que esa experiencia le fue sirviendo «con el tiempo» porque «me ayudó para clarificar con algunas cosas, ciertos mecanismos y miedos que me venían».
«Imagínese; llevar escondido en el auto de atrás a uno, tapado con una frazada y pasar tres controles de Campo de Mayo desde Buenos Aires a San Miguel. La tensión era difícil, ¿no?», recalcó.
«ME HACE DAÑO GUARDAR RENCOR»
«Me arrabio (sic), como dicen acá, a veces digo ‘pucha, ¿por qué pasó esto?, qué salame’. Pero de ahí no pasa, no guardo rencores», sostuvo
Y añadió: «Por ahí hay una cosa me disgusta, que sé yo, o me la callo para siempre sin rencor o lo enfrento, me hace daño guardar rencor».
SU SALUD
Por último, tocó el tema de su salud y explicó: «Tengo una dieta. Se descubrió donde estaba el origen. Es un desequilibrio entre el páncreas y el hígado» por lo que «tengo una dieta que regula eso».
«No hacer esa dieta era lo que me sobrepasó el peso. Pero no era ese el problema, el problema es que no andaba bien», marcó.